Carolina Olivera fue atacada a puñaladas por su ex pareja, que luego se ahorcó: fue el primer femicidio del año, el 3 de enero. Cinco días antes había sido encontrado el cuerpo de Bettina Araújo, el último femicidio de 2021. El sitio web Feminicidios Uruguay registra 19 casos en lo que va del año. Si se toman sólo los datos del primer semestre, ocurrieron seis femicidios más que en el primero de 2021. Las mujeres son asesinadas y sus cuerpos descartados.

A principios de junio, el ministro del Interior Luis Alberto Heber fue llamado a sala por el Frente Amplio para “considerar la situación del país en materia de Convivencia y Seguridad Pública, en particular en relación con los homicidios”. En su comparecencia, el ministro no trató la seguridad de las mujeres ni los homicidios por violencia de género (la principal causa de asesinatos a mujeres); tampoco incluyó a la directora de la División de Políticas de Género en su equipo asesor. Heber calificó a los femicidios como homicidios por “problemas sentimentales”, por lo que fue criticado por colectivos feministas. Ese 7 de junio se encontraron los cuerpos de Valentina Ferraz, de 16 años, desaparecida desde el 9 de mayo, y el de Shakira Morales, de 20 años, desaparecida el 20 del mismo mes.

En ocho de los casos ocurridos este año, los femicidas fueron parejas o ex parejas, en un caso fue el padre, en otro el padrastro, en uno el hijo, en otro fueron dos familiares (su hermana y su cuñado), en dos casos fueron allegados y en otros cinco las investigaciones están en curso. Desde un punto de vista territorial, seis de los femicidios ocurrieron en Montevideo, tres en Artigas, dos en Canelones, dos en Tacuarembó, uno en Durazno, uno en Flores, uno en Paysandú, uno en Rivera, uno en Salto y uno en Rocha. Las edades de las víctimas van desde los 8 a los 77 años, mientras que las edades de los femicidas -según la información que se encuentra disponible- van desde los 28 hasta los 73 años.

Según la ONU, Uruguay tiene una de las tasas más altas de femicidios de América Latina. El Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) da cuenta de que ocho de cada diez mujeres en nuestro país ha sufrido violencia de género. Según la Primera Encuesta Nacional de Prevalencia de Violencia Basada en Género y Generaciones (PENVBGG) del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2013 había aproximadamente 295.000 niñas, niños y adolescentes conviviendo con violencia de género en sus hogares. La encuesta también concluyó que una de cada tres mujeres uruguayas había sufrido violencia de género en su infancia y sólo una de cada tres solicitó ayuda. A su vez, en las mujeres afrodescendientes las cifras aumentan. 

En 2017 se aprobó la ley 19.538 que significó que el femicidio sea considerado un “agravante”. Más tarde, con la ley 19.580 se definió a la violencia basada en género y se nombró la “responsabilidad estatal” de “prevenir, investigar y sancionar” a quien la ejerciera. Se creó el Observatorio sobre la Violencia Basada en Género hacia las Mujeres (OBVG), dedicado, según la página oficial del gobierno, al “monitoreo, recolección, producción, registro y sistematización permanente de datos e información” de este tipo de violencia. También existe desde 2002 la ley 17.514 de erradicación de la violencia doméstica. Esta ley asegura a las mujeres que puedan denunciar a sus agresores en cualquier seccional policial o en los juzgados correspondientes. Los jueces deben intervenir de inmediato en la situación y garantizar medidas de protección a la víctima y a su familia. 

Caso a caso los cuerpos de las mujeres son desechados de forma violenta: el cuerpo de Ahielén Casavieja, de 16 años, fue encontrado a principios de marzo descuartizado en el pozo séptico de una casa vecina. En la misma casa fue encontrado el cuerpo de Karina Sarachu, de 34 años, en la heladera. María Alegre, de 52 años, no llegó a su lugar de trabajo, fue buscada y finalmente se encontró su cuerpo en la ruta de Barra del Chuy, del lado brasilero. Al comienzo, en algunos casos surge la duda acerca de si fueron femicidios: tal fue el caso de la mujer de 29 años que murió junto a sus hijos -una niña de 2 años y un bebé de 5 meses- en un incendio en su casa. Inicialmente fue considerado un incendio accidental pero finalmente se concluyó que fue intencional. Otro suceso fue el de la mujer de 44 años que cayó del octavo piso en donde vivía junto a sus hijos en Parque Posadas. La investigación derivó en que su pareja la empujó. También está el caso de la mujer de 35 años que fue asesinada por su hermana y su cuñado en Trinidad. Finalmente se consideró un femicidio ya que fue víctima de violencia doméstica. Otros aún no son claros: “La Polaca” era una mujer en situación de calle de 33 años. Su cuerpo fue encontrado en enero, en el barrio La Teja, en una fábrica abandonada que fue incendiada. Junto a su cuerpo se encontraron rastros de combustible. Estos casos son considerados por Feminicidio Uruguay debido al desprecio en el tratamiento y descarte de los cuerpos.

La página Feminicidio Uruguay, creada por Helena Suárez en 2014, realiza un monitoreo de medios. Los datos de los casos ocurridos desde 2001 hasta 2014 fueron tomados de la ONG Caminos, pero desde 2014 hasta la actualidad son recopilados desde las coberturas mediáticas. Se utiliza el modelo de protocolo latinoamericano de investigación de las muertes violentas de mujeres por razones de género de la ONU, que no necesariamente implica que sean asesinatos causados por una pareja o ex pareja, a diferencia del monitoreo realizado por el Estado. Esto implica que sean tenidos en cuenta casos como el de la mujer de 77 años que fue asesinada por su hijo en Pando en febrero, o el de la niña de 8 años que fue asesinada en abril por su padre luego de que su madre iniciara el trámite de divorcio. Además, el Estado uruguayo sólo cuantifica los casos que finalmente son juzgados como femicidios. Esto explica la diferencia numérica, ya que mientras que para Feminicidio Uruguay en 2021 fueron cometidos 31 femicidios, para el Ministerio del Interior fueron 25. “El trabajo de visibilizar los femicidios como tales y no simplemente como asesinatos de mujeres hace a tratar de entender qué tipos de soluciones podemos encontrar a esta problemática”, analizó Suárez en comunicación con Sala de Redacción.

Otro colectivo que ayuda a visibilizar casos de mujeres desaparecidas es ¿Dónde están nuestras gurisas?. Surgió a fines de 2017 cuando un grupo de feministas se acercó a Nancy, quien buscaba a su hija Mili. Desde entonces, ayudan en la búsqueda de mujeres de todas las edades que se encuentran desaparecidas en el país. Si bien muchas de las desapariciones están relacionadas a la trata y la explotación sexual, otras tienen que ver con femicidios. Consultada sobre el trabajo que realizan, María Zino comentó a SdR que se esfuerzan por orientar a las familias sobre cuáles son los mejores pasos a seguir en la búsqueda de las mujeres desaparecidas y que siempre alientan a que denuncien las desapariciones en fiscalía. “Si no hay respuestas hacemos un seguimiento cuerpo a cuerpo acompañando lo que las familias decidan”, explicó Zino. También buscan generar prevención, y para ello realizan talleres para concientizar sobre el tema. 

Zino apuntó que “las familias también son víctimas”, ya que quedan muy solas y no cuentan con “información clara sobre cuáles son los mejores pasos a seguir cuando una gurisa desaparece”. Consideró que si bien todo el mundo sabe que pasan estas cosas, no hay políticas específicas para combatirlas. También agregó que “la violencia de género va tomando distintas formas” y que en este momento ha cobrado fuerza la violencia vicaria (es decir, cuando el hombre lastima a sus hijos para atacar a la mujer). En Argentina se presentó recientemente un proyecto de ley para incluir este tipo de violencia en la ley de violencia de género, pero en Uruguay el tema no ha ingresado a la discusión parlamentaria, pese a que los casos comienzan a ser visibles. Junto a la niña de 8 años mencionada anteriormente fue asesinado su hermano, de 9. En uno de los femicidios cometidos en Artigas, el femicida asesinó a su hijo de 12 años, a la vez que a su madre. 

Además de los femicidios consumados, el portal de Feminicidios Uruguay contabiliza los intentos que han ocurrido. En los medios han aparecido nueve casos; dos en Montevideo, dos en Canelones, dos en Cerro Largo, uno en Rocha, uno en Salto y uno en San José.  En todos los casos, excepto en uno, el agresor fue una pareja o ex pareja. En dos casos se intentó atacar a hijas que el agresor y la víctima tenían en común. En otro de los casos, el hijo de ambos salvó a su madre y terminó herido. La violencia de género “tiene que ser parte de nuestras conversaciones”, aseguró Zino y resaltó que es necesario sensibilizarnos al respecto desde los distintos ámbitos que nos encontremos. “Es imprescindible preguntarse por qué está pasando esto” agregó. 

La Línea de Violencia Doméstica es el 0800 4141 o *4141 para celulares. El servicio es gratuito y anónimo, desde un teléfono fijo no queda registrada la llamada.

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