Desde hace 11 años, la iniciativa que se ubica en el segundo piso de oncología para adultos del Hospital Pereira Rossell se dedica al cuidado y acompañamiento de pacientes que padecen cáncer de mama y que se encuentran solas o no tienen familia. La directora e impulsora de la Fundación, Zulma Camacho, habló con Sala de Redacción, contó lo importante que es el papel de las “madrinas de compañía” e invitó a todas aquellas que quieran formar parte.

“Las madrinas participan de talleres con psicólogos y enfermeros para poder desarrollar su labor con las pacientes. Acompañamos abordando las necesidades, pero sobre todo desde un punto de vista humano, escuchando y dando un hombro”, señaló la directora, y agregó que la respuesta de las pacientes “es extraordinaria, hay un antes y un después”.

La directora informó que en este momento son 46 madrinas en actividad y que lo ideal es que al día estén acompañando a dos mujeres. Además, las pacientes oncológicas participan de distintos talleres de plástica, tejido, teatro, danza, entre otros. Esta forma de recreación apunta a la recuperación a partir de compartir y aprender en distintas dinámicas. Asimismo, Camacho afirmó que los talleres también tienen una orientación apuntada a la salida laboral ya que, por lo general, “la mayoría de las mujeres tienen trabajos informales”.

Campaña “Tejiendo por la Vida”
Una vez al año, antes de la llegada del invierno, abren la propuesta a quienes quieran colaborar a tejer cuadrados de crochet de 30 por 30 centímetros con la finalidad de hacer mantas para donar en junio. Este año empezó en abril y se estarán recepcionando hasta finales de mayo.

La asociación también gestiona una casa donde viven sus últimos días aquellas pacientes que se encuentran en situación de calle y están en etapa terminal. “Fue a partir de una paciente, Dinora; ella estaba internada hacía seis meses y la doctora estaba haciendo el parte médico para darle el alta, le informaba a la asistente social que la señora estaba en situación de calle y que no tenía familia. La paciente interrumpió y dijo: ‘sí, yo tengo familia, mi familia es Honrar la Vida’”, recordó la directora. Luego de esta anécdota, Camacho subrayó entre lágrimas: “sin ninguna duda esta labor nos da mucho más de lo que damos”.

Las madrinas, que brindan su tiempo y dedicación voluntariamente, buscan con esta mano amiga transformar la realidad de aquellas personas que están padeciendo graves enfermedades. En muchas ocasiones las pacientes logran superar el cáncer y vuelven a la asociación para colaborar ellas también en “Honrar la Vida”.

El cáncer de mama
Anualmente se registran en Uruguay 1.800 casos de cáncer de mama. El 75 por ciento se detecta tempranamente y eso posibilita reducir en gran medida el riesgo de muerte por esta enfermedad.
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