Mientras el sol caía por lar rambla del Parque Rodó, el Pabellón de la Música junto al lago se llenaba de universitarios que salieron de las aulas para divertirse un rato. Los jóvenes comenzaron a arrimarse a los stands de las diversas áreas y servicios de la Universidad de la República (Udelar) que brindaban información de diverso tipo y en formatos interactivos.

El área de salud fue la que más se destacó. Además de presentar sus carreras, proyectos y programas de extensión, dispusieron dominós táctiles, un Memory sobre el pasto y un juego similar al Preguntados. A su lado, la Facultad de Química atrajo a los participantes a un juego sensorial de aromas.

Sobre el pasto también se desplegaron dos ajedreces de Bienestar Universitario, uno de mesa y uno de cartón, que enseguida se llenaron de contrincantes. Otros escogieron el Twister gigante o el juego de preguntas Kahoot.it, al que invitaban los tutores pares del Programa de Respaldo al Aprendizaje (Progresa).

Aquel que quiso asesorarse sobre los servicios de la universidad tuvo a disposición stands de Bienestar Universitario, Espacio Virtual de Aprendizaje (EVA), Progresa, Apex, Instituto Nacional de la Juventud (INJU), entre otros. Y los demás talleres de Bienestar Universitario también se hicieron ver, como el coro o los grupos de danza, que acompañaron con música a los alumnos que llegaban con mate bajo el brazo y se instalaban a conversar en espera de las bandas.

Tocó instalarse

La centralización de servicios universitarios en la capital hace que gran parte de los futuros universitarios tengan que mudarse a Montevideo para seguir sus estudios. Si bien a lo largo de estos años se ha trabajado para llevar más centros educativos a los restantes departamentos, la oferta en la capital es muy superior a la del Interior o no hay suficiente información.

El problema, cuenta a Sala de Redacción el funcionario del Centro de Información a la Juventud de INJU, Gonzalo Toricez, es que a pesar de tener datos y herramientas al alcance, “aún están faltando canales”. El instituto trabaja con una población de entre 14 y 29 años que la mayoría de las veces viene del Interior, pero desconoce cuáles son las carreras disponibles. Por ello, desde este año, implementaron recorridas por el país. Ahí entra el apoyo de actores como los de Progresa.

Desde este programa, los tutores Fabriccio Beretta y Romina Hernández cuentan que se vuelven un“nexo entre la universidad y los nuevos estudiantes”. Imparten en bachilleratos de todo el país cursos vocacionales donde llevan toda la información y herramientas necesarias para el futuro ingreso “y para manejarse de otra forma a la hora de estar en la facultad”, afirma Beretta.

Como una vez instalados en la capital, también necesitan orientación, se acercan a los hogares estudiantiles donde viven jóvenes del Interior y extranjeros. Y desde Bienestar Universitario se les da la posibilidad de acceder a diversas becas de apoyo monetario, servicios de alimentación, becas de alojamiento y de accesibilidad educativa.

Estos programas, describe la integrante del servicio Gabriela Pacci, pretenden “fortalecer el derecho de los estudiantes frente al acceso de una residencia” y acceder a materiales de estudio, guardería para estudiantes con niños de entre 0 a 3 años y transporte para aquellos que vayan a diversos centros de estudio o tengan alguna discapacidad que requiera transporte especial. Si bien, agrega Pacci, la mayoría de los solicitantes provienen del Interior, no es una generalidad, “hay un porcentaje muy alto de estudiantes de Montevideo, sólo que los del Interior tienen otras necesidades, requieren cubrir alojamiento y gastos de manutención. Eso no lo necesita quien estudia y vive en su departamento”.

Y como parte de sus políticas sociales en la búsqueda de una integración estudiantil es que se sientan a gusto en la capital, el centro ofrece diversos talleres. Desde ajedrez, teatro, danza, murga, coro u opciones deportivas como fútbol, handball, básquetbol, fitness, entre otras. Mientras tanto, INJU tiene una bolsa de empleo con su correspondiente asesoramiento, Progresa brinda talleres para que cualquier universitario pueda ser tutor, y Apex brinda múltiples cursos permanentes o de extensión.

Tocó bailar

La noche y la DJ Majo Alarcón invitaron a los presentes a pararse a bailar. La música electrónica inundó el parque, y estudiantes de diversos años y carreras siguieron el ritmo. El resto esperó, porque la noche dio para todos los gustos. La murga “paritaria” Falta y Resto continuó poniendo música, humor y un tinte de crítica con su show “Ilegal”. Su director, Raúl Castro, destacó que se sintieron orgullosos de ser invitados “a donde está lleno de jóvenes que son el elixir del carnaval de esta vida”.

Luego de una pausa y algo de comer de la plaza de comidas, La Ventolera trajo candombe e hizo que los espectadores se pararan a bailar al ritmo de tambores y su cuerda de trombones, trompetas, tuba y saxos, orquesta que terminó con repique y trompeta entre el público. Croupier Funk continuó la jornada y Denis Elías la cerró con plenas conocidas por todas las generaciones.

Tocó juntarse y ser miles

El rector de la Universidad de la República, Rodrigo Arim, dio la bienvenida a los nuevos estudiantes de la institución que dirige, alegando que el evento es la viva imagen que pretenden construir: “una universidad abierta, donde ser estudiante implica mucho más que concurrir a un aula”.

Fabiana Goyeneche, directora de Desarrollo Social de la Intendencia de Montevideo, también destacó el aprovechamiento de los espacios públicos por los jóvenes: “queremos que el Parque Rodó y todo Montevideo esté siempre lleno de juventud, porque son de ustedes”. Sobre el escenario le dio especial bienvenida a los estudiantes del Interior, para que sientan que la capital también es su ciudad, la cual, destacó, es cada vez más amigable, y eso es lo que hace a esta fiesta “la más linda e importante del año”.

Hoy estamos en una fiesta de la juventud, fiesta de la educación, estamos disfrutando un espacio de libertad, un espacio de derechos”, exclamó el director del INJU Federico Barreto, e invitó a los estudiantes a recordar que ellos son también los que construyen el país del hoy que, si bien ha progresado, sigue exigiendo una “gran responsabilidad de todos como universitarios, lo que nos da la garantía de que Uruguay seguirá siendo un país de derechos, de libertad, de justicia y de igualdad”, recalcó. Al igual que los presentadores, resaltó en varias ocasiones lo esencial de seguir luchando por los derechos, por una universidad sin desigualdad y con verdad y justicia.

Junto a los saludos de bienvenida, se hizo hincapié en el ingreso de 40 estudiantes privados de libertad que empezaron a cursar una carrera en la universidad para ejercer su derecho a la educación, así como a aquellos migrantes que ingresaron este año.

Más de 7 mil jóvenes se apropiaron del parque y disfrutaron una vez más del Tocó Venir, un evento que fomenta la integración y congrega a la comunidad universitaria, lo que fortalece la inclusión educativa, opinó Pacci, y hace que se “construyan espacios de socialización, de intercambio. Para los estudiantes que están llegando recién a una ciudad, a la facultad, están conociendo su nuevo ámbito de socialización, este espacio es fundamental, porque tiene que ver con empezar a sentirse parte de una comunidad”.

Luciana e Irene son generación de ingreso, y a pesar de dejar su ciudad natal, contaron a Sala de Redacción que el cambio no les costó, sino que les dio cierta independencia. Los únicos debes, sienten, son las pocas posibilidades de ingreso en caso de los cursos que tienen cupo y para acceder a ellos, se realiza un sorteo.

Mientras Beretta animaba a los jóvenes que se acercaron al stand de Progresa a que participaran de un juego de preguntas y respuestas, Hernández enfatizaba que estos eventos son una gran oportunidad para que la información les llegue más, incluso a adolescentes que aún no egresaron del liceo.

Santiago y Florencia estudian Relaciones Laborales, son oriundos de Flores y aseguraron que los eventos como éste les atraen porque en ese departamento “no hay nada para hacer”. Julia agregó que comenzó danza en Bellas Artes, y estos eventos están buenos “para encontrarnos a compartir desde otro lugar”. Su amiga Patricia, también nacida en Río Negro, planteó que fue fácil la integración al venir a la capital: “en el Interior no hay eventos de este tipo, que permitan conocer gente, enriquecerte. Esto es algo que encontrás siempre acá y que es gracias a la Udelar”.

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