Alba González Souza es la madre de Rafael Lezama González, “Cara” o “Cabeza” como le decían los más cercanos. Está desaparecido desde 1976. Tenía 23 años y era militante del Partido por la Victoria del Pueblo y de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay. Se encontraba en Buenos Aires, salió de su casa el 1° de octubre y nadie supo nada más de él.

Alba entra por la puerta de la Asociación Uruguaya de Prensa minutos antes de que comience la conferencia a cargo de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, organización de la que forma parte. Se develará parte del contenido de las actas del Tribunal de Honor, realizado en 2006 a Gilberto Vázquez, general procesado por cometer 28 homicidios de uruguayos capturados en Argentina. Luego de saludar a los presentes lo primero que cuenta Alba es que olvidó su tapabocas con la margarita deshojada. Todavía faltan pétalos por encontrar.

Vázquez cumple prisión domiciliaria en Rivera, a tres cuadras del límite fronterizo con Santana do Livramento. Violó su prisión domiciliaria en 2018, lo que desencadenó que el Observatorio Luz Ibarburu presentara una solicitud para que esta medida le fuera revocada inmediatamente. Esta no fue la única vez en la que el represor intentó escapar. En 2006 pidió ser trasladado al Hospital Militar por una supuesta dolencia, intentó huir disfrazado con una peluca, pero fue en vano. Volvió a la cárcel Domingo Arena días después. Por esta razón fue que se lo llamó a Tribunal de Honor ese mismo año. En las actas dadas a conocer admitió la existencia de un “segundo vuelo”, operación realizada en 1976 donde 22 uruguayos secuestrados en Buenos Aires fueron trasladados a Montevideo de forma ilegal, entregados a oficiales del Ejército y hasta el día de hoy desaparecidos.

-Yo tuve que ver con el caso Soba, estuve prácticamente dos años trabajando en la Argentina, tengo que ver con el segundo vuelo, con el primer vuelo, con casi todas las cosas que pasaron allá, menos la Gelman- declaró Vázquez, negando su participación en el asesinato y secuestro de María Claudia García de Gelman, por el que recibió una sentencia de 30 años.

Uno de los puntos en los que se centró la conferencia de prensa fue en denunciar la actitud de los generales que presidieron el Tribunal de Honor. “El silencio y la no sorpresa de los mandos militares, no sólo oyen esas cosas, tratan de evitar que conste en las actas”, explicó Ignacio Errandonea, integrante de la organización. “Estas actas están llenas de advertencias, cuando empiezan a hablar le dicen que eso no es el tema”, añadió.

-Quizás a los efectos de, le digo porque esto va a quedar en las actas…- le advirtió el general a cargo del interrogatorio a Vázquez cuando comenzó a contar las razones por las que está detenido.

-Nosotros ejecutamos, no asesinamos que son cosas muy diferentes. Nosotros no torturamos, nosotros apremiamos porque no había más remedio, el mínimo imprescindible para sacar la verdad, porque no había otra forma de combatir y estoy orgulloso, de lo que hice- declaró Vázquez según se confirma en las actas.

Elena Zaffaroni, integrante de la organización que todavía busca el paradero de sus familiares, reafirma que los generales a cargo del Tribunal “desecharon toda la información que aportan estas actas”, y añadió que podrían haber llegado a tener información sobre sus familiares y que “mintieron a los presidentes al decir que no encontraron nada”. También subraya que han denunciado reiteradas veces este tipo de situaciones.

-Tuve que matar y maté y no me arrepiento. Tuve que torturar y torturé con el dolor en el alma y me cuesta muchas noches dormir acordándome de los tipos que cagué a palo, pero no me arrepiento- confesó el general Vázquez.

“Nosotros desde la apertura democrática en adelante, a todos los gobiernos hemos reclamado por saber la verdad”, contó Nilo Patiño de Madres y Familiares Detenidos y Desaparecidos. “Lo que pasa hoy es que vamos conociendo parte de la verdad como un rompecabezas”, añadió. A lo que sumó a sus pedidos una modificación a la ley orgánica militar porque de no realizarse puede “traer serios problemas a la democracia”.

Ambivalencia temporal

“La votación para eliminar los fueros, y queremos ser muy enfáticos con eso, va más allá del delito de Manini Ríos, porque como Manini Ríos hay muchos y como Manini Ríos ha sido la práctica, la forma en que actuaron en esa interna. El Parlamento tiene que comprometerse a que la justicia en nuestro país cumpla su rol fundamental”, expresó Zaffaroni.

La integrante de Familiares ve necesario que “los políticos se sinceren y acepten que no se puede criticar el pasado” sin votar el desafuero del ex candidato a la Presidencia por Cabildo Abierto y actual senador, Guido Manini Ríos. También declaró que observa como una “señal democrática” la entrega de las actas por parte del Ministerio Nacional de Defensa, pero que para reforzarla es necesario “el desafuero de Manini y una investigación a fondo”. El material fue repartido a todos los parlamentarios.

“Tenemos un ex comandante en jefe que está reivindicando el accionar de las Fuerzas Armadas durante el período de la dictadura, no sólo lo reivindica, se dedica sistemáticamente a atacar a la justicia”, sumó Errandonea. Patiño entiende que el nuevo gobierno recién comenzó y ha dado “señales contradictorias”.

Heridas por sanar

“Uno de los problemas que hemos tenido a lo largo de los años es que para obtener información tenemos que decir qué queremos. No ha habido una política de investigación desde el Estado. Nosotros somos familiares de desaparecidos, no tenemos ninguna función de investigar. Es el Estado el que debe dar respuesta a lo que pasó, a la barbarie que hizo el Estado con nuestros familiares y con la sociedad toda. Jugar al gato y al ratón, al ‘decime qué querés y yo te lo doy’, cuando yo no sé qué es lo que hay, es un juego en el que estamos siempre con los ojos vendados”, relató Errandonea

Además, Zaffaroni recalcó que la búsqueda por el paradero de los desaparecidos “no es sólo poner dinero para que las máquinas excavadoras trabajen”. Admitió que depende de la información que tienen las Fuerzas Armadas, a la que no han podido acceder.

Alba González Souza hizo sólo una pequeña participación en la conferencia para agradecer a los “compañeros jóvenes”.

“Ya las madres que vamos quedando estamos viejas. Esto es para el pueblo, es para todos los jóvenes que sigan. Que sigan y sigan pidiendo justicia. Un país sin justicia no puede avanzar. Nosotros además somos pocos en Uruguay, pero necesitamos saber. No es que sean sólo las madres y los familiares. Somos todos. (…) Es duro, es durísimo, pero tenía que ser. Tiene que ser así, tiene que seguir así. No se pueden ocultar los hechos, dar vuelta la cabeza y mirar para otro lado”.

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