La pandemia mundial de covid-19, enfermedad generada por el coronavirus, no solo genera tensión en el relacionamiento entre personas, sino también entre países. Un ejemplo es el de Estados Unidos, que a través de su presidente, Donald Trump, anunció días atrás el cese del financiamiento dirigido a la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que entendió que el organismo ocultó información del virus para favorecer a China.

Camilo López Burian, docente del Departamento de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Sociales especializado en relaciones internacionales, dijo a Sala de Redacción que la “primera cosa que hay que tener presente es que la OMS no es un organismo científico, es un organismo burocrático de las Naciones Unidas que lleva toda la discusión sobre políticas de salud”. El docente afirmó que se puede observar la definición de Estados Unidos desde dos miradas: “Desde un punto de vista económico, con el impacto que genera sobre cuestiones presupuestarias, el mantenimiento de la gente, de muchas oficinas que dependen del financiamiento de los países para mantener su estructura”. Por otro lado, desde un punto de vista político, consideró que debe tenerse en cuenta que “a partir de la crisis de 2008 existe un cambio global importante, una derecha con una mirada antiglobalización”.

Por lo tanto, “de alguna forma, al atacar a la OMS atacan esa gobernanza del sistema internacional liberal de la globalización, es decir, están en contra de ese discurso globalizador brindado por estos organismos”, consideró.

Pandemia

“Esta crisis sanitaria pone en cuestión el orden internacional liberal de la globalización, en la dimensión de la salud y tambén en la de la cooperación internacional, y cuestiona elementos vinculados a la gobernabilidad, a la democracia”, afirmó el investigador. Según analizó, la pandemia también trae consigo la necesidad de rever cómo se distribuyen los bienes. Como ejemplo de situaciones que generan tensión y no favorecen la cooperación internacional en esta coyuntura, mencionó a la distribución de insumos sanitarios como tapabocas y respiradores. Si bien estos son adquiridos por un país determinado, ya sea fruto de una donación o de una compra, surgen inconvenientes en el transporte de esos artículos. Muchas veces, cuando los aviones hacen escala en algún aeropuerto, los tapabocas y respiradores son incautados por las autoridades de ese país.

Consultado sobre cómo afecta esta pandemia a América Latina y a los países de menos recursos, López Burian aseguró que “más allá de los países, esto es una cuestión global, de comunidades, y lo que deja en evidencia son las desigualdades, hace que se profundicen”.

Para el politólogo, una posible salida a la crisis generada por la pademia pasará por una visión interacionalista que incluya “más cooperación y más multilateralismo, pero no un internacionalismo reaccionario que cuide la seguridad nacional y esté preocupado por resolver lo de cada país”. Según agregó, para ello se requiere “tener relaciones vis a vis con otros países y colocar el asunto en un plano multilateral en el que las soluciones no se piensen en términos de países, sino en términos de comunidad internacional”.

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