“Definimos que el retorno a las clases se va a basar en tres principios. El primero es que va a ser gradual, en ningún momento está previsto que tomemos la decisión de que todos los alumnos del sistema empiecen de nuevo en el mismo momento. El segundo principio es que va a ser geográficamente diferenciado porque el comportamiento de la pandemia es geográficamente diferenciado, el grueso de los casos se concentra en Montevideo y Canelones pero al norte del río Negro, por ejemplo, hay muy poca incidencia de la pandemia, por lo tanto si el virus se comporta de esta forma diferenciada, nuestra respuesta tiene que ser igual. El tercer principio es la voluntariedad: mientras dure la emergencia sanitaria, si una familia entiende que no hay condiciones de seguridad suficientes para proteger a sus hijos, puede decidir no mandarlos a la escuela y eso no va a tener consecuencias”, expresó.

El ministro dijo que es una estrategia “de pasos cortos y evaluación”:“lo que hacemos es aprender sobre los pasos que dimos, corregir lo que haya que corregir y dar el siguiente paso”. Dijo que de esa forma se evita “poner en riesgo a la población”. Agregó que “no se puede planificar de aquí a cuatro meses; lo que tenemos son escenarios posibles, cronogramas y estrategias de respuesta según los diferentes escenarios”. “Tenemos que ir viendo en el día a día cuáles son los escenarios que se nos presentan y ahí iremos tomando decisiones. Lo que hay es una voluntad de avanzar hacia el retorno de la presencialidad en condiciones de seguridad”, remarcó.

Las declaraciones que hizo el ministro el lunes 27 sobre la posibilidad de reanudar las clases presenciales fue criticada por algunos sindicatos de la enseñanza, que entienden que no están dadas las condiciones de seguridad para hacerlo. Frente a esto, el ministro dijo que hay que respetar la especificidad de cada rol: “ni los sindicatos, ni ANEP (Administración Nacional de Educación Pública), ni el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), tienen las capacidades técnicas para evaluar si están dadas o no las condiciones sanitarias; el que se encarga de esto es el Sinae (Sistema Nacional de Emergencia) asesorado por el Ministerio de Salud Pública, son ellos los que tienen la capacidad para hacer una evaluación de ese tipo”. “Tenemos buenas razones para confiar en ellos porque, como todo el mundo sabe, venimos bien, venimos tomando decisiones adecuadas en los plazos adecuados”, agregó.

No dar por perdido el año lectivo es el gran objetivo del MEC y del gobierno a nivel general. Da Silveira confía en que este objetivo se pueda lograr, fundamentalmente gracias a las plataformas del Plan Ceibal, que permite que muchos alumnos estén en contacto con sus maestros.“Las plataformas están funcionando muy bien y hemos conseguido multiplicar por bastante más de diez la cantidad de usuarios del Plan Ceibal”, detalló. No obstante, dijo que es consciente de las dificultades que generan estos formatos: “Sabemos que estos aprendizajes se están dando de manera desigual, lo que tenemos que evaluar es quiénes están haciendo aprendizajes suficientes, quiénes tienen mayores debilidades y definir medidas compensatorias, que ojalá puedan hacerse durante el año lectivo ya con una presencialidad bastante generalizada”.

Así como lo afirmó el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, el 29 abril, Da Silveira no descarta la posibilidad de utilizar el período de vacaciones de verano para compensar los días de clase perdidos; por otro lado agregó que “hoy no hay elementos para decidir nada de esto, tenemos que lograr que en marzo de 2021 los alumnos empiecen un nuevo año lectivo habiendo realizado aprendizajes suficientes que correspondan al año 2020, ese es el fin, los medios los iremos viendo en función de la evolución de la pandemia”. La asistencia a las escuelas rurales habilitadas apenas llega a la tercera parte pero el ministro consideró que muestra señales de confianza de las familias y que incrementó la presencialidad. “Observamos que los padres van ganando confianza sobre el modo en el que se están haciendo las cosas. Nosotros vamos monitoreando todo esto, pero va a llegar un momento en el que pasemos raya, hagamos una evaluación y decidamos cómo seguimos adelante”, dijo. Aseguró que las definiciones se toman “en base a información, no a la intuición” y agregó que están procesando “datos georeferenciados” no sólo de las escuelas.

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