El Ejecutivo provisorio de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) culmina su mandato el 31 de julio y los representantes de los clubes se disponen a elegir al próximo mandamás. Hasta el momento, los candidatos son el actual presidente de la AUF, Wilmer Valdez, que aspira a prolongar su mandato, y Eduardo Abulafia, un histórico aspirante al sillón de la AUF vinculado al empresario Francisco Casal.
Tras la recordada renuncia de Sebastián Bauzá como presidente de la AUF, ocurrida el último día de marzo y que provocó la dimisión de los demás integrantes del Ejecutivo en solidaridad, una improvisada asamblea de clubes nombró a Wilmer Valdez como presidente interino hasta la finalización del mandato. Se acercaba el Mundial de Brasil y hubo consenso entre los dirigentes para no elegir en ese momento a las autoridades definitivas, siendo Valdez el único postulado tras la negativa de Óscar Curutchet, dirigente de Danubio.
En principio todos entendían que Valdez sería una figura de transición, pero pasaron los meses y la falta de aspirantes lo transformó en el principal candidato para asumir la presidencia por los próximos cuatro años. Cuenta con el apoyo de los clubes que arremetieron contra Bauzá, Nacional y Peñarol que están representados en el Ejecutivo, y tiene una buena relación con la empresa Tenfield.
El dirigente de Rentistas tenía todos los boletos. Pero apareció un viejo conocido de la AUF como Eduardo Abulafia, que manifestó públicamente su intención de ser presidente, pese a haber declarado tras perder la última elección que no volvería a presentarse.
Abulafia fue presidente de la Divisional B del fútbol uruguayo a finales de la década del noventa, tras el arribo de la empresa Tenfield a la AUF. Luego fue candidato, o manifestó su intención de serlo, en todos los períodos de elecciones de autoridades que tuvo la AUF. Perdió la votación con Eugenio Figueredo en 2002, con José Luis Corbo en 2006 y con Sebastián Bauzá en 2010. También se autopostuló sin éxito para asumir de forma interina en 2008, cuando el elegido fue Washington Rivero.
Se desempeña como empresario, vinculado en sus orígenes al comercio automotor, aunque luego ramificó sus negocios. En 2001 el Juzgado de Concursos de 1er Turno decretó la quiebra de las empresas de Abulafia, debido a pérdidas que rondaban los 187 mil dólares.
También por esos años la Justicia lo procesó en primera instancia por apropiación indebida a causa de una maniobra realizada en la venta de camiones, en un dictamen realizado por el juez Rolando Vomero. En segunda instancia, sin embargo, el fiscal Eduardo Fernández Dovat contradijo el primer pronunciamiento y Abulafia quedó sobreseído.
La esperanza de encontrar una figura no afín a Casal en el sillón de la AUF se reduce a que el ex presidente de Danubio, Arturo Del Campo, acepte postularse. La idea fue promovida por la dirigencia franjeada y contaría con el apoyo de algún otro club, aunque es evidente que no conseguirá el aval necesario de las instituciones cercanas a Casal y aunque fuera elegido, enfrentaría una situación de ingobernabilidad similar a la de Bauzá.
No tan derechos
La principal decisión que deberá tomar el Ejecutivo entrante de la AUF es la venta de los derechos de televisión de la selección uruguaya para la próxima eliminatoria mundialista.
Bauzá tenía pensado hacer un llamado a licitación previo al Mundial de Brasil para aprovechar el buen posicionamiento de Uruguay y que la cotización no decayera debido a los resultados mundialistas. Pero tras su renuncia y la asunción de Valdez, el Ejecutivo decidió postergar la venta de los derechos para que fuera una decisión de las próximas autoridades, disposición celebrada por Tenfield.
En la pasada eliminatoria se vendieron los derechos en algo más de 10 millones de dólares, tras arduas negociaciones emprendidas por Bauzá luego de una oferta inicial de Tenfield que era notoriamente inferior. Para esta eliminatoria se aspiraba alcanzar como mínimo 15 millones de dólares, debido a la revalorización de la selección, pero desde la empresa se intentará un acuerdo en torno a los 12 millones de dólares. Un aspecto que varió con respecto a las anteriores negociaciones es que Tenfield ya no tiene la cláusula de preferencia que le permitía igualar la mejor oferta y hacerse con los derechos.
Valdez ratificó la intención de negociar con Tenfield bajo un piso de 15 millones de dólares y contratar una consultora independiente que asesore a la AUF. Tampoco descartó escuchar a otras compañías interesadas, como podrían serlo Fox Sports o ESPN, aunque informó que hasta el momento no hubo ningún contacto formal con estas empresas.
Yendo a la otra vereda, para entender la relación que existe entre Francisco Casal y Eduardo Abulafia solamente basta leer las declaraciones que el candidato a comandar la AUF realizó en los últimos días a Radio 1010. Habló de Casal como de “un hermano”, dijo sentir “afecto, cariño y hasta admiración” por el dueño de Tenfield y lo definió como “un gran trabajador” que siempre intentó “traer más dinero” para el fútbol uruguayo.
Luego de esto, no es necesario explicar que, de asumir como presidente de la AUF, se allana aún más el camino de Tenfield para renovar los derechos de televisación de la selección uruguaya. “Soy hincha de Casal, pero voy a buscar el mejor negocio”, sentenció Abulafia.
Además del tema de los derechos de televisión, la otra decisión de peso que debe tomar el próximo Ejecutivo es la continuidad o no del proceso de selección que lideró Óscar Tabárez. El técnico terminó su contrato con la AUF tras el Mundial de Brasil y está a la espera de las elecciones, aunque adelantó que se deberán respetar ciertas condiciones de trabajo para seguir en el cargo. El grupo de clubes que apoyó a Valdez y produjo la renuncia de Bauzá había criticado al Ejecutivo anterior por el excesivo gasto de las selecciones, incluido el contrato de Tabárez.
Mismos métodos
Al parecer, dentro de la AUF pasan los años, los Ejecutivos y los presidentes pero algunos métodos poco cristalinos se mantienen intactos. De acuerdo a los estatutos la elección de las nuevas autoridades se debería realizar el próximo 31 de julio, jornada en la que culmina el mandato del actual Ejecutivo provisorio. Para esto se debe convocar a la asamblea de clubes, integrada por los representantes de la Primera División y un delegado de la Divisional B. El presidente es elegido por la asamblea de clubes por una mayoría especial de 12 votos de los 17 totales. A su vez, se necesitan dos tercios de los representantes presentes para dar inicio a la sesión. Ante esto, algunos dirigentes clubistas ya sondearon la posibilidad de no asistir a la convocatoria inicial para no dar quórum y lograr que la decisión se postergue para las próximas semanas. Si la asamblea se realiza en agosto, los clubes que descendieron a la Divisional B (Miramar Misiones, Cerro Largo y Liverpool) no votarían y dejarían su lugar a los recién ascendidos (Tacuarembó, Atenas y Rampla Juniors).
Así, muchos clubes se lograrían sacar una piedra en sus zapatos: el presidente de Liverpool, José Luis Palma. El empresario dueño de la firma Puritas es un férreo opositor de Tenfield y crítico de los dirigentes condescendientes con Casal, pero quedaría sin voz dentro de la AUF.
Los amigos de Paco
Son y han sido muchos los dirigentes que obedecen las órdenes de Casal, en el entendido de que estos favores serán devueltos con dinero para sus clubes, aunque la realidad indica que ninguna de esas instituciones está bien económicamente.
Freddy Varela es presidente de El Tanque Sisley, hincha de Nacional y principal operador político de Casal y Tenfield dentro de la AUF. Esto es reconocido públicamente por Varela, quien incluso se vanagloria de esa categorización. Él fue quien llevó a cabo las acciones principales que terminaron rodeando a Bauzá y liquidando a su Ejecutivo.
Pero también hay otros clubes que van en la misma línea y junto a El Tanque se denominan “el grupo de los 7”. Ellos son Cerro, Cerro Largo, Juventud de Las Piedras, Miramar Misiones, Rentistas y Racing. Las instituciones firmaron un documento escrito por abogados de la empresa Tenfield donde denuncian hechos de corrupción dentro de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) y piden licitar los derechos de televisación del fútbol continental, lugar donde el monopolio de la empresa Traffic no deja competir a Casal.
Peñarol y Nacional no están exentos de muestras de amiguismo. Los tricolores iniciaron, con la llegada de Eduardo Ache a la presidencia del club, un proceso de acercamiento con Casal. Aunque sus dirigentes no lo quieran admitir públicamente han acompañado muchas movidas de Tenfield a nivel político en la AUF. Lo de los carboneros, con su presidente Juan Pedro Damiani a la cabeza, resulta un poco más evidente, porque fue Casal quien prestó al club 7 millones de dólares para la construcción del nuevo estadio a cambio de que Peñarol acompañara la denuncia contra la Conmebol.
Liverpool, Defensor y Danubio parecerían ser las excepciones a la regla, aunque con la diferencia que los dos últimos sí realizan negocios con Casal pese a que no apoyan a Tenfield en la AUF. Otras instituciones que años atrás tuvieron enfrentamientos con el empresario y mantenían su independencia, como Wanderers o River Plate, actualmente cambiaron su política.
Con este panorama, resultará clave la opinión de Tenfield para definir el próximo presidente de la AUF, aunque los dos candidatos son afines a la empresa que mueve los hilos del fútbol uruguayo.
Mathías Da Silva