Subcomandante Marcos toma parte en una manifestación de protesta en la Ciudad de México, 2006. AFP PHOTO / Yuri CORTEZ

“Estas serán mis últimas palabras en público antes de dejar de existir…”, comienza el comunicado que anunció la muerte simbólica del Subcomandante Marcos, vocero y alto mando del grupo guerrillero mexicano denominado Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
“Ni estoy ni he estado enfermo, ni estoy ni he estado muerto”, expresó irónico Rafael Guillén Vicente, conocido hasta ahora como Subcomandante Marcos, quien reapareció para el público y los medios luego de cinco años de ausencia, con una carta donde informó la situación actual de la guerrilla zapatista.
Uno de los puntos a destacar fue la noticia de la “muerte” de Marcos para darle paso al Subcomandante Insurgente Galeano, nuevo nombre que adoptó Guillén Vicente: “no se va quien nunca estuvo, ni muere quien no ha vivido”, expresó y agregó que “quienes amaron y odiaron a Marcos han odiado y amado a un holograma. Sus amores y odios han sido inútiles, estériles, vacíos, huecos”.
Pese al cambio de nombre, el Subcomandante anunció que renuncia a su trabajo como portavoz y líder de los rebeldes. Puso sobre el tapete la importancia del colectivo zapatista sobre la figura de un hombre, y marcó las diferencias entre la sociedad entendida dentro de la guerrilla con las sociedades modernas: “aquí el relevo de mando no se da por enfermedad o muerte, ni por desplazamiento interno, purga o depuración, se da lógicamente de acuerdo a los cambios internos que ha tenido y tiene el EZLN”.
La figura del líder. “Marcos un día tenía los ojos azules, otro día los tenía verdes, o cafés, o miel, o negros, todo dependiendo de quién hiciera la entrevista y tomara la foto”, manifestó Guillén haciendo referencia a su relación con los medios. Además dejó en claro sus planes a futuro, distante de lo que se puede creer de cualquier otro líder revolucionario: “No habrá casa-museo o placas de metal en donde nací y crecí. Ni habrá quien viva de haber sido el Subcomandante. Ni se heredará su nombre ni su cargo. No habrán viajes todo pagado para dar pláticas en el extranjero”.
Siempre con un pasamontañas cubriendo su cara, Marcos fue el personaje creado para ser la imagen y voz del movimiento guerrillero que defiende “los derechos no sólo de los pueblos originarios, también de trabajadores, estudiantes, maestros, jóvenes y campesinos”. La guerrilla zapatista, en honor al revolucionario mexicano Emiliano Zapata, se ubica en la zona sur de aquel país, en el estado de Chiapas, y desde 1994 libera una batalla “por la humanidad y contra el neoliberalismo”.
Los motivos del cambio de nombre. José Luis Solís López, conocido como “Galeano”, era un maestro de la guerrilla. Fue asesinado el pasado 2 de mayo en una emboscada a un centro zapatista en la zona de La Realidad por miembros de grupos enfrentados al EZLN. Según informa la prensa mexicana, la muerte de Solís López fue premeditada por la CIOAC-H, un grupo campesino y obrero opuesto a los zapatistas y relacionado con los partidos PAN y PVEM, ambos con presencia en el gobierno mexicano.
Con la poesía que lo caracteriza, el Subcomandante explicó: “Es necesario que uno de nosotros muera para que Galeano viva. Y para que esa impertinente que es la muerte quede satisfecha, en lugar de Galeano ponemos otro nombre para que él viva y la muerte se lleve no una vida, sino un nombre”.
El comunicado culminó como si se tratara de un parte médico oficial: “Siendo las 02:08 horas del 25 de mayo del 2014 declaro que deja de existir el conocido como Subcomandante Insurgente Marcos”, para luego de unos minutos presentarse nuevamente en sociedad: “Buenas madrugadas tengan compañeras y compañeros. Mi nombre es Galeano, Subcomandante Insurgente Galeano”.
Douglas Mederos
 

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