Cerca de 200 personas se reunieron el domingo en la Plaza Líber Seregni para denunciar el avance de la ultraderecha en Brasil. Esta iniciativa surgió como una réplica de varias manifestaciones que se realizaron en ese país debido a que el diputado Jair Bolsonaro, ex militar candidato a la presidencia, lidera las encuestas de intención de voto con un discurso de tendencia autoritaria, machista, racista y homofóbico.
El encuentro fue convocado por un grupo de mujeres brasileñas residentes en Uruguay, conectadas a través de un grupo de Facebook llamado “Brasileñas en Uruguay organizadas contra el fascismo”, y contó con el apoyo de militantes feministas uruguayas. El acto comenzó a media tarde y la leve llovizna no impidió que decenas de personas se juntaran para unirse a la consigna “ele não” (en castellano, él no), en alusión a Bolsonaro.
La primera en tomar la palabra fue Lilián Celiberti, integrante de Cotidiano Mujer, quien manifestó su preocupación por la situación política de Brasil y la posibilidad de que el discurso “misógino” llegue al Palacio de Planalto, sede de la Presidencia de la República. “Como feminista, pero también como víctima de la dictadura que fue secuestrada en Brasil, digo ele não, porque no queremos ese retroceso, no queremos torturadores ni fascistas en nuestros países”.
“Acompañemos esta lucha de las nuevas generaciones de mujeres jóvenes, de las feministas que irrumpen, que ponen el cuerpo en las calles en esa lucha cotidiana. Con mucha emoción vamos a seguir acompañando, porque formaron parte del movimiento feminista latinoamericano, que pone en la calle los cuerpos para defender las ideas por las cuales vamos a generar una sociedad más libre, más justa para todas y todos”, concluyó Celiberti.
Luego, una ciudadana brasileña entre los participantes tomó la palabra: “Queremos decirle a Bolsonaro y a todo su grupo que sabemos muy bien lo que fue la dictadura en Brasil. Que hubo más de 8.000 personas exiliadas, 7.000 juzgadas por crímenes políticos, 500 personas desaparecidas o muertas. Son las mujeres las que están saliendo a las calles de Brasil y de América Latina para pensar en una sociedad para todos”.
Todo el mundo falando português
El encuentro en Montevideo fue una de las tantas manifestaciones ocurridas en más de 30 países y centenares de ciudades de Brasil. Esta manifestación consolida la mayor movilización de la izquierda brasileña desde el impeachment a la ex presidenta Dilma Rousseff (Partido de los Trabajadores, PT).
La posibilidad de que un ex militar de ultraderecha sea presidente unió a enemigos que parecían irreconciliables, como el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), aliado del actual presidente Michelle Temer en la caída de Rousseff, y el PT, cuyos militantes se encontraron en las calles manifestándose en contra de Bolsonaro y su discurso. Apoyado por más del 30% del electorado, los números lo dejan como líder de las encuestas de cara a las próximas elecciones del próximo domingo, cuando los brasileños deberán elegir a su próximo presidente o. En caso de que ningún candidato alcance la mitad de los votos habrá una segunda vuelta en la que competirán los dos más votados, que está prevista para el 28 de octubre. Hasta el momento, quien ocupa el segundo lugar en las encuestas es el candidato del PT, Fernando Haddad, quien emergió después de que se conociera la imposibilidad de que el ex presidente Luiz Inacio Lula Da Silva sea candidato por estar encarcelado.
Bolsonaro realizó declaraciones en los últimos días previos a las elecciones en las que se opuso a la igualdad salarial entre varones y mujeres, y también dijo que “las mujeres negras no sirven ni para procrear”, en un país donde 60% de la población es afrodescendiente. “Sería incapaz de amar a un hijo homosexual. Prefiero que un hijo mío se muera en un accidente a que aparezca con un bigotudo por ahí“, fue otra de las frases dichas por Bolsonaro, que no hacen más que polarizar la ya dividida sociedad brasileña.
Su discurso genera cada vez más rechazo en muchos sectores, especialmente entre mujeres, afrodescendientes, pobres y homosexuales, grupos que son objetivo de ataques permanentes por parte de Bolsonaro y su entorno. Por el contrario, su discurso genera cada vez más adeptos en sectores en los que estas concepciones se encontraban solapadas, especialmente en la población blanca de renta media o alta.
Las movilizaciones contra el candidato en Brasil fueron convocadas para el 29 de setiembre, con una campaña apoyada por diversas figuras mediáticas, en un país no acostumbrado a que famosos de la televisión se involucren en proclamas políticas. De hecho, uno de los vídeos con mayor difusión fue realizado por actrices de la cadena Globo, en el que llamaban a “marchar en contra del retroceso”.
Cinelândia, en Rio de Janeiro, o la Avenida Paulista de São Paulo se vieron colmadas de personas con proclamas a favor de derechos y con la consigna “ele não”, que se mezclaban con algunos “Lula livre”, como un reflejo de los dos grandes hechos que marcan el contexto de esta elección.
Javier Revetria