La reforma de la Universidad de la República (UdelaR), que se inició hace cuatro años, comenzó a dar señales de avances con la reciente aprobación de la ordenanza de estudios de grado y el desarrollo del proceso de descentralización, mientras que la modificación de la Ley Orgánica se encuentra estancada por discusiones internas. El rector, Rodrigo Arocena, considera que muchos avances se desconocen, por lo que están “apuntando a hacer más visible lo que se hace”.
La ordenanza aprobada por el Consejo Directivo Central (CDC) de la Universidad el 30 de agosto “sistematiza una orientación general para la enseñanza, que apunta a modernizarla y enriquecerla, dimensionando mejor las carreras, adecuándolas al desarrollo del postgrado, facilitando tránsitos horizontales, flexibilizando trayectorias educativas”, según Arocena.
A partir de ahora las facultades, escuelas e institutos de la UdelaR deberán adecuar sus planes de estudios en un tiempo máximo de dos años, atendiendo a una serie de principios que la ordenanza establece: diversificación de itinerarios curriculares por medio de actividades opcionales y electivas; fluida movilidad estudiantil, tanto horizontal como vertical, entre carreras universitarias y otras carreras terciarias; experiencias de formación que articulen las funciones de enseñanza, investigación y extensión; experiencias de formación orientadas a abordajes multidisciplinarios y multiprofesionales; articulación de la teoría con la práctica; y aplicación del régimen de créditos académicos.
Por otra parte, en este segundo semestre, que la UdelaR calificó como el de “la aceleración” de la reforma, también se dieron pasos importantes en lo que respecta a la descentralización. Se definieron las ordenanzas para los tres centros universitarios regionales que están en construcción en el interior del país (noreste, noroeste y este), lo que les permitirá funcionar como centros universitarios con el grado de autonomía máximo que la Ley Orgánica permite.
Palos en la rueda
Lo que aún no ha podido resolverse -y no es menor- son la diferencias que paralizaron la discusión sobre la actualización de la Ley Orgánica. Según dijo Arocena a La Diaria, hay desacuerdos internos en los órdenes (de estudiantes, docentes y egresados) sobre temas relevantes como: la integración del CDC, la proporción de los órdenes en los órganos de conducción y el cobro de los posgrados. Por ejemplo, la Convención por Ley Orgánica que llevó adelante la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) el año pasado, quedó inconclusa y aún no se decidió si se convocará la misma convención u otra nueva, pero esto recién se concretaría a fines de este año o comienzos del próximo.
Tenemos que hablar
Arocena dijo a La Diaria que el mayor obstáculo de la reforma es “la escasa confianza en que la Universidad sea capaz de transformarse profundamente a sí misma”. Además, señaló que no se ha logrado que se conozcan los cambios importantes que se han realizado desde que se inició este proceso.
Sobre el desconocimiento agregó que hay una “responsabilidad compartida entre quienes desconocen y quienes no pueden dar a conocer lo que se hace”. Este año la UdelaR sacó un libro con los avances registrados, recorrió los directorios de los cuatro partidos políticos más importantes del país y concurrió a las comisiones de Educación y Cultura del Parlamento, con el propósito de comunicar mejor los logros. “Si se conoce mejor a la universidad se la seguirá criticando, pero con mayor conocimiento de causa, y por lo tanto serán críticas más útiles para nosotros”, concluyó Arocena.
Luciano Bermúdez

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