El norte uruguayo no fue ajeno a la dictadura cívico-militar que vivió el país entre 1973 y 1985; por el contrario, las botas pisaron fuerte y aún dejan sus huellas. En Artigas, Cerro Largo y Rivera ese período histórico dejó varias incógnitas, a partir de ausencias que perduran en el tiempo y son parte de la memoria colectiva. Hasta esas tierras también llega el reclamo por verdad y justicia. La lista de 197 desaparecidos durante la última dictadura tiene a siete uruguayos nacidos en Artigas: Atalivas Castillo, Carlos Baldomero, Eduardo “Cacho” Castro, Félix Maidana, Jorge Felisberto González y María Soca; Cerro Largo sigue buscando entre tantas ausencias a José Arpino Vega y en Rivera los desaparecidos son siete: Abel Ayala, Ariel Arcos, Ary Cabrera, Juvelino Carneiro, Natalio Dergan, Raúl Barreto y Ubagesner Chaves.

Cada 20 de Mayo, día de la Marcha del Silencio, su recuerdo se hace más fuerte, al igual que la voz de quienes se preguntan dónde están esos compatriotas. En su honor, organizaciones de jóvenes de los tres departamentos realizaron distintas intervenciones y manifestaciones. “En Rivera, los 20 de mayo suelen ser días grises, como si el clima supiera que son tristes, pero antes de la pandemia para la marcha se colmaban aproximadamente dos cuadras de la principal avenida del departamento”, contó a Sala de Redacción Bruno Montero, militante social del departamento.

2021 es el segundo año consecutivo sin que pueda realizarse la marcha presencial, pero a través de distintas herramientas digitales se pudo decir “presente”. Jóvenes que se organizaron por la causa se hicieron cargo de este legado, y el norte del país también se adaptó a las circunstancias impuestas por la pandemia de covid-19.

Bien al norte

En Artigas se realizó un una pintada de margaritas, símbolo de la organización Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos. Además, en las redes sociales circuló un video en el que jóvenes compartían el significado del 20 de mayo y su causa. Por la tarde, integrantes del PIT-CNT, militantes de algunos partidos políticos y la Intersocial de Artigas más otros allegados, llevaron flores y carteles hasta la Plaza Batlle, donde se encuentra una placa en homenaje a los artiguenses Héctor Brum, de 28 años, y María de los Ángeles Corbo, de 26 y embarazada de seis meses. Ambos fueron detenidos en la casona de Punta Gorda, en Montevideo, y asesinados el 20 de diciembre de 1974 en el hecho conocido como los “fusilados de Soca”, en esa localidad del departamento de Canelones.  

En otros rincones de la ciudad como el Obelisco, ubicado en el centro, se hicieron intervenciones del mismo estilo. “Es importante que los jóvenes sigamos estos temas de cerca, más aún en la actualidad, recordemos que tenemos en el Senado a personas que dijeron aberraciones sobre este pasado reciente tan triste. Quienes desaparecieron eran semejantes a nosotros: estudiantes, militantes y obreros. La juventud debe mirar para atrás y tener la certeza de que eso no puede volver a pasar jamás, no puede desaparecer gente y que 36 años después no haya respuestas, al terrorismo de Estado se le dice nunca más”, expresó a Sala de Redacción Ronald Fernández, militante social artiguense.  

También en Cerro Largo

“Diversos colectivos sociales, políticos y sindicales nos unimos para las actividades que se plantearon en el marco de este 20 de Mayo. Hicimos cosas toda la semana, comenzamos por un mural en la calle Guardia Nueva y Treinta Tres, en la ciudad de Melo, con la consigna de este año. La noche del miércoles 19 los colectivos ideamos un amanecer por la memoria, se plantaron margaritas por diferentes espacios públicos, éramos alrededor de 20 personas y 14 éramos jóvenes”, contó Luciano Núñez, militante social de Cerro Largo.

El departamento siguió las consignas propuestas a nivel nacional como forma de apoyo a Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, sin pasar por alto las medidas de distanciamiento pero con una agenda cargada de actividades. “Por la tarde se realizó una velada donde se le entregaba una margarita y una vela a cada persona, y estas se encontraban alrededor de las imágenes de los detenidos desaparecidos. Fue bastante emotivo, veíamos a los compañeros más veteranos y se les notaba la emoción en el rostro, pero éramos más los jóvenes presentes y eso demuestra el compromiso que tienen las nuevas generaciones con la fecha. La actividad finalizó con un altoparlante en el que sonaban los nombres de los desaparecidos y se dijo ‘presente’”, agregó Núñez. El Colectivo Social Carlos Molina de la ciudad de Melo, que reúne a personas vinculadas con lo artístico y lo social, también se manifestó. Sus integrantes realizaron una intervención con máscaras donde gritaban por “memoria, verdad y justicia”.

Mural en Cerro Largo. Foto: Luciano Núñez.

“Los departamentos de frontera son complicados, hay fuerte presencia de las fuerzas armadas y militares. El 20, algunos compañeros fueron a una placa de la memoria que se encuentra en un regimiento acá en Cerro Largo [el Regimiento de Caballería 8, que el 19 de setiembre de 2017 fue señalizado con placa recordatoria] y cuando llegaron cerraron todo, se borraron. Marca eso que nos divide, estar en el otro lado de la vereda y es una lástima, solo buscamos a nuestros desaparecidos”, indicó Núñez.

El joven se refirió a los “viejos militantes” que hoy comparten las vivencias de la época de la dictadura, quienes vivieron en “carne propia” la represión y la censura. Señaló que los retratos de desaparecidos podrían ser de los compañeros que hoy cuentan las anécdotas amargas, pero necesarias para construir de esa forma la memoria de Cerro Largo y de las localidades del interior. 

Actividad del 20 de mayo en Cerro Largo. Foto: Luciano Núñez.

“Como jóvenes es una gran responsabilidad ética y moral, porque las nuevas generaciones tenemos que seguir exigiendo la memoria colectiva para que nunca más pase, seguir la búsqueda por justicia y que se conozca la verdad para poder sentirnos completos como sociedad. Es uno de los estandartes que llevamos los jóvenes, cada 20 de Mayo y cada día de nuestras vidas”, finalizó Núñez.

Actividades en Rivera

“Con la gurisada no queríamos que la fecha pasara desapercibida. En base a eso, empezamos a pensar las actividades, decidimos hacer algunas pintadas, como margaritas en las plazas y otros puntos de la ciudad bastante concurridos para que esta fecha tan importante se pudiera visualizar en el cotidiano de los riverenses”, expresó a Sala de Redacción Bruno Montero. El militante contó que trataron de realizar todas las actividades con mucho cuidado y no negó el miedo por organizarlas, ya que tuvo “malas experiencias” en años anteriores. Según sostuvo, el departamento suele ser “conservador” y las intervenciones en espacios públicos muchas veces pueden ser tomadas como “faltas o disturbios”. Sin embargo, dijo que este año no tuvieron inconvenientes y que todos quienes se acercaron a las intervenciones fueron parte de un buen intercambio.     

“Es importante que los jóvenes nos apropiemos de esta lucha, es necesario para caminar a una mejor democracia. Los mayores nos agradecieron por ponernos esta mochila al hombro, vienen de una militancia cansada por ser siempre los mismos. De algún modo, les entusiasma y tranquiliza saber que las nuevas generaciones estamos dispuestas a trabajar sobre estos temas”, expresó Montero. 

A las 19.00 del jueves se transmitió una proyección audiovisual en el predio de un antiguo molino de la cuidad de Rivera, ubicado en la calle Centenario, con testimonios de familiares de detenidos desaparecidos del departamento, una muestra realizada por el Colectivo de Artistas de la Frontera. Esa intervención fue sucedida por la exposición de fotografías de marchas anteriores en la ciudad, acompañadas de canciones de canto popular, trabajo realizado por la Comisión de Memoria y Derechos Humanos de Rivera con participación de la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza del departamento.

Actividad del 20 de mayo en la ciudad de Rivera. Foto: Rodrigo Zegarra.

“Por la situación de pandemia y las características de la organización de la Marcha del Silencio, este año decidimos hacer la intervención en el molino con una buena cantidad de espacio, al aire libre. También para cuidar la amplitud del sonido y la facilidad de proyección. Algunos vecinos salieron a ver, la gente que pasaba se sorprendía con la actividad porque, a su vez, se cortó la vía pública por las propias personas”, indicó Rodrigo Zegarra, docente e integrante de la Comisión de Memoria y Derechos Humanos.

En conjunto con el grupo muralista Paleta Urbana, las mismas agrupaciones realizaron un mural ubicado en el barrio Santa Isabel de la ciudad de Rivera. En una estructura histórica plasmaron la Marcha del Silencio en una paleta de colores diversa. Al respecto, Zegarra recordó al artista urbano Banksy y explicó que “la actividad política está en los muros y los muros cuentan la historia”.

Mural en la ciudad de Rivera. Foto: Rodrigo Zegarra.

“Desde que elegí el trabajo en la docencia siempre estuvo asociado a un compromiso político determinado y un compromiso social con la memoria de nuestro pueblo. Como docente de historia me toca muy de cerca, son temáticas que forman parte de nuestra historia reciente, pero también de nuestro presente, son todos esos actos tapados, como diría [Walter] Benjamín, pasarle a la historia el cepillo a contrapelo. Que el Estado, los medios locales y nacionales no quieren mostrar hacen parte de un pacto de silencio, que en nuestro rol cabe cuestionar”, agregó el docente.

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