La mañana del jueves amaneció con incertidumbre. Se jugaba una carrera contra el tiempo y una meta que parecía distante, estaba más cerca que nunca. Para darle tranquilidad a los militantes más ansiosos, el presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, anunció en el programa Desayunos Informales de Canal 12, que la campaña superó la meta de firmas y que 700 mil personas acompañaban el recurso para llamar a un referéndum.
Pasado el mediodía, se realizó un acto en la sede de la central sindical para oficializar la cantidad de firmas recabadas. Si bien Pereira celebró haber llegado al objetivo, también puso el foco en lo que vendrá: “Hoy empieza el segundo tiempo del partido y hay que jugarlo con la misma amplitud que jugamos el primer tiempo”, dijo y exhortó a hacerlo “con energía, con firmeza pero sin adjetivos, sin insultos y sin descalificaciones”. Casi sobre el final de su discurso, reveló que se habían conseguido 763.443 adhesiones, lo que despertó el aplauso de los presentes.
Sobre las 16:00 una multitud que acompañó la presentación formal de las papeletas en la sede de la Corte Electoral. Unas horas más tarde, en la cuenta oficial de Twitter de la Comisión Nacional Pro Referéndum, bajo el nombre “Yo firmo”, informó que computó 797.261 firmas.
Con la intención de llamar a una consulta popular, la Comisión Nacional Pro Referéndum había iniciado seis meses atrás una campaña con la meta de llegar al 8 de julio con la firma de 25% del padrón electoral, cifra que representa cerca de 675 mil personas. El lunes, a cuatro días de la fecha límite, se anunció que solamente faltaban 40 mil firmas para llegar al objetivo y se llamó a aumentar los esfuerzos en la recolección.
Así fue. En la calle se pudo ver un gran movimiento por parte de la militancia que juntó firmas en puntos neurálgicos de las ciudades, ya sea con una mesa en una plaza o consultándole a los transeúntes si querían firmar. En esas cuatro jornadas finales se sumaron más de 150 mil firmas.
Para pensar
En declaraciones a Sala de Redacción, Alejandro “Pacha” Sánchez, senador del Frente Amplio e integrante del Movimiento de Participación Popular (MPP), consideró que la campaña fue “de menos a más” y puso énfasis en “los militantes anónimos”. Calificó de emocionante el hecho de que haya gente que “sale a recorrer su manzana y llega a un comité de base o a una mesita a entregar cinco o seis firmas que juntó en su casa”, y dijo que muchas de esas personas están “por fuera de las estructuras militantes”.
El legislador resaltó la capacidad creativa que significó recolectar firmas durante la pandemia y dijo que en medio de esta situación llegar al 25% del padrón electoral es una “victoria”. “El último tramo ha sido para que se le infle el pecho a cualquiera”, agregó.
Consideró que el recurso de referéndum es un mecanismo de democracia directa que está contemplado en la Constitución de la República. Acerca de la necesidad de firmar y usar tinta para imprimir la huella dactilar, comentó que no se ha avanzado en darle “condiciones de modernidad” para que “se facilite el ejercicio”. Sin embargo, señaló que la recolección de firmas, al igual que repartir listas, es clave para el acercamiento entre los partidos políticos y la población.
La senadora del Partido Nacional, Graciela Bianchi, comentó a Sala de Redacción que si bien cree que habrá referéndum, para involucrarse en el debate político prefiere esperar hasta que la Corte Electoral valide las firmas. Aún así, reflexionó sobre el uso de la herramienta del referéndum y consideró que en este caso “avasalla la democracia representativa”.
Bianchi acusó a la comisión de ser “deshonesta” porque a su entender “ocultaron hasta el último momento” la cantidad de firmas conseguidas como estrategia. Además se mostró tranquila y aseguró que el número coincide con un “núcleo” de la oposición.
Militancia atípica
Andrés Fernández, militante de la agrupación 21 de Junio de la Federación de Estudiantes Universitarios Uruguay (FEUU) en la Facultad de Humanidades, ya tenía experiencia en campañas para habilitar un referéndum. En conversación con Sala de Redacción explicó algunas de las particularidades de esta campaña causadas, en su mayoría, por la situación sanitaria que atraviesa el país. Dijo que debido a la virtualidad, hubo que dejar de usar “esa mesita”, tan característica de la militancia estudiantil, que se instalaba en la puerta de la facultad. En los últimos meses de campaña implementaron, en cambio, otras estrategias, como “generar instancias saliendo a los barrios”, e instalar mesas en las zonas donde viven los militantes.
Fernández comparó esta juntada de firmas con la campaña para el referéndum que proponía derogar la Ley de Riego en 2018 y explicó cómo se fue desarrollando el volumen de firmas en aquella ocasión: “Metimos mesita cuatro meses en la puerta de la facultad y había días en los que se juntaban diez firmas”, señaló, y recordó que en los últimos tres días de campaña “juntamos mucho más de lo que juntamos en los tres, cuatro meses anteriores”. “La gente estacionaba, paraba y se armaban colas, autos estacionados en doble fila en la puerta de la facultad”, en especial a las seis de la tarde, cuando la gente salía de trabajar, agregó.
Comentó que con la LUC se vivió algo similar. A su entender, en esta última semana de campaña la gente se pronunció y eso generó un aumento en el volumen de firmas conseguido. A Fernández no le sorprende: “Todos los uruguayos dejamos para el final algunas decisiones”, razonó.