El debate televisivo entre Óscar Andrade y Ernesto Talvi, precandidatos a la Presidencia de la República por el Frente Amplio (FA) y el Partido Colorado (PC) respectivamente, retomó una práctica que había dejado de hacerse 25 años atrás. Se hizo en el programa Todas las Voces, emitido por Canal 4, y estuvo moderado por el periodista Daniel Castro.

El debate se dividió en cinco ejes temáticos: si la pasada fue una década perdida o ganada; la inserción regional e internacional de Uruguay; los sindicatos y empresarios; el rol del Estado; los asuntos más importantes que deberá atender el próximo gobierno. Cada precandidato tuvo tres minutos para responder a las preguntas además de réplicas y contrarréplicas de un minuto cada una. Sobre el final, cada uno recordó su origen y su llegada a la política y tuvieron tres minutos de cierre en los que invitaron a que este no fuera el único ni el último debate. De hecho, ayer se anunció un segundo debate.

Polos opuestos

Horas antes de iniciarse el debate, el politólogo Gabriel Delacoste opinó, en diálogo con Sala de Redacción, que dentro de los políticos que podrían hacer debates en Uruguay, consideraba que Talvi y Andrade eran los más interesantes. Señaló que Andrade pertenece al Partido Comunista y que de los candidatos del FA “es el que está más a la izquierda” y que, además, es secretario general del Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos. “Es un político bastante audaz en sus expresiones, es una persona muy formada al igual que Talvi, extremadamente informado e inteligente, con mucha cabeza” expresó Delacoste.

A Talvi lo calificó como neoliberal y “un intelectual del mundo empresarial”; el economista fue director de Ceres, un centro de investigación económica fundado por Ramón Díaz y Ricardo Peirano, a quienes Delacoste mencionó como dos importantes intelectuales neo liberales uruguayos. Aclaró que dentro de la derecha, Talvi no es de las figuras más conservadoras en términos sociales y que se presenta a sí mismo como progresista. En ese sentido, dijo que “tanto Andrade como Talvi, tienen a priori posturas parecidas de lo que se llama agenda de derechos, aunque obviamente Andrade más cerca de los movimientos sociales”.

En cuanto a sus ideologías, Delacoste mencionó que Talvi basa su pensamiento en el sector empresarial, por lo que le da mucha importancia al tema del déficit fiscal, para lo que propone disminuir el gasto público y los sueldos para ganar competitividad. En Andrade el politólogo observó una visión opuesta, que propone otorgar beneficios a los trabajadores y quitarle cierto poder a los empresarios. 

Lo que el debate nos dejó

Consultada por Sala de Redacción, la politóloga Florencia Alonso dijo estar conforme con la estructura y el resultado del debate, y elogió al periodista Daniel Castro por su participación y por no haber buscado protagonismo. “Entre los precandidatos hubo un respeto muy firme a lo que fueron las normas del debate, ninguno de los dos se excedió demasiado en los tiempos, los dos hablaron sobre los temas que había que hablar”, expresó Alonso.

En cuanto a los ejes temáticos, la especialista destacó la importancia que la producción del programa le dio a las cuestiones económicas, dejando relegados otros asuntos como la educación o la seguridad, de los que se habló de forma tangencial.

Acerca del resultado del debate, Alonso evaluó que “resulta muy difícil decir si hubo un ganador o un perdedor, porque eran personas que no estaban compitiendo entre sí”, sino por las internas de sus respectivos partidos y que, por lo tanto, se dirigían a electorados distintos.

Delacoste sostuvo que los dos precandidatos “están corriendo de atrás en las internas de sus partidos” y que “seguramente por eso accedieron a debatir”. El debate es una oportunidad de mostrarse a sus públicos: “de alguna manera les va a servir a ambos ganar visibilidad como defensores de versiones ideológicamente claras de las propuestas de sus partidos”, había dicho Delacoste.

Alonso valoró que ambos precandidatos tenían una buena preparación, pero señaló que “desde el punto de vista de la retórica, Andrade tiene un poco más de experiencia que Talvi, y eso en algunos momentos se notó. En algún momento Talvi tastabilló un poco más o fue más dubitativo”.

Para Delacoste los debates no son tan importantes; entiende que “muchos medios de comunicación tienen interés comercial en que se hagan debates, entonces todo el tiempo están hablando de que se tienen que hacer debates porque generarían mayor audiencia”. En cambio, Alonso opina que los debates son positivos siempre y cuando se hagan con respeto y en un marco democrático. “No soy partidaria de los shows mediáticos, muchas veces lo debates terminan yendo para ese lado, por eso lo del jueves es más valorable todavía, porque realmente se vieron dos proyectos sobre la mesa” destacó. A su entender, debatir es fundamental para la democracia y dijo que nuestra sociedad todavía es una sociedad que debate mucho en diferentes órdenes.

Acerca de las repercusiones del debate, Alonso aclaró que es algo que no está estudiado pero dijo que desde su percepción y teniendo en cuenta las redes sociales, se notó que detrás de la posición de Andrade hubo un alineamiento interno de todo el FA, “a nivel de militantes, de los sectores en sí, y de los tres candidatos restantes: tanto Martínez como Cosse o Bergara, quisieron sentirse representados en Oscar Andrade” destacó. Por otra parte, comentó que en el PC no vio un alineamiento absoluto a través de la figura de Talvi. “En ese sentido hubo una diferencia” indicó.

Lo que se viene

Anoche Canal 4 anunció en sus redes sociales que habrá un nuevo debate: será Carolina Cosse (FA) y Jorge Larrañaga (Partido Nacional, PN) el martes 25, a las 21 horas.

Según Alonso, Cosse y Larrañaga “están buscando la oportunidad de destacarse y sobre todo revertir la tendencia de lo que vienen mostrando las encuestas a la interna de ambos partidos”. Además, dijo que es una oportunidad para mostrarse al interior de sus propios partidos como una buena opción para competir. Alonso considera que, a diferencia del debate del jueves, el que enfrente a Cosse y Larrañaga tendrá “un fuerte componente de seguridad”, porque Larrañaga es el impulsor del plebiscito “Vivir sin miedo”, que se votará en octubre, con la idea de que los militares participen en la seguridad pública.

Para la politóloga ni Luis Lacalle Pou del PN ni Daniel Martínez del FA, “que son los que la tendencia marca que van ganando, se arriesgarían a debatir”.

Alonso expresó que para ella es un hecho que existirá un debate de cara a las elecciones nacionales: “Creo que va a ser muy difícil que un político se plante y diga que no quiere debatir”, valoró.

Antecedente y diferencias
El último debate en Uruguay se había hecho en 1994 entre Tabaré Vázquez (Frente Amplio) y Julio María Sanguinetti (Partido Colorado). La principal diferencia con el debate del jueves, según Alonso, radica en que en aquel momento no existían las elecciones internas de los partidos, por lo que competían entre candidatos presidenciales directamente. En cuanto a la moderación también señaló una diferencia: el debate entre Sanguinetti y Vázquez había sido moderado por Jorge Brovetto, ex rector de la Universidad de la República, y el del jueves fue mediado por un periodista. Para Alonso fueron debates diferentes “en términos de contenido y de retórica, me parece que el debate del jueves fue mucho más respetuoso de las formas y de las normas que la producción había trazado a los competidores para ordenar la discusión”. Por su parte, Delacoste apuntó que los debates “se dejaron de hacer porque el Frente Amplio veía que ganaba entonces no aceptaba debates y ahora no lo ve con tanta claridad, entonces sale a debatir”.

Germán González y Fiorella Riguetti

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