Todos hemos escuchado hablar de Supermatch, el juego de apuestas deportivas de La Banca de Loterías y Quinielas. Lo que no todos hemos escuchado es que Supermatch tiene el monopolio de las apuestas deportivas en Uruguay.

Supermatch opera sin competencia en el mercado y es la única opción disponible para quien quiera realizar este tipo de apuestas. A lo largo y ancho del mundo hay miles de empresas que permiten apostar a los deportes, lo cual ha llevado al bloqueo en Uruguay de 1.475 sitios en línea de apuestas deportivas por parte de la Dirección Nacional de Loterías y Quinielas (DNLQ) desde 2017 hasta la fecha.

Desde 1882, en Uruguay existe una ley -la Nº 1.595- que prohíbe la realización de “juegos de suerte o azar o de fortuna”, con excepción de la lotería y las rifas públicas autorizadas, en aquel entonces, por las denominadas “Juntas Económico-Administrativas”. Difícilmente, los autores de la ley podrían haberse imaginado que, más de un siglo después, se iba a extender una gigantesca red global en la que, entre miles de otras cosas, sería posible apostar al resultado de cualquier evento deportivo de cualquier parte del mundo.

En 2002, exactamente 120 años después, se le otorgó la potestad al Poder Ejecutivo -a través de la ley Nº 17.453- de “organizar certámenes de pronósticos de resultados deportivos internacionales y juegos de azar realizados en Internet” por intermedio de la DNLQ, que funciona bajo la órbita del Ministerio de Economía y Finanzas. Más tarde, en 2017, mediante la ley Nº 19.535, la ilegalidad de todo juego de azar y de apuestas se extendió a la modalidad virtual, con la misma excepción que desde el siglo XIX.

Se queda acá

Consultado por Sala de Redacción sobre las razones detrás del monopolio de Supermatch, Ricardo Berois, actual director de Loterías y Quinielas, recordó la legislación del siglo XIX y apuntó que, si se quisiera dar entrada a nuevos competidores, la normativa debería cambiarse. Asimismo, expresó que estos sitios de apuestas deportivas “tienen generalmente su base en Islas Caimán”, es decir, paraísos fiscales.

En ese sentido, Berois señaló que, de habilitarse su ingreso al país, el Estado uruguayo perdería dinero al no cobrar impuestos, como sí lo hace con los juegos actualmente habilitados, que tienen “un control y una regulación muy grande” con “personas físicas y jurídicas totalmente identificables”. El director de Loterías y Quinielas advirtió que al no tener control sobre este tipo de juegos se genera un peligro muy grande de posibles adicciones y ludopatía: “El Estado no recauda y a su vez le estás dando cocaína a la gente”, afirmó.

Según datos de la DNLQ, a los que accedió Sala de Redacción, Supermatch se ha consolidado como el segundo juego de apuestas más consumido por los uruguayos. En 2021 acumuló un total de 4.766.804.799 pesos, superando así a otros juegos clásicos como el Cinco de Oro, la Tómbola y las raspaditas. Sólo supera a Supermatch la Quiniela, que en 2021 recaudó un total 6.175.302.547 pesos.

Monopolio al firme

En diciembre de 2021 el Poder Ejecutivo envió al Parlamento un proyecto de ley para regular la modalidad de juego virtual de los casinos. En conversación con Sala de Redacción, el diputado cabildante Sebastián Cal comentó que pretende aprovechar la oportunidad para “incluir otros temas que afectan a los jugadores”, como “las enfermedades de adicción”.

El legislador de Cabildo Abierto apuntó que en el proyecto de ley se busca habilitar toda clase de juegos online sin medidas de prevención para afrontar la ludopatía. Con relación al monopolio de Supermatch, Cal dijo que los bloqueos a los sitios internacionales de apuestas deportivas “seguramente se apliquen para proteger a Supermatch y no a los consumidores”.

En 2018, el entonces director de Loterías y Quinielas, Luis Gama, fundamentó la decisión de bloquear sitios internacionales como una forma de ordenar y reacomodar el mercado. En ese momento se planteaba la opción a futuro de abrir licitaciones para que empresas extranjeras pudieran ingresar al mercado uruguayo, sin generar un monopolio. Consultado al respecto, Berois negó que exista un proyecto para dar ingreso a sitios extranjeros de apuestas deportivas. Por el contrario, afirmó que el régimen de monopolio seguirá en el entendido de que es lo más redituable para el país.

Diferencias

Al margen de la postura sobre la recaudación tributaria del Estado, el monopolio de Supermatch conlleva, en comparación a los dividendos que pagan los sitios extranjeros de apuestas deportivas, desventajas para los usuarios uruguayos. En una palabra, Supermatch paga considerablemente menos que las casas de apuestas internacionales.

A modo de ejemplo: el sábado 23 de abril se enfrentaron por la Premier League de Inglaterra el Manchester City y el Watford. Por la victoria del primero, claro favorito, Supermatch pagaba un dividendo de 1,07 por cada peso apostado. En cambio, el promedio de las casas internacionales ascendía a un dividendo de 1,11 por cada peso apostado. Por el triunfo de Watford ante el Manchester City el monopolio uruguayo de apuestas deportivas pagaba 16, mientras que en promedio las casas internacionales pagaban 24,25; algunas de ellas incluso alcanzaban a pagar hasta 27 por cada peso apostado.

Al respecto, Berois justificó que los dividendos que se pagan en Uruguay son menores por la diferencia de tamaño entre Supermatch y el resto de las multinacionales vinculadas al juego deportivo que, con un espectro de mercado mucho más amplio, pueden pagar mejores dividendos.

Una oportunidad

El ex director de Loterías Quinielas coincidió con Cal en que el proyecto de ley para regular la modalidad de casinos virtuales es una buena ocasión para tratar también otros temas relacionados al juego online. “Es muy contradictorio que una parte del juego online sea un monopolio [apuestas deportivas] y en otras [casinos online, por ejemplo] se esté pensando adjudicar varias licencias”, comentó a Sala de Redacción.

Cal señaló que en la práctica algunos de los juegos que hoy tiene La Banca en su aplicación online, como las raspaditas virtuales, resultan muy similares a los juegos que ofrecería un casino virtual. “Tenés juegos de casinos y no están habilitados. Ni lentos ni perezosos. ¿Quién los toca a ellos? Nadie. Nadie se atreve”, apuntó con relación a La Banca.

Además del bloqueo de casi 1.500 sitios extranjeros de apuestas deportivas, la DNLQ tiene la potestad de bloquear publicidades de estas casas extranjeras en eventos que se disputen en territorio uruguayo. Para el diputado de Cabildo Abierto esto requiere especial atención, dado que a varias instituciones deportivas “les vendría bien el apoyo económico de estas empresas multinacionales”.

En definitiva, con relación a las características del monopolio de Supermatch en Uruguay, tanto Gama como Cal comparten que el principal perjudicado es el usuario y que resulta difícil esperar que esta situación cambie por la sola voluntad de la empresa.

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