“Están en algún sitio / concertados
Desaparecidos, Mario Benedetti
desconcertados / sordos
buscándose / buscándonos
bloqueados por los signos y las dudas
contemplando las verjas de las plazas
los timbres de las puertas / las viejas azoteas
ordenando sus sueños sus olvidos
quizá convalecientes de su muerte privada”
La actual coyuntura sanitaria a nivel nacional impidió el encuentro presencial de los uruguayos que, como todos 20 de mayo desde 1996, concentran en las calles de Rivera y Jackson y desde allí recorren 18 de Julio hasta la Plaza Libertad. El motivo es siempre el mismo: pedir verdad y justicia por los detenidos desaparecidos de la última dictadura. Pese a que este año el mundo vive una crisis sanitaria que impide las grandes aglomeraciones, ello no impidió que al grito de “¡presente!” se pudiera recordarlos.
La memoria está intacta, y bajo la pregunta “¿dónde están?” sigue la lucha y el reclamo contra el silencio cómplice e impune que 35 años después de la salida de la dictadura todavía guardan aquellos que participaron del terrorismo de Estado.
Previo a la marcha
Este año la convocatoria arrancó hace varios días. Desde la organización Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos se realizaron diferentes invitaciones, como colgar banderas, balconeras, carteles, pañuelos blancos o dibujar margaritas y así poder decir presente en la marcha virtual. También se invitó a sacar fotos usando los hashtag #MarchadelSilenco2020, #MarchadelSilencio y #MarchadelSilencioPresente. Todas las fotos publicadas con esos hashtags fueron compartidas en la pagina marchadelsilencio.uy.
El 20 de mayo 18 de Julio amaneció con una intervención sobre el tema a la altura de la Plaza Libertad, donde termina todos los años la marcha presencial. Allí se colocaron los clásicos carteles con fotografías y nombres de cada uno de los detenidos desaparecidos, detrás de la pancarta inicial, que habitualmente abre la marcha por las calles de Montevideo. Manchas de pisadas en el pavimento y fotografías de los desaparecidos colgadas en rejas y carteles fueron el centro de atención en la principal avenida de la capital, que fue visitada y fotografiada por muchas personas.
También hubo una exposición en la fotogalería de La Unión, ubicada en la Plaza Restauración. Allí se realizó la exposición de Imágenes del Silencio, para mostrar el trabajo realizado desde hace algunos meses. La muestra, todavía en exhibición, cuenta con 196 fotografías en las que aparecen diferentes personalidades sosteniendo la imagen de cada uno de los desaparecidos. Esta muestra fue realizada por el colectivo Imagenes del Silencio, integrado por Annabella Balduvino, Elena Boffetta, Ricardo Gómez, Federico Panizza y Pablo Porciúncula.
A las 18.30, desde el Monumento a los Detenidos Desaparecidos de América Latina, ubicado en Rivera y Jackson, partió una camioneta con una pantalla gigante en la que se proyectaron las fotos y nombres de los detenidos desaparecidos. El vehículo recorrió 18 de julio hasta la Plaza Libertad, donde a las 19.00 se mostró el video que Madres y Familiares de Detenidos desaparecidos convocó a mirar en simultáneo a través de distintos medios.
¡Presente!
En el comienzo, el video mostró imágenes de marchas anteriores en todo el país, mientras de fondo se escuchaba la voz característica de Alba González, integrante de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos. Ella fue la encargada de resaltar lo especial de la marcha de 2020: “No viviremos eso tan importante e insustituible de una marcha real, donde sentimos el abrazo cálido del colectivo que año a año con diferentes creencias, diferentes generaciones y banderas, nos hermanan en el mismo propósito: nunca más dictadura ni terrorismo de Estado”.
“Muchas gracias por entender que esta lucha por encontrarlos define nuestro presente, que la memoria de nuestros desaparecidos nos recuerde lo que nunca más debe suceder en nuestro país, y el reclamo de verdad y justicia como el más firme camino para construir una democracia sólida, donde la defensa de la vida y la libertad sea el valor que la cimente y nos una”, finalizó el mensaje de la organización. Así se dio paso a lo central de la marcha de este año: nombrar a cada detenido desaparecido y decir “presente”, grito colectivo que todos los 20 de mayo desborda 18 de julio, pero esta vez se repartió por todo el país. La marcha cerró con las estrofas del himno nacional y una recopilación de videos de marchas anteriores.
Entrevistado por Sala de Redacción, Nilo Patiño, Integrante de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, destacó el importante papel que jugaron las redes sociales para lograr la difusión de esta marcha virtual: “Yo nunca había visto una movilización tan grande como la que hubo este año previo a la marcha, con la participación de muchos colectivos, cooperativas y otros grupos, que apoyaron y ayudaron a pintar pancartas y muros, por ejemplo”. Patiño lo vivió como “un gran logro, porque traspasó lo que es Familiares en sí mismo, la gente se apropió de esto, tomaron iniciativas propias, se hicieron intervenciones, videos, y personalmente me conmueve, creo que esta marcha marcó un antes y un después”.
Por otra parte, Beatriz Michelini, hija de Rafael Michelini, ex senador del Frente Amplio, habló con Sala de Redacción y contó que cada 20 de mayo es especial para la familia Michelini, en primer lugar porque es la fecha de nacimiento de Zelmar, su abuelo, quien fue desaparecido y asesinado en dictadura, y también es la fecha en que fueron encontrados sus restos. “Para nosotros eso es muy fuerte, cada uno de nosotros lo vive de manera diferente, pero particularmente lo vivo como un momento de encuentro entre nosotros”. Al respecto, agregó que la de este año fue particularmente difícil, tanto por la imposibilidad de hacer la marcha en forma presencial como por la ausencia de Felipe Michelini, fallecido semanas atrás después de un accidente doméstico. “Felipe fue un pilar fundamental en el tema de derechos humanos”, resumió.
Michelini recordó las primeras marchas a las que asistió: “A los 14 [año 2006] empecé a marchar por voluntad propia. Y desde ese momento lo sentí como una instancia de encuentro y lucha. Fue muy emotivo porque se cumplían 30 años de los asesinatos y 10 de la primera Marcha del Silencio”. “Durante varios años fui variando con quién empezaba la marcha, pero siempre en un momento iba para adelante y empezaba a buscar a papá y terminaba la marcha con él. En los últimos años decidí mantener eso de buscarlo, pero desde el principio. Para mí la parte más impactante son las primeras cuadras de gente. El silencio ahí es desgarrador. Te da hasta miedo de respirar a veces. Hoy [por el 20 de mayo] caminé igual por 18 de julio, al lado de la camioneta. Fue raro porque la presencialidad de miles combinada con el silencio genera una energía especial. No me sentía sola, pero no fue ni cerca lo que pudo haber sido de no existir la pandemia”, contó.
Falta información
Consultado sobre el retorno a las excavaciones y las expectativas que tienen con el nuevo gobierno, Patiño dijo que hay ciertas contradicciones por parte de las actuales autoridades. Por un lado, mencionó que se aseguró la continuidad de la búsqueda de los desaparecidos y las excavaciones, pero, por otra parte, se le negó una cadena nacional a la organización. “Eso es una mala señal, y a nosotros esas señales no nos gustan. Las búsquedas tienen dos aspectos. Una es la parte económica, sostener la búsqueda, logística y de acceso a los predios; por otro lado, está la búsqueda de la información, que es la que menos tenemos. No es solo tener el permiso de hacer las excavaciones, sino que para hacerlas en lugares certeros hay que tener cierta información que tiene que dar el Ministerio de Defensa, y ahí hay un problema, por que el sub secretario es de Cabildo Abierto, Rivera Elgue, que ya ha hecho sus propias declaraciones”. Según Patiño, “si el presidente y el ministro no obligan a la institución Fuerzas Armadas a dar información, no la va a haber”.