Dar a publicidad las propuestas de gobierno no siempre fue una obligación del sistema electoral uruguayo. Recién en mayo de 2009 la promulgación de la Ley 18.845 estableció que “los candidatos presidenciales resultantes de las elecciones internas o de las convenciones correspondientes, deberán presentar ante la Corte Electoral, al menos 30 días antes de la fecha establecida para la elección nacional, el programa de gobierno o plataforma electoral con el que se presentan ante la ciudadanía”. A estos documentos se puede acceder en forma impresa en los locales de cada partido político y electrónicamente a través del portal de la Corte Electoral del Uruguay.
Sala de Redacción realizó un análisis del contenido de las propuestas de los cuatro partidos con mayor intención de voto según las consultoras de opinión pública: Partido Nacional (PN), Partido Colorado (PC), Frente Amplio (FA) y Cabildo Abierto (CA).
A un ritmo de dos palabras por segundo, la lectura completa de la base programática del candidato frenteamplista Daniel Martínez insumiría más de 15 horas y 30 minutos. El programa del PC le sigue en extensión y el conocimiento del programa de gobierno promovido por su candidato, Ernesto Talvi, llevaría casi 14 horas. Interiorizarse de la propuesta de Luis Lacalle Pou, candidato presidencial del PN, implicaría 12 horas y 30 minutos de lectura, mientras que la propuesta de Guido Manini Ríos, de CA, podría ser abordada en cuatro horas. En suma, un ciudadano interesado en leer en forma completa las cuatro propuestas debería disponer de 44 horas y 50 minutos de su tiempo.
Con la lupa
El relevamiento de la frecuencia de utilización de determinadas palabras permite valorar los temas de interés social sobre los que las propuestas programáticas sustentan los proyectos políticos que se someten a votación. También permite visualizar aquellas temáticas que se evita abordar y, comparativamente, establecer el grado de invisibilización relativo de ciertos temas.
El análisis de la cantidad de veces que aparecen algunos verbos de acción en los documentos analizados permite dar cuenta, por ejemplo, de las escasas menciones a la “creación” o “generación”. Los programas de Martínez (con una extensión total de 117.381 palabras) y Lacalle Pou (con 90.958 palabras en total) son los que más utilizan estos verbos. En el primer caso, los dos verbos aparecen repetidos nueve veces y en el segundo 20.
Ambos candidatos coinciden en sus intenciones al mencionar nueve veces el verbo “fortalecer”. Las propuestas de Manini Ríos (cuyo programa tiene una extensión de 26.804 palabras) y de Talvi (que desarrolla su propuesta de gobierno en 98.909 palabras) tienen un uso nulo del verbo “eliminar”, mientras que Martínez lo utiliza una vez y Lacalle Pou lo hace en cuatro ocasiones.
“Huelga”, “paro” y “sindical”, son conceptos que en las cuatro propuestas apenas se mencionan. Sin embargo, los términos “acuerdo” y “negociación” adquieren un mayor protagonismo. Si se tiene en cuenta el uso de estos dos últimos términos, las propuestas políticas que muestran indicios de estar menos dispuestas a negociar y acordar son las del PN y CA.
Viejos y jóvenes
La aparición de CA y la figura de Manini Ríos como candidato presidenciable constituyó un hecho disruptivo en el escenario político nacional. Una visualización de las 70 palabras más usadas en la propuesta de gobierno de este partido político da cuenta de ejes discursivos centrados en la estructura y no en los contenidos.
En el caso del PN, la utilización de la misma técnica da cuenta de un hilo discursivo que recoge términos sensibles de la agenda informativa o social de los últimos meses. Por otra parte, aparece el uso afirmativo o propositivo de términos que probablemente busquen capitalizar adhesiones conquistadas en la pasada campaña electoral bajo la propuesta publicitaria “por la positiva”.
El análisis de la frecuencia de uso de términos muestra que la propuesta programática del FA lidera en el uso de la palabra “política”. Por el contrario, Manini Ríos es quien menos la menciona. Casi todas las propuestas apuntan a la utilización de las normativas legales como herramientas de gobierno, posición que encuentra también al documento de CA en cuarto lugar entre los cuatro partidos. El programa del PN lidera en el uso del término “medidas”, pero junto a Manini Ríos ocupa el cuarto lugar en la frecuencia de utilización de la palabra “género”.
En coincidencia con las cuatro principales preocupaciones que los uruguayos confiesan a los encuestadores, únicamente la propuesta del FA utiliza en forma diferencial los términos “género”, “educación”, “seguridad” y “trabajo”. En el caso del programa de Martínez, las más de cien menciones a la seguridad se distribuyen entre las áreas de seguridad pública y seguridad social. En el caso de la propuesta nacionalista, la alusión a la seguridad refiere casi exclusivamente al control del delito y los crímenes.
Por su parte, Talvi alinea el uso del concepto de educación de la propuesta colorada con su discurso sobre el impulso que pretende dar a esta área si accede al gobierno. En el caso del compromiso de Manini Ríos, la seguridad y el trabajo son términos que por su baja utilización en la propuesta política parecen no ser de interés prioritario.
Pescando en la centro-izquierda
La visualización de las 70 palabras más usadas en las propuestas de gobierno del PC y del FA corrobora las controversias discursivas que se han registrado entre integrantes de ambas fuerzas políticas durante la campaña electoral. En el caso de la propuesta colorada, el uso de verbos de obligación y necesidad como “tener”, “hacer”, “ver” y “ser” refieren a la valoración de los individuos por su capacidad de destaque a través de la competencia. Esta afirmación se sustenta, además, en su plan de gobierno por la reiteración que adquieren términos de analítica cuantitativa de mercado, como “situación”, “evaluación”, “gestión” o “resultados”.
En la propuesta programática del FA la terminología usada hace foco en el papel del Estado como facilitador al servicio del desarrollo de la ciudadanía. La utilización reiterada de sustantivos de inclusión como “derechos”, “atención”, “servicios”, “acceso” y “territorio” constituyen una estrategia discursiva que contrasta claramente con las visiones liberales de mercado planteadas por Talvi.
Desde la campaña para las elecciones internas se planteó desde la oposición la necesidad de debatir sobre temas económicos. Talvi es hoy el único candidato que persiste en esa idea, aun a pesar de que en la propuesta de gobierno del PC no hay referencias a los montos que un eventual gobierno de ese partido destinaría a las políticas a desarrollar en caso de ser electo.
En el caso de Lacalle Pou y Martínez, ambos programas omiten la mención a cifras o fuentes de financiación de sus propuestas, a lo que se agrega que durante el debate televisivo de inicios de octubre ambos candidatos confrontaron en torno a esa temática. En el caso de Manini Ríos, las alusiones a políticas económicas de un eventual gobierno de CA no se refieren a medidas concretas sino a la situación de Uruguay en la región y el mundo.
De los documentos programáticos publicados surge que solo el presidenciable nacionalista se refiere directamente al dinero como un elemento de uso para tener en cuenta en la relación entre las finanzas del Estado y las del ciudadano. En el caso de Talvi, se lo menciona como sinónimo de recurso, mientras que en la propuesta del FA no se menciona una sola vez. No obstante, en los cuatro proyectos de gobierno se prefiere el uso del sustantivo “recursos”.
La utilización del término “impuestos” es en todos los casos evitada. Mientras que las propuestas de Lacalle Pou y Talvi lo utilizan para hablar de una ineficiencia administrativa de los gobiernos de izquierda, el programa de Martínez se refiere a ellos como parte del esfuerzo de contribución solidario de los uruguayos para sostener políticas sociales.
Si bien Lacalle Pou ha manifestado en forma reiterada su intención de remitir al Parlamento una “ley de urgente consideración” de 100 artículos en caso de ser electo, la propuesta programática del PN no refleja esa crítica situación. “Emergencia”, “urgente” y “urgencia” son los términos usados por las cuatro fuerzas políticas para referirse a los reclamos de la ciudadanía, principalmente referidos a la seguridad pública. En los casos de las propuestas de CA y el PC, el nivel de menciones de ese término es notoriamente menor en comparación con los programas del PN y el FA.
