El veganismo es un estilo de vida que trata de excluir -dentro de lo posible- todas las maneras de crueldad y explotación animal. En lo que refiere a alimentos, no consumen ningún tipo de animal ni sus derivados leche, miel, quesos, huevos, etcétera. En la vestimenta, no utilizan pieles, cueros y lana, entre otros. Consumen productos que no sean testeados en animales y que no contengan derivados como cosméticos, productos de limpieza o de higiene personal. En el entretenimiento, eligen ir a lugares donde no haya explotación ni crueldad animal, tampoco asisten a lugares como zoológicos o acuarios.
Sala de redacción habló con Bettina Fernández, nutricionista especializada en alimentación basada en plantas, y Mercedes Oberti ambas organizadoras del movimiento Montevideo Health Save. En cuanto a las dificultades que pueden existir hoy en día para ser vegano, Oberti comentó que “a nivel de consumo creo que no hay tanta dificultad, se consigue todo lo necesario. Pero capaz que sí con los profesionales como médicos y nutricionistas; no hay de ese lado una respuesta muy buena para los veganos y hay mucha desinformación”. Fernández agregó: “algunas veces sufrimos discriminación porque comemos diferente, entonces critican lo que comemos o lo que pensamos”.
Tanto para Fernández como para Oberti, una persona no puede ser cien por ciento vegana, sino que se es “lo más vegano posible”. La nutricionista dijo que es difícil “porque vivimos en un mundo capitalista, consumimos y utilizamos medicamentos, en las plantaciones de los alimentos vegetales muchas veces se lastiman animales, sin querer o por hechos que van pasando…”. A su vez Mercedes comentó que este último elemento forma parte de la definición del veganismo: “se trata de hacer el menor daño posible, porque es imposible no hacerlo, por ejemplo vas caminando y pisas un bicho, siempre se incluye algún daño animal”.
Los precios de los productos veganos no implican un problema de acceso para las entrevistadas, pero sí es el caso de los productos ultraprocesados. Fernandez señaló que “no son productos que se tienen que incluir día a día, no los necesitamos, capaz alguna vez para darnos un gusto”. Oberti agregó que “desde Health Save promovemos una alimentación integral basada en plantas, no basada en esos tipos de ultraprocesados” y agregó que si las personas cocinan casero en sus casas es incluso más barato alimentarse de esta manera. Por su parte, Fernández comparó la cantidad de hamburguesas que se pueden realizar con un kilo de lentejas y con un kilo de carne; se obtienen más hamburguesas y con un precio más económico usando las leguminosas.
La canasta básica de una persona vegana se conforma, según Fernández, de “legumbres como lentejas, tofu, derivados de la soja, cereales que incluyen trigo, avena, trigo sarraceno, quinoa -es conveniente utilizar los cereales integrales porque tiene menos proceso y son más sanos-, frutas y verduras -siempre intentado elegir las de estación para que sean más económicas-, frutos secos, maní, nueces, chía. Estos últimos nos aportan proteínas y grasas saludables, también el aceite de oliva, la palta y las aceitunas”, sostuvo. Y resumió: “de esta forma se compone un menú completo y barato en comparación con los platos de origen animal, que tienen además otro costo de conservación”.
Para ambas entrevistadas hubo un gran aumento del veganismo en Uruguay están de acuerdo en que hay más comercios y restaurantes con opciones de comida vegana. Oberti comentó que “hoy en día es super fácil y accesible, hay comida en todos lados, hay opciones en los restaurantes y también el acceso a la información cambió mucho”. Agregó que “el capitalismo se adapta a todo y si hay productos es porque hay más demanda”. A su vez Fernández señaló que es una opción inclusiva que también pueden comer las personas que son intolerantes a la lactosa, alérgicos a la proteína de la leche, o son multi alérgicos y muchas veces reaccionan negativamente a alimentos como el pollo, por ejemplo.
Oberti señaló que fomentan el veganismo desde la salud, ya que hay distintas formas de promoverlo como por ejemplo desde lo ambiental o lo ético: “todo lo que hacemos, las degustaciones, talleres, incluso la olla popular o el merendero, siempre es por el lado de la alimentación y de fomentar una alimentación saludable basada en plantas”. Fernández agregó que “hay un montón de indicadores a favor del veganismo, como por ejemplo, que disminuye un 31% las probabilidades de tener enfermedades crónicas no transmisibles, hipertensión, diabetes y colesterol elevado”.
Desde Montevideo Health Save se defiende la alimentación basada en plantas y alimentos integrales pero también cuidan la denominada “huella de la alimentación”: “una dieta basada en plantas es más sostenible en el tiempo, gasta menos recursos como el agua, también genera menos gases de efecto invernadero, menos deforestaciones, menos tierras utilizadas. La cantidad de alimentos que se producen para los animales se podría producir para los seres humanos”, explicó la nutricionista.