Ariel Bergamino / Foto: Presidencia de la República

En los últimos años, Uruguay ha estado preocupado por potenciar las relaciones bilaterales con China. Consultado por SdR, el subsecretario del Ministerio de Relaciones Exteriores uruguayo, Ariel Bergamino, habló sobre la última visita oficial al país asiático, encabezada por la vicepresidenta, Lucía Topolansky, y del vínculo de ambos gobiernos. Además de Topolansky, a principios de setiembre también viajaron el canciller, Rodolfo Nin Novoa, y el propio Bergamino. En 2018 se cumplen 30 años del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países, lo que desde el gobierno uruguayo se visualiza como un momento óptimo para intensificar la interacción, que había caído en 2005, según comentó el subsecretario.
Para Uruguay, la posibilidad de extender su vínculo comercial con el gigante asiático representa una “ventana de oportunidades” que contribuye con el objetivo de cortar con la “dependencia europeo-americana” para la inserción de productos nacionales, declaró Topolansky a la agencia Efe. Según Bergamino, China también obtiene un beneficio del fortalecimiento de los vínculos con Uruguay, ya que debe buscar alternativas fuera de Estados Unidos después de que su presidente, Donald Trump, aumentara los aranceles sobre las importaciones chinas, que ya alcanzan los U$S 200.000 millones.
El viaje de los gobernantes uruguayos a principios de mes no es aislado y forma parte de una serie de visitas en ambas direcciones; por ejemplo, en enero el canciller chino estuvo en Uruguay, y en abril Bergamino había viajado al país asiático. La última visita contó con múltiples reuniones, como las que los gobernantes uruguayos mantuvieron con el vicepresidente chino, el presidente de la Asamblea Consultiva, y con otras autoridades políticas y académicas, detalló el subsecretario.
Bergamino analizó que debido a la diferencia poblacional entre ambos países, Uruguay “es lógicamente incapaz de ofrecer la masividad de productos que China demanda, por lo que se apuesta a ofrecer calidad”, en el entendido de que el país sudamericano “tiene una muy buena oferta”. En suma, consideró que se trata de un país en el que hay un “altísimo nivel y se puede progresar”, no sólo a nivel de productos sino “en el campo comercial y de las inversiones”, además de ofrecer recursos humanos calificados. Según el jerarca, China elige a Uruguay porque lo considera “confiable, con reglas claras y normativas que permiten el comercio, además de una estabilidad característica que no es común hoy en día en la región”.
En los intercambios entre gobernantes también estuvo presente una agenda de alianzas regionales más amplia, como la reactivación del comercio entre China y el Mercosur, bloque temporalmente presidido por Uruguay.
En 2016 trascendió el impulso de un eventual tratado de libre comercio (TLC) entre Uruguay y China, cuya concreción se esperaba para este año, pero no se conocieron avances en la materia en los últimos meses. Consultado al respecto, el subsecretario señaló que ese tema no estuvo presente en las últimas conversaciones, y que ambos países “tienen una asociación estratégica” por la que van “generando acuerdos en distintas áreas”. “No se trata de ponerle título a las cosas sino de construir”, concluyó.
Federica Carámbula

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