Debido a la emergencia sanitaria que paralizó a muchos sectores de la sociedad uruguaya desde principios de marzo de 2020, se tomaron una serie de medidas para evitar contagios de covid-19. El ámbito cultural ha sido uno de los más golpeados, lo que obligó a muchos a incursionar en la virtualidad para readaptarse a la llamada nueva normalidad. Los museos, parte elemental del patrimonio uruguayo, también tuvieron que cambiar su modalidad para continuar en la ejecución de sus funciones, en este caso, a puertas cerradas. Si bien el 21 de junio el gobierno definió que los museos puedan volver a abrir, durante buena parte de la pandemia estuvieron cerrados al público.

El Registro de Museos Iberoamericanos (RMI) es una plataforma digital que pertenece al programa Ibermuseos y guarda datos fundamentales de los museos que forman parte del proyecto para ofrecer un panorama de estas instituciones. En uno de los estudios publicados recientemente por la RMI se destaca la intención de fortalecer las políticas públicas que permitan fomentar las redes de cooperación, impulsar mejoras laborales y trabajar por la reducción de la brecha digital y la capacitación en el ámbito virtual.

Con la pandemia, la manera tradicional de exponer en estos centros culturales quedó suspendida, lo que significó un gran desafío para los museos. Sus exposiciones se convirtieron en tours virtuales y, a través del ingreso a una página web, el usuario podía tener una experiencia inmersiva mirando las obras a través de múltiples pantallas. Baltasar Brum, director de Arte y Ciencias de la Dirección de Cultura de la Intendencia de Montevideo (IM), contó a Sala de Redacción que el Planetario y el centro de exposiciones Subte evaluaron la posibilidad de realizar una muestra de arte digital de manera conjunta.

“Hay que entender un poco la cabeza de los directores de museos que, de alguna manera, tuvieron que adaptarse a todo un protocolo. La cultura es juntarse y la lucha contra la pandemia es todo lo contrario, es aislarse”, dijo Brum.

A puertas cerradas pero mejorando

A pesar de que los museos estuvieron cerrados durante meses, siguieron trabajando para mejorar su calidad. El Museo Histórico Nacional, por ejemplo, aprovechó el tiempo para elaborar nuevos proyectos. El museo realizó una exposición permanente de su casa Rivera, con la idea es instrumentar una galería a cielo abierto, idea que surgió de un taller de fuentes históricas en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República.

En este contexto en que los museos se vieron obligados a adaptarse a la virtualidad, las redes sociales tuvieron un rol fundamental para cumplir con este objetivo. Según Brum, marcaron el trabajo a partir de dos líneas. Por un lado, la promoción, por la que se apunta a tener cierto contacto con la población y en particular a que la gente sepa de la existencia del museo y lo visiten. Por otro lado, se busca un desarrollo de arte que tenga que ver con la digitalización. El jerarca de la IM también mencionó que una ventaja de esta nueva modalidad de trabajo es que permite tener expositores de cualquier lado del mundo y ampliar el bagaje cultural.

Sin embargo, planteó a que si bien fomentar las visitas a los museos ayuda a divulgar y generar interés, esto se debe complementar con eventos especiales. En la IM se ha generado un debate en torno a la cultura y se plantea no solo llevarla a los barrios, sino que también se pueda retroalimentar de los distintos territorios.

La coordinadora artística del Subte, Maru Vidal, explicó que las redes sociales no son solo canales de comunicación sino también protagonistas de los contenidos que se vierten en esas plataformas. Más allá de que se pueden usar como canales de difusión, también son un soporte. En ese sentido, el 8 de marzo fue invitada la colectiva COCO (Colectiva Co), integrada por María Mascaró, Catalina Bunque y Natalia de León para que tomaran el control de las redes sociales del Subte. “Les dimos nuestros usuarios y nuestras contraseñas, y a través de nuestras redes ellas dieron difusión a una investigación que llevan adelante” y que expusieron de forma física en el Centro Cultural España, que está relacionada a la construcción de la historia del arte en Uruguay.

Es posible trabajar de forma digital, pero también se debe hacer desde lo físico, fuera del museo, que no quiere decir únicamente en el entorno digital. Según Vidal, para llegar a la comunidad y a los públicos hay que adentrarse en el espacio público. Además, opinó que hay un falso concepto de la virtualidad: “Es algo irreal que no existe y en realidad estamos viendo cosas virtuales que son absolutamente tangibles”.

Vivian Honigsberg, directora del Museo Gurvich, contó qué esfuerzos realizaron para adaptarse a la ausencia de la presencialidad. Durante 2020 llegaron a 500 niños a través del programa El museo va a tu escuela. Bajo protocolos sanitarios y sin registros de algún contagio, el museo recibió en sus instalaciones a los niños y niñas en un recorrido que terminaba en un taller fijo dentro del lugar. La directora subrayó el impacto que generó pasar del silencio absoluto del trabajo a puertas cerradas a contar con niños dentro del museo.

Para los funcionarios del Gurvich no hay como la presencialidad. La ausencia de los turistas, quienes conforman el mayor porcentaje de sus visitantes, es notoria por la ubicación del museo, en la peatonal Sarandí, que es transitada por un gran porcentaje de extranjeros. Sin duda, la cantidad de personas que visitan el museo no es la misma. A pesar de que se busca recompensarlo a través de la virtualidad, para la directora, “un museo abierto es un museo abierto”, explicó. Si bien no se lleva un control, Brum explicó que antes de la pandemia se estimaba que 100 mil personas visitaban los museos al año, de los cuales 30 mil eran turistas.

Por su parte, Vidal consideró que la pandemia ha confirmado que tanto los museos como las salas de exposición necesitan sustancialmente de soportes comunicacionales de diseño. La coordinadora artística explicó la importancia de las prácticas museológicas, no solamente dentro de los espacios museísticos sino también afuera, por ejemplo, utilizando herramientas digitales. “Ahí se ven las diferencias en los museos. Por lo general, muchos museos no tienen incorporado dentro de sus manos equipos de comunicación, diseñadores gráficos o diseñadores web”, agregó.


La dirección de cultura del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) llevó a cabo un ciclo de conferencias virtuales que forman parte del Mercado de Industrias Culturales y Creativas de Uruguay, que abordó diferentes aspectos de la cultura en general. En particular, se destacaron las charlas La labor del curador en las exposiciones y Promoción y comercialización del arte, que están subidas en el canal de Youtube del MEC.

Reapertura

La mayoría de los museos trabajan con entusiasmo de cara al reencuentro con sus asiduos visitantes. El museo Gurvich se presenta con un tercer piso remodelado y planea seguir con su modalidad de trabajo como hasta ahora. El primer piso cuenta con la exposición Texturas en Caleidoscopio, de María Julia Monti con la curaduría de Tatiana Oroño, y los pisos cuatro y cinco con Una mirada en lo sutil y eterno, de Elsa Andrada, curada por María Eugenia Méndez Marconi. Además, el museo anunció la compra de su propia casa en la calle Polonia 3286 del Cerro, un barrio de obreros e inmigrantes como lo fue el mismo Gurvich.

Por su parte, el Subte trabaja en tres exposiciones que se exhibirán próximamente. Las obras de Francisca Maya y Felipe Secco se expondrán en la Sala Mayor del Subte con curaduría del anterior coordinador, Rulfo Álvarez. Por otra parte, en la Sala M se mostrará Libreta de Ushuaia, conformada por varias piezas de arte que corresponden a Carlos Seveso.

El 24 de junio se lanzó Monte-Video, un programa de cortos que pertenece a un pequeño festival de videos que el Subte llevará a cabo hasta mediados de Agosto. El primero estuvo integrado por seis artistas y seis obras seleccionadas por la curadora Verónica Cordeiro. En este festival participarán 23 artistas uruguayos y cuatro curadores.

A pesar de pertenecer a distintas instituciones, los entrevistados estuvieron de acuerdo en que los museos deben salir a la búsqueda del público a través del incentivo a las nuevas experiencias. Al mismo tiempo, coincidieron en que el turismo es un pulmón necesario para el sector, dado que suma a los puestos museológicos incentivos y retroalimentación.

Este fue un informe realizado por Martina Bayarres, Margarita Amondarain, Joaquín Rodríguez Puentes, Emiliano Hernández, Gastón Muiños, Nicolás Rodrigo y Valentina Cabrera.

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