La última cumbre de presidentes del Mercosur evidenció una de las peores crisis del bloque económico en sus 30 años de existencia. Ignacio Bartesaghi, doctor en Relaciones Internacionales, dijo a Sala de Redacción que existen dos caminos posibles: una crisis generalizada del Mercosur, o un acuerdo en el que Argentina acepte las propuestas de Brasil y Uruguay.

La tensión se arrastraba desde la cumbre extraordinaria por el 30º aniversario del Mercosur, que se hizo el 26 de marzo, cuando el presidente Luis Lacalle Pou manifestó la intención de Uruguay de abrirse a otros mercados y catalogó al Mercosur como un “lastre”. En respuesta, Alberto Fernández, había invitado a Lacalle a “abandonar el barco” si consideraba que la carga era “muy pesada”.

El 7 de julio, el día antes de la última cumbre presidencialista, el canciller Francisco Bustillo le había anunciado a los socios del Mercosur que Uruguay iba a comenzar a negociar acuerdos comerciales con otros países. Esto no cayó para nada bien del lado argentino y ocurrió un hecho nunca antes visto: la delegación argentina, anfitriona de la cumbre del 8 de julio, minutos de comenzar la videoconferencia comunicó a la delegación uruguaya que solo se emitiría el discurso de Fernández y que luego se cerraría sesión.

Este escenario obligó a Uruguay a montar un operativo para transmitir de forma paralela el discurso de Lacalle, en el que el presidente uruguayo ratificó lo que había anunciado Bustillo y aclaró que eso no significaba romper con el Mercosur porque “no se vulnera la regla de consenso”. Fernández, sin hacer alusión explícita al presidente uruguayo, recordó que el Tratado de Asunción indica que “las negociaciones deben iniciarse y concluirse de manera conjunta, y que cualquier propuesta debe estar basada en la regla de consenso”.

Bartesaghi considera que es necesario seguir un camino bilateral. A su entender, en los 30 años del Mercosur se ha llegado a la conclusión de que “en conjunto es muy difícil negociar y tener éxito en la política exterior”. Además, sostuvo que es una realidad que Uruguay necesita avanzar en su apertura externa, algo que “no parece posible” con los socios que actualmente tienen otros intereses, especialmente Argentina, precisó.

Con respecto a cómo va a evolucionar la situación en el corto plazo, sugirió que se debe intentar evitar que ocurra un quiebre, y dijo que para eso hay que negociar. Bartesaghi hizo énfasis en que “el objetivo principal es negociar intentando alcanzar un consenso mínimo de parte de Argentina”. A pesar de esto, marcó que existen riesgos en los caminos que están siguiendo Brasil y Uruguay porque “están forzando a Argentina a aceptar un Mercosur distinto”. El analista cree difícil adelantar qué puede ocurrir porque, según dijo, dependerá pura y exclusivamente de la capacidad negociadora de ambas partes en los próximos seis meses, plazo acotado en función de las próximas elecciones presidenciales de Brasil, que serán el próximo año.

¿Cómo queda la relación entre Uruguay y Argentina después de esto? Bartesaghi marcó que la relación entre los estados es más importante que la de los gobiernos, pero advirtió que “hoy la relación a nivel de figuras presidenciales no atraviesa un buen momento”. Consideró que la preocupación principal es la tensión entre Brasil y Argentina, que son “los grandes de la región”. Es un hecho que tanto Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, y Paulo Guedes, ministro de Economía, brasileño quieren un cambio en el Mercosur, y Uruguay está aprovechando la vía libre que le está dando Brasil. “La relación puede mejorar o empeorar si cambian los gobiernos, pero hoy hay que pensar que se va a reconstruir esa relación y que nunca se va a llegar al quiebre definitivo”.

Por último, consultado sobre si existe una posibilidad de que Uruguay abandone el Mercosur, respondió que “ni Uruguay ni Brasil consideran este escenario”. Por otro lado, si pasa el tiempo y no se consigue ningún resultado, “en algún momento vamos a tener que replantearnos si conviene cambiar de categoría en el Mercosur o retirarnos”. Afortunadamente, ese escenario el día de hoy no está valorándose seriamente por nadie.

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