A las dos de la tarde ya se podía ingresar a la avenida Hugo Balzo, que no cumplía su función habitual, ya que en la intersección con Luis Alberto de Herrera se constituía en el eje principal de la fiesta por el Día de la juventud, que por el otro lado iba hasta Atilio Pelossi y el arroyo Miguelete. Entre los dos escenarios, uno con propuestas más bien rockeras y de ska y el otro con propuestas que son más difíciles de encontrar en ámbitos comerciales, se podían ver diez gasebos, destinados a la feria artesanal en la que se habían inscripto los vecinos de la zona, compuesta en su mayoría puestos de ropa y accesorios realizados a mano y puestos gastronómicos. Otros gasebos fueron destinados al gobierno municipal: uno en el que estaban funcionarios del Municipio C, organizador de la jornada, y otros tres correspondían a cada uno de los Centros Comunales Zonales del municipio, donde se difundían buenas prácticas de salud y se regalaban frutas. En estos stands y a través de la recorrida de dos clowns por todo el predio se aprovechó a difundir las próximas elecciones de Concejo Vecinal y Presupuesto Participativo, que se realizarán el 11 de noviembre.
Pese a que el principal llamador era la música, el predio contó con otros atractivos, como deportes originales -entre ellos práctica de quidditch-, espacios lúdicos, y talleres abiertos de circo. Por la calle Uruguayana está la ex fábrica de Campomar, predio cedido por el Municipio C al colectivo El Picadero, que como contrapartida ofrece distintos talleres. “En particular, aprovechan este tipo de actividad para enseñar artes circenses muy básicas”, por ejemplo, “se cuelgan de las telas, les enseñan a hacer equilibrio con el monociclo y aros”, contó Mauro Pratto, de la Unidad de Comunicación del municipio. En la fiesta también se ofrecía practicar “deportes inclusivos”, a cargo de la Secretaria Nacional de Deporte: básquetbol con sillas de ruedas o bicicletas que se adaptan a personas con discapacidad. Además, se podía participar de otros juegos deportivos más tradicionales con profesores del municipio, señaló el comunicador.
En suma, el arte plástico también dijo presente. Mientras pintaba en la zona de graffitis, compuesta por varios paneles de madera dispuestos a modo de fotogalería, Laura Barufaldi explicó a SdR que lo que hacía “es una muestra de lo que venimos aprendiendo en el taller gratuito de arte callejera, que incluye muralismo, stencil y graffiti, y es dictado por Mario Alonso en el Centro Cultural Terminal Goes”. Por su parte, en esa área también se ofrecían tizas para quienes desearan realizar una intervención en la calle.
La jornada permitó que jóvenes que conforman bandas emergentes puedan tocar como forma de darse a conocer. “Se hace un llamado previo en el que bandas de cualquier tipo y género presentan la propuesta a través de un formulario en internet. Allí ponen en qué consiste la banda, quiénes son sus integrantes, su estilo, el género, y mandan un mail con demos. A veces se llegan a anotar 100 bandas”, explicó Pratto. Además, señaló que se contratan algunas bandas reconocidas. Este año, la realización del Cosquín Rock y el Montevideo Rock firmaron contratos de exclusividad con bandas como Trotsky Vengarán, lo que dejó pocas disponibles para la Fiesta de la juventud, detalló Pratto.
El sábado, el cierre musical estuvo a cargo de Cuatro pesos de propina, que se presentó en el escenario central con la presencia de unas tres mil personas. Gastón Puentes , actual vocalista de la banda, dijo que aceptó la propuesta con alegría y apertura. Ello quedó claro después de la actuación, cuando parte del público se acercó a sacarse fotos, felicitar y preguntar a coro “cuando es el próximo toque”.
Federica Carámbula