Entrega de diplomas a funcion rios del BPS que completaron el bachillerato. Foto: bps.gub.uy

Las responsabilidades de un adulto, ya sean laborales o familiares, son condicionantes en la decisión de culminar los estudios. No es fácil hacerse un tiempo y volver a empezar. Sin embargo, 1.406 trabajadores pudieron terminar el liceo desde que existe el Programa para la Culminación de Estudios Secundarios (ProCES) desde el año 2007. El 40 por ciento de estos egresados continúan los estudios terciarios.
El sindicato de profesores no está de acuerdo con estos planes de estudio. “Nosotros concebimos otro tipo de alternativas que tienen que ver con cuestiones más profundas y metodológicas”, expresa Isabel Rodríguez Carvalho, secretaria del Proyecto Educativo de la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (FeNaPES). La temporalidad de los cursos es un punto en el que no están de acuerdo. Sin embargo, en los proyectos de enseñanza contemplados por la FeNaPES “no están profundizados” los planes para este tipo de alumnado (trabajadores-estudiantes). La secretaria considera que “deberían recurrir a los liceos nocturnos pero debido a estas nuevas modalidades de educación los mismos han tendido a desaparecer, sobre todo en el interior”, concluye.
De todas formas el Consejo de Educación Secundaria (CES) entiende que en la realidad uruguaya existen distintas poblaciones con necesidades educativas diferentes. Con el objetivo de reinsertar a aquellas personas que dejaron sus estudios, por distintos motivos, propone Programas Educativos Especiales (PEE). Es decir, “desarrollar políticas de focalización que tiendan a revertir los fenómenos de deserción y exclusión del sistema en el marco de la universalización de la educación media. En consecuencia se promueven líneas de acción que permitan efectivizar la democratización educativa”; en este marco se desarrolla el ProCES. Éste funciona a partir de convenios entre el CES y las instituciones públicas o privadas, brindándole la posibilidad a sus trabajadores de completar los estudios secundarios en el ámbito laboral.
Marlene Mila es la coordinadora académica del ProCES, su rol está enfocado al desarrollo pedagógico del Programa. Desde su postura defiende a los PEE: “Se ha llegado a decir que estos ‘programas especiales son laboratorios pedagógicos´ en tanto que estamos permanentemente buscando estrategias nuevas. En el ProCES, “apostamos sobre las líneas pedagógicas del Programa que son la flexibilización curricular, no el recorte”. Es consciente de la acotada duración de los cursos pero asegura que “la idea es enfrentar a los estudiantes, a través de un eje transversal, a todos los conceptos que se requieren para comprender no sólo la asignatura sino la vida”. Para ello se trabaja constantemente en reuniones de coordinación entre los docentes que dictan clases y las coordinadoras del ProCES. En busca de propuestas que contemplen la temporalidad de los cursos pero con la intención de promover un verdadero aprendizaje. “El profesor tiene que pensar un curso para 14 semanas, se le paga las horas que se le asignan y detrás quedan las horas de pienso que tiene que poner, de trabajo y de armado de material. No es cuestión de que replico lo que tengo preparado para el liceo. No, no podes porque fracasas”, explica Mila.
Según los últimos datos recabados por la coordinadora y la administración del ProCES, se puede asegurar que en el periodo de 2007 a 2014 egresaron 1.406 trabajadores, que de éstos el 40 por ciento continuaron estudios terciarios y que se logró un 98 por ciento de aprobaciones en las evaluaciones finales. Particularmente, sólo en 2014 se rindieron 3952 exámenes y fueron aprobados 3915, lo que refleja un 99 por ciento de aprobaciones en ese año.
Propuesta pedagógica
Los grupos de estudio no superan los 20 alumnos. Mila comenta que éstos pueden estar integrados por los empleados y sus jefes pero ello no afecta a la relación en clase, “todos deben asumir el rol de estudiantes que tienen”. Las materias a dictarse en cada cuatrimestre en los diferentes ProCES se establecen en función de la necesidad educativa de los grupos. Sin embargo, con la idea de “optimizar recursos” se trata de contemplar los casos, “nadie queda sin cursar, porque si no corremos el riesgo de perder a ese posible estudiante”, expresa Mila. Por ello, “si hay una persona que pertenece a determinado ProCES y le quedan dos materias para egresar, en caso de que esas asignaturas no se dicten en el cuatrimestre que se vaya a anotar, lo derivamos a otro ProCES”. No es una decisión que pueda tomar el estudiante por motivos de comodidad, “si la asignatura pendiente se dicta en la institución que ampara al estudiante, debe ir a ese lugar. No se puede elegir”, informa la coordinadora.
Al finalizar cada cuatrimestre los alumnos pueden llegar a la “evaluación final” que les permite aprobar el curso, “es responsabilidad del docente habilitar o no al estudiante”, comenta Mila. Dicha instancia se hace con un tribunal conformado, “se busca que uno de los integrantes del tribunal no sea de ProCES, de manera de que se le dé validez y confiabilidad al hecho educativo. Cualquier docente del CES puede dar cuenta de sí allí circuló el conocimiento y  si hubo aprendizaje”, afirma.
Los integrantes del ProCES
Los profesores que forman parte del Programa, según Mila, tienen que “tener un determinado perfil aunque no siempre se da porque no siempre se opta por estas horas con total responsabilidad”. En su función de coordinadora, Mila siempre les dice a los profesores que “cuando entramos a un grupo todos los estudiantes están en un punto de entrada diferente, nuestra meta es que todos puedan llegar en las mismas condiciones al punto de salida”.
Alejandro Sosa San Martín. Profesor de Matemática desde el año 2007, actualmente dicta clases en el Liceo N°25 “José Belloni”, ubicado en Camino Maldonado Km 16.800. Desde 2012 forma parte del ProCES donde trabajó con la Intendencia de Montevideo, Universidad de la República, Administración Nacional de la Educación Pública y Antel (en estos dos últimos organismos dicta clases en la actualidad). El profesor, que ya ha reflexionado sobre el Programa en otras oportunidades, dijo a SdR que la posibilidad de estudiar en el propio lugar de trabajo es muy positiva. Se está comprometiendo, quién da trabajo, con sus propios empleados a que accedan al derecho de la educación. “En la órbita pública me parece realmente clave, es de principios”. Por otro lado, detalla que la primera diferencia es trabajar en un contexto con estudiantes adolescentes y otro contexto es trabajar con adultos. Sosa expresa que “el ProCES podría compararse a un liceo nocturn,o pero tenés otras variedades. Acá lo fundamental es que el motivo por el cuál volvés a estudiar es el trabajo. Eso te da un público particular, son adultos que trabajan con empleos seguros, fijos y estables, dentro de la relatividad de los buenos empleos. En un liceo nocturno vas a tener adultos con otras responsabilidades que no tiene un adolescente, pero no necesariamente con obligaciones laborales”. Otro punto distinto que nota el profesor es la forma de preparar la clase según el estudiante que tiene en frente. “El programa que se prepara para dar clases en liceo no es el mismo que se da en ProCES, porque tenés una diferencia de edad y condiciones sociales distintas”. Sobre la temporalidad del curso Sosa expresó: “es cortísima, y te preguntas ‘cómo haces para dar un curso que tenga un nivel parecido’. No digo que tenga un nivel parecido o que sea parecido en su contenido. Si no que ‘¿el curso que planteas en ProCES acredita lo mismo que en un liceo? ¿Garantiza aprendizajes equiparables?’ Creo que gracias a las condiciones del alumnado y fundamentalmente el hecho de ser adulto, genera la posibilidad de un aprovechamiento mucho mayor del tiempo en la clase”.
Edith Silveira participa del Programa en los centros de Antel, Correo Uruguayo, Ministerio de Educación y Cultura, Ministerio de Transporte y Obras Públicas y en la Universidad de la República. Inició su proceso jubilatorio y en su último año quería trabajar en alguno de los PEE para irse con una “visión más general”. Es profesora de Literatura, actualmente dicta clases en el Liceo Dámaso, (el año pasado ocupó el cargo de directora), y este es su primer año en el ProCES. Expresa que gracias al programa puede trabajar de una manera distinta, “más creativa”. Además, “se tiene mucho más libertad desde el programa hasta cómo presentas y das la clases”. La profesora comentó a SdR que, por ejemplo, a uno de sus grupos le propuso la creación de un libro de crítica literaria hecho de manera grupal, como forma de pasaje de curso. Se basó en tres textos contemplados por el programa: Lazarillo de Tormes, un poema de Zitarrosa y una obra de teatro de Florencio Sanchéz.
En cada ProCES, además de los profesore, hay como mínimo un adscripto docente con experiencia en el Programa. Mariela es adscripta en ProCES Antel desde que empezó el programa en el ente, hace 5 años. Debutó en el cargo al crearse el Programa. Participó como docente en ProCES 2007 en la Intendencia de Montevideo y también integró, desde 2001, las Áreas Pedagógicas del INAU. Su trabajo es facilitar la relación y la comunicación entre los profesores y el alumno, entre los profesores y el programa, entre los programas y el alumno. Trabajar de articulador.
Cecilia también es adscripta del ProCES Antel desde sus inicios. Tiene experiencia en el cargo ya que desempeñó la misma función con alumnos de Ciclo Básico en el liceo de Nueva Helvecia, Colonia, y en el Liceo Nº 20 de Carrasco. Sobre la diferencia que observa al haber trabajado en un liceo y en el ProCES, comentó que “es otro tipo de relación, yo había trabajado con alumnos de Ciclo Básico. La edad de éstos hace que la dinámica sea totalmente distinta. En ProCES no hay que cuidarlos en los recreos ni estar encima de ellos”.
Los alumnos, que “son los verdaderos protagonistas” del ProCES, como los denomina Mila, se inscriben y asisten a las clases por su propia voluntad. Pueden hacer hasta cuatro asignaturas por cuatrimestre; la coordinadora explica que esto se debe a quesomos conscientes de que son trabajadores, que tienen obligaciones laborales, familiares y sociales. Esto no implica que se les vaya a exigir menos ni que los aprendizajes sean de menor calidad. En absoluto”.
El ingreso al Programa no está limitado por la edad del estudiante, lo hace que en un mismo grupo haya jóvenes y adultos. Para Mila “un adulto tiene otras condicionantes que hace que el escaso tiempo se potencie”. En cambio, “al joven le tenés que exigir diez veces más que al adulto porque, por lo general, la proyección de un adulto es un curso corto o continuar su carrera funcional. Esa no es la misma situación de un joven que tiene por delante toda una posible carrera”.
Por otro lado están aquellos que no logran participar de la evaluación “porque mucho depende del mismo estudiante. Si uno no quiere aprender es muy difícil, por más que tenga un docente que facilite el aprendizaje”. Ejemplificó que “hay casos de estudiantes que van a clase cada dos semanas, escuchan de manera pasiva sin demostrar interés. A éstos se le va advirtiendo de la actitud y si no cambia se le dice que no se le vas  habilitar la evaluación final. Otro es el caso de aquel que se esfuerza mucho porque tiene dificultades pero quizás no encontró el modo de estudiar o porque no se siente seguro. La gran mayoría de los adultos, ahí si estoy dejando de lado a los más chicos, vienen de experiencias en los liceos muy frustrantes. Esa persona tiene que empezar por recuperar su autoestima y darse cuenta de que sí puede”.
Parte integrante del ProCES son los organismos o las empresas que firman el convenio con el CES para ofrecer el Programa a sus trabajadores. Las instituciones deben hacerse cargo del lugar donde se dictan las clases y los insumos que se necesiten para trabajar. Además, deben abonar el pago de las horas del docente, del adscripto y del administrativo que trabajan en el ProCES.
Actualmente la panificadora de Grupo Bimbo es la única empresa privada que mantiene convenio con el CES. Las instituciones públicas son: Administración Nacional de Educación Pública, Antel, Banco de Previsión Social, Banco de Seguros del Estado, Correo Uruguayo, Intendencia de Montevideo, Intendencia de Paysandú, Intendencia de Rocha, Ministerio de Educación y Cultura, Ministerio de Transporte y Obras Públicas, y la Universidad de la República. En Montevideo el ProCES se dicta de forma presencial; para las sedes del interior la modalidad del Programa es semipresencial y un sábado al mes se hace una jornada presencial en Montevideo.
Johana Caraballo
 

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