La cantante Lea Bensasson vuelve a las tablas con un formato llamado Sing-up, que utiliza desde 2015, por el que mezcla canciones y humor. “Es la oportunidad para reírnos de todo lo que hacemos mal y repetimos en esta vida” es el lema del espectáculo que se estrena el 1 de octubre en el teatro Under Movie. La artista tendrá la compañía del guitarrista Gusmán Cajtak, quien fue el productor de su último disco, Buena fortuna, nominado a los Premios Graffiti como mejor álbum pop. “Estoy entusiasmada con el show por la catarsis que me genera”, expresó Bensasson a Sala de Redacción.
Además de realizar su carrera como solista, es la directora de la Escuela de la voz, institución uruguaya que brinda clases de canto grupal e individual, guitarra y piano. Además, encabeza la agencia Glamity, integrada solamente por mujeres que desde 2004 gestionan y estructuran carreras de artistas en Buenos Aires y Montevideo.
En tiempos de pandemia, cuando su rubro estuvo detenido, la artista admitió haber pasado momentos de angustia por la inactividad. Pasó a ser una emprendedora independiente y a llevarse bien con la inestabilidad, pese a que por momentos “la incertidumbre que existió fue difícil de sobrellevar”, admitió. De todas maneras, le sirvió para adaptar otras rutinas, conocerse más a sí misma y aprender que “las urgencias requieren aplomo”, agregó.
Por otra parte, se refirió a la experiencia que vivió como presidenta del colectivo llamado Uruguay es Música. En particular, recordó que la organización protestó por la elaboración de un “pase responsable” a espectáculos sin su participación. Luego de haber realizado una conferencia en protesta hacia esta situación, Bensasson señaló que aumentó el diálogo con las autoridades del gobierno. Además, dijo que actualmente Uruguay es Música mantiene mesas de trabajo junto a la división de Cultura de la Intendencia de Montevideo, el Instituto de la Música y Uruguay XXI para seguir reactivando el sector. En referencia a esto último, mencionó que el sector de la música sigue estando relegado si se compara con otros. En ese sentido, entendió que artistas, gestores, salas y el público se merecen una reactivación “segura, coherente y más justa”.
