En el país existe movimiento llamado Apostasía en Uruguay, que busca ayudar a quienes tengan intención de apostatar, o sea, desvincularse de la Iglesia Católica. En dicha institución religiosa se cuentan como fieles o adeptos a la religión a todos quienes fueron bautizados. Por lo tanto, el trámite funciona como la anulación del bautismo.
Alexis Saavedra, unos de los líderes del movimiento, contó a Sala de Redacción que conoció a un amigo que realizó el trámite y que le explicó cómo hacerlo; desde hace mucho tenía la intención de desvincularse de la Iglesia Católica y aprovechó la oportunidad. Más adelante creó un grupo en Facebook, llamado Apostasía en Uruguay, donde asesora a personas para que puedan realizar el mismo trámite.
El trámite de apostasía requiere la carta de bautismo, que se obtiene en la iglesia en la que el interesado fue bautizado. Este documento debe ser llevado a la diócesis correspondiente a esa iglesia, acompañado de una carta en la que se explicite el interés de apostatar, con los datos personales de la persona y la cédula de identidad.
Para Saavedra el hecho de que muchas personas se mostraran interesadas en apostatar “molestó” a la iglesia, porque comenzó a ponerle “trabas” a quienes deseen llevar a cabo la gestión para la apostasía. En concreto, señaló que desde hace un tiempo la institución religiosa agregó a los requisitos para la apostasía la obligación de concretar una entrevista con autoridades de la iglesia para explicar el motivo por el que no desea pertenecer más a la institución. Para Saavedra, esto “atenta contra la libertad religiosa”, ya que “los individuos tienen el derecho a desvincularse de una institución a la que fueron inscriptos siendo bebés sin tener que dar ninguna razón”.
Desde el movimiento pretenden asesorarse para tomar medidas al respecto, porque para Saavedra es “una medida poco feliz”, debido a que “las personas pueden pasar de creer en una religión a creer en otra, o volverse ateos o agnósticos”. Si bien el movimiento atiende únicamente los casos de desvinculación a la Iglesia Católica, el líder del movimiento cree que toda persona tiene derecho a dejar de ser adepto de cualquier religión, y explicó que se pretende que a nivel legislativo se sancione una ley que incluya un trámite similar para el resto de las religiones.
Consultado sobre si alguna vez tuvo alguna clase de enfrentamiento por llevar adelante esta iniciativa, Saavedra mencionó que ha recibido insultos en redes sociales, pero que las agresiones “nunca fueron más allá de lo virtual”. En ese sentido, cree que el hecho de que Uruguay tenga un Estado laico hace que “los uruguayos nos criemos en un ambiente más tolerante”, pero “en Argentina los primeros que quisieron desvincularse de la Iglesia Católica fueron recibidos con palos por fanáticos religiosos”.
Justamente, en Argentina muchas personas decidieron apostatar en los últimos meses, a causa del pronunciamiento de referentes de la Iglesia Católica en contra de la despenalización del aborto. De esa forma, el movimiento de apostasía en ese país creció dentro del movimiento feminista.
El movimiento pertenece a una agrupación más amplia, la Asociación Uruguaya de Libre Pensadores (AULP). Si bien esta asociación no adhiere a ningún partido político, se caracteriza por defender la laicidad y está a favor de políticas como la despenalización del aborto o el matrimonio igualitario. La AULP pertenece a su vez a la Asociación Internacional de Librepensamiento, por lo que continuamente están en contacto con asociaciones de otros países para intercambiar ideas y por asesoría en muchos temas.