El programa, que apuntó a resaltar el valor del turismo en la educación, finalizó con un paseo de niños de 4° y 5° año por los principales puntos turísticos de la ciudad.
Con ayuda de pequeños saltos, algunos más que otros, los niños llegaban a la vereda un tanto desconcertados; se veían ajenos a aquellos caminantes en serie, típicos del horario de oficina en aquel vasto lugar. Cientos de túnicas blancas descendían de sus buses en la Intendencia de Montevideo, cerca de las 14 horas del martes 25 y miércoles 26 de septiembre. Allí los esperaba Nicolás Raffo, un hombre alto y bien animado que saludó a cada uno de ellos chocando sus manos y haciéndoles esbozar una sonrisa.
Ya en el centro de la explanada, las interrogantes de los niños no tardaron en aparecer: “¿A dónde vamos?”, se atrevió a preguntar una niña de la escuela del Cerro. Nicolás les explicó que la idea era ir a aquellos lugares que no fueran habituales para ellos. “El circuito de ustedes será por la rambla costera, la Plaza de la Armada y el Estadio Centenario”. Otras escuelas visitarían la Fortaleza del Cerro y el Rosedal del Prado.
El programa
Tras un acuerdo entre la Intendencia de Montevideo y Ceibal, el proyecto comenzó a funcionar a mediados de marzo de 2018 y apuntó a “que los escolares se apropien y conozcan los atractivos de su barrio, luego de su municipio, y en el intercambio con otros niños de su misma edad, de las diferentes realidades dentro de todo Montevideo”, explicó a SdR Nicolás Raffo, representante de la División Turismo de la Intendencia de Montevideo.
Para ello, cada uno de los ocho municipios eligió una escuela que lo representara y los escolares involucrados tuvieron un encuentro -virtual o presencial- con Raffo. En esa instancia les introdujo algunos conceptos clave del turismo y les invitó a reflexionar sobre la manera en que esta actividad se relacionaba con sus propias vidas: la familia, el hogar, los bienes, el barrio, la ciudad, el país.
Posteriormente las escuelas mantuvieron un intercambio entre sí, realizando cada cual una presentación de su municipio y de sus atractivos turísticos. Lo trabajaron primero en el aula, y algunos grupos realizaron paseos por el barrio, en los que sacaron fotos para agregar a sus presentaciones. Si bien la idea original era que en ocho contactos los escolares pudieran adquirir una visión global de toda la ciudad, el Municipio E quedó sin representación luego de que la escuela con la que se contaba al comienzo se desvinculara.
Balance
El programa tiene una gran potencialidad formativa, manifestó Raffo, ya que permite a las maestras trabajar distintas áreas: “A través de un mapa de la ciudad, por ejemplo, se pueden aplicar conceptos matemáticos en el cálculo de distancias de un punto a otro, conceptos geográficos en cuanto a la ubicación en el espacio de la ciudad, cuestiones orales y escritas a través de la lectura, y conceptos sociales en el intercambio con niños de otras escuelas, lo que fomenta un acercamiento a otras realidades y mejora el nivel de la educación en general”.
Raffo también sostuvo que existen aspectos a modificar para futuras ediciones, como los intercambios virtuales entre escuelas que “al principio eran novedosos, pero después fueron perdiendo atractivo, según lo que pudimos constatar a través de la devolución de las maestras”. Adicionalmente, la calidad de la conectividad fue señalada como otro de los “puntos flojos” del programa, por entorpecer la fluidez de las instancias virtuales. De todos modos, concluyó que la experiencia salió mejor de lo que se esperaba: “hay niños que nunca habían ido a la rambla, y poder revertir eso ya es, para nosotros, un éxito”.
En la misma línea se expresó Alejandra Díaz, maestra de la escuela 166 del Municipio G, que destacó que el proyecto, además de una buena experiencia, “fue una forma distinta de encarar el año y particularmente el tema del turismo, que es uno de los contenidos programáticos de 4° grado“. Por su parte, Elizabeth Villalba, directora de la División Turismo de la IM, manifestó que la experiencia piloto fue muy exitosa. Se apuesta a incorporar la noción de turismo desde la escuela, “al punto de que cada uno sienta que puede ser protagonista de su propio territorio”, planteó, y afirmó el deseo de extender el proyecto en tiempo, espacio y en cantidad de escuelas. “Seguramente hagamos una puesta en común con Ceibal para evaluar su continuidad”.
Experiencia de campo
Miradas absortas en el cambiante paisaje, exclamaciones de asombro y preguntas de todo tipo llenaban la tarde. Algunos niños reconocían las calles que transitaban -incluso cuando distaban bastante de su lugar de residencia-; otros encontraban, en algún relato del guía, la oportunidad para contar cuál era el nombre de su madre, su club de fútbol o, para alegría de la maestra, reconocer algún elemento ya estudiado en clase. Los paisajes históricos comenzaban a tomar forma de campo de juegos, y así, el acercamiento al turismo desembocó en risas, gritos, caminatas, correteos, cosquillas, abrazos y secretos.
Carlos García, secretario de la Asociación de Guías de Turismo de Montevideo, asistió en calidad de guía al paseo de cierre: “Recibir a las escuelas es lo máximo, los niños atienden y se interesan, incluso cuestionan algunos hechos que nosotros, los adultos, damos por sentado, o descubren pequeños detalles que uno pasa por alto. De esta manera, se vuelve realmente un intercambio”. El secretario demostró su entusiasmo por involucrar a las personas en el turismo desde una edad temprana para “llegar a ser, en un futuro no muy lejano, un país turístico”.
En consonancia, Nicolás Raffo aseguró que al diseñar el programa se partió de la base de que “es más fácil educar a jóvenes que a adultos”, y que “particularmente los niños son generadores de cambios”, lo que a su vez se traduce en un impacto positivo en la actividad turística a largo plazo.
Maia Bidegain