Luego de muchos años Peñarol y Cordón definían un torneo de básquetbol que le permitiría a uno de los dos volver a la máxima categoría de ese deporte. Luego de que ambos clubes ganaran un partido como visitantes y quedaran empatados en la serie, el juego definitorio en terreno neutral fue en la cancha del Club Atlético Goes.
Los hinchas de ambos clubes agotaron las entradas el fin de semana previo. Es que no sería un día cualquiera, luego de un año de sacrificio uno de los dos iba a conseguir el objetivo. De a poco las tribunas se fueron poblando y algunos cánticos empezaban por lo bajo. Mientras tanto, los equipos calentaban con lanzamientos al aro. A medida que pasaban los minutos la fiesta tomaba color, la gente seguía entrando y buscando un buen lugar para disfrutar de la final que definía el segundo ascenso a la Liga Uruguaya de Básquetbol, después de que ya lo lograra Miramar.
Cuando los jugadores estaban prontos para el arranque ya se sentía a las gargantas cantar más fuerte. El partido iba a comenzar.
Los dos primeros cuartos fueron para el albiceleste, que supo tener una máxima ventaja de 10 puntos. Pero sobre el final del primer tiempo Peñarol se despertó y logró acortar el marcador a cuatro de diferencia. Cordón se fue al entretiempo gananado 29 a 25. Durante la primera mitad, el partido estuvo parado por el árbitro porque un hincha estaba fumando marihuana en la tribuna de Peñarol, lo que generó un malestar grande en ambas hinchadas.
El segundo tiempo vino con aumento de la temperatura en la cancha de Goes. Los hinchas Cordón, todavía en ventaja, entonaban su canción: “En el básquet uruguayo lo más grande es Cordón”. En respuesta, la hinchada aurinegra cantaba: “Vamo’ el carboné, te vinimos a ver, a la Liga vamos a volver”. Mientras, en la cancha no se veía un lindo partido: muchos tiros errados, rebotes ofensivos y la humedad que también tuvo su protagonismo e hizo que el juego debiera parar por unos minutos. Pero sí estuvo muy luchado; cuando Peñarol logró pasar en el marcador por tres puntos, enseguida Cordón volvió a la delantera.
Seguían golpe a golpe sin sacarse una gran ventaja, pero la atención estaba en las tribunas. Cuando Cordón se ponía adelante en el tanteador se escuchaba: “Es la hora, es la hora, es la hora de ganar, ponga huevo albiceleste, que tenemos que ganar”. A los pocos segundos, como respuesta, la hinchada peñarolense cantaba la misma canción pero adaptada para su equipo.
El final
Cerca del final el partido tuvo su quiebre. Salvador Zanotta dio el pase a Juan Wenzel para que tirara un triple y que todo el estadio viera a la pelota entrar en el aro en cámara lenta. Faltaba un minuto y 46 segundos del último cuarto y Peñarol se ponía 57 a 51. Esos casi dos minutos se hicieron eternos, el albiceleste seguía dando pelea hasta que un gol y falta del alero Imanol Asaravicius pondría una persiana al partido cuando todavía faltaban 10 segundos. La chicharra del final desató el delirio de jugadores e hinchas que invadieron la cancha. Después de 22 años y varios de ellos de ausencia en la competencia, Peñarol volvía a la máxima categoría en básquetbol. Mientras la hinchada perdedora se retiraba y en la cancha todo era emoción y festejo, se empezaron a repartir las remeras con la inscripción “volvimos” para la entrega de premios.
Juan Wenzel es hijo del histórico jugador de Peñarol Daniel Mahoma Wenzel, campeón con el club en los 80’, su década dorada. Consultado por Sala de Redacción, el actual jugador valoró que “por suerte se pudo conseguir” el ascenso, aunque haya sido “muy sufrido”. “Peñarol es un equipo sufrido, pero supimos sacarlo adelante; estoy muy contento por festejarlo con gente que estuvo desde el principio”, agregó. Por su parte, destacó que a pesar del desgaste físico de él y sus compañeros “el empuje de la hinchada hizo que tiráramos el equipo arriba”. En ese sentido, habló de la existencia de “un feeling muy grande entre la hinchada y los jugadores”. El base de 30 años parece estar hecho a la medida de este tipo de partidos. El año pasado fue quien definió el ascenso de Capitol y ahora tuvo un tiro de tres puntos sobre el cierre que fue definitorio para Peñarol. “Los dos son importantes y están a la par, con Peñarol porque soy hincha y con Capitol porque hace 10 años estoy ahí jugando, soy uno más de la casa”, valoró al respecto.
Las luces de la cancha de Goes se apagaron y la fiesta terminó, pero esa noche quedara marcada para muchos. Principalmente para los hinchas mirasoles.