Docentes invitados en el Día del Futuro Educación. Foto: Eliana Vila


El encuentro se realizó en la sala Julio Castro de la Biblioteca Nacional en el marco de las actividades del Día del Futuro de La Diaria. Los docentes invitados destacaron la importancia de desarrollar más espacios en centros educativos que den lugar a la reflexión y generar vínculos con los estudiantes para contemplar las realidades de cada uno.
Gabriel Quirici, docente de Historia, aseguró en el encuentro que los educadores están en permanente reflexión, pero que el problema reside en la institucionalización. No hay espacios determinados para que estas reflexiones puedan ser debidamente analizadas y compartidas entre pares.  “Al egresar del IPA, nos ayudó mucho una instancia que teníamos para juntarnos mensualmente con compañeros de mi generación, todo medio por fuera del sistema. Nos juntábamos, escribíamos sobre algún problema de la práctica, nos leíamos entre nosotros. Compartir con otros tu práctica y tu experiencia, te enriquece”, afirmó Quirici.
Además, Quirici resaltó que en el concepto del rol del educador tiene que haber una noción de que no sólo son “horas pizarrón” u “horas aula”, sino que hay que incluir las horas que se destinan a coordinaciones e intercambio. “Lo que termina pasando es que la inclusión es sólo social. Si vos no tenés tiempo para reflexionar cómo hacés con un chiquilín que tiene afasia, y no podés hablar con alguien que sepa y te ayude, a la larga terminás improvisando. O si te presionan mucho, le pones seis y todo bien”, dijo Quirici en el encuentro.
Planteó que el rol del educador debe ser participativo, conocer la comunidad en la que desarrolla su labor, conocer su práctica y la de los demás, proponer alternativas de evaluación y revisión de situaciones complejas. En el caso de los centros donde ocurren peleas entre alumnos o padres que golpean a los docentes, es necesario tener una comunidad fuerte de educadores y “hablar con los estudiantes para que no se pierdan”, agregó el profesor. También reafirmó la idea de que el liceo debe ser para la comunidad, tiene que haber campeonato de fútbol entre otras cosas, y que no puede estar cerrado los fines de semana. Según Quirici, “esto es una idealización, porque también sabemos los horarios que tiene la gente, lo que se paga. Hablando en términos generales tendríamos que tener educadores participativos. Hay una tradición de hacer muchas cosas y de vincularse, eso lo tenemos, pero no están dadas ciertas condiciones económicas o políticas”.
Gabriela Pérez, educadora social y docente de matemática, coincidió en que se deben generar más espacios de encuentro y que eso no depende de cuánto tiempo por semana se le dedica:  no es un tiempo rápido, sino que es especialmente cuidado para que las reflexiones puedan tener lugar. Además destacó la disposición de los educadores para la formación: “Cuando hay algún tipo de oportunidad de curso, o de propuesta de formación más volcada a una especialidad, los lugares se llenan. Y no es por el papel de asistencia que te otorgan sino porque seguimos buscando instancias que te permitan pensar y mejorar nuestras prácticas”, aseguró Pérez.
El encuentro contó también con la presencia de Leonardo Nahúm, docente de audiovisual en UTU, quien presentó un espacio de intercambio al que llaman Espacio Docente Integrado (EDI). Las reuniones de este grupo son de dos horas por semana, con el fin de pensar las prácticas con los otros docentes de UTU. “Este espacio creo que es fundamental y esencial que exista, porque podemos conversar no sólo de contenido sino de cómo vienen los chiquilines. Faltan herramientas para poder encararlo, pero es un espacio que hay que defender y transformarlo permanentemente”, aseguró Nahúm.
Nahúm advirtió sobre la importancia de plantearse qué se les ofrece a los estudiantes y de comprender la situación de cada uno de estos chiquilines. “Yo tengo alumnos que pasan hambre, frío, que vienen con vulneraciones sociales enormes a la clase. No puedo mirar sólo hacia el pizarrón y darles la clase como si fuera un robot y negar que esas cosas les están sucediendo”, dijo Nahúm. Además, planteó que para que se genere la inclusión y ese estudiante quiera ir a clases, tiene que sentirse comprendido.
El docente también hizo énfasis en la importancia de salir del aula, ya que estar todo el año en el salón genera un encierro que no crea situaciones muy producentes. Además, ingresar gente de afuera al aula tiene un potencial muy importante, “los chiquilines sienten que vino alguien a visitarlos, eso transforma la clase y motiva”. Afirmó que discrepa con el modo lineal de algunas prácticas docentes, y que es fundamental la utilización de los cinco sentidos para evitar que permanezcan sentados y repitan, lo que no da resultado. Además dijo que es importante promover que sean autodidactas, es decir, que puedan hacer las cosas sin la presencia de un profesor.
Gonzalo Rodríguez es maestro director de la escuela Nro. 230 de Puntas de Manga, y dijo que en las escuelas de tiempo completo no hay bibliotecas ni laboratorios. Sin embargo, en su escuela se propusieron como proyecto crear un laboratorio que están a punto de terminar, además de crear una biblioteca propia con la ayuda de estudiantes de Bibliotecología. Rodríguez contó en el encuentro que las escuelas y jardines de la zona  también utilizan ese nuevo espacio de lectura.
Contó además que hace un tiempo, una escuela de Capra recibió la visita de una delegación de Harvard con su profesora colombiana, motivados por el Plan Ceibal. “Nosotros notábamos que nos miraban raro las primeras semanas, hasta que lograron contarnos lo que les estaba pasando. Les parecía muy raro que nosotros abrazáramos y besáramos a los gurises, conociéramos las historias, dónde viven, su trayectoria en la escuela. Y cuando nos vieron evaluar les pareció más raro todavía, porque el maestro para evaluar miraba al niño, de donde había partido, cómo era la situación en su casa; si el padre era borracho, ojo con lo que ponés en el carné porque se va a ligar una paliza. Si la madre era muy exigente, vamos a tratar de buscarle la vuelta”, relató Rodríguez y agregó: “todo eso que los maestros uruguayos tenemos y seguramente los profesores también, a ellos le parecía increíble, porque estaban acostumbrados a una carrera por créditos”. Aseguró además que en el campo de la educación se han incluido palabras como gerenciar, mercado, créditos, pero que ellos creen que la cuestión va por otro lado; “va por el beso, el abrazo, el conocer a su familia, el saber cómo tienen que escribir un juicio para que lo tomen de la mejor manera. Y si bien no puntuamos bien en pruebas nacionales e internacionales, puntuamos genial en otras. La escuela no va a ser en unos años lo que es hoy”, aseguró Rodríguez.
Cerca del final, el director destacó la importancia de que existan instituciones de educación media en el mismo lugar donde están ubicadas las escuelas, ya que ese cambio de primaria a ciclo básico “es terrible”.
Eliana Vila
 

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