Al igual que la mayoría de torneos deportivos del mundo, la Liga Uruguaya de Básquetbol (LUB) tuvo que ser suspendida a causa de la pandemia de covid 19. Después de más de un mes sin actividad, surgió una polémica a partir de un comunicado de la Federación Uruguaya de Básquetbol (FUBB) en el que presentó una serie de medidas para la vuelta segura a los entrenamientos.

Entre otras medidas, la FUBB planteaba que los gimnasios deberían instalar dosificadores de alcohol en gel cada 10 metros, mamparas, y que los empleados de los clubes deberían mantener al menos dos metros de distancia entre sí, incluyendo a los jugadores. Por su parte, en los entrenamientos los basquetbolistas deberían usar gorra y lentes de protección para evitar llevarse las manos a la cara, y, según el protocolo, sería necesario que cada jugador tuviera su propia pelota, toalla y caramañola.

Además, se sugiere limitar el uso de los vestuarios al 50% de su capacidad y que se tome una distancia de dos metros en las duchas. En suma, de aplicarse el protocolo se prohibirían los bidones de agua y bebederos y se instaría a que los extractores de aire de los gimnasios funcionen correctamente. Respecto al área deportiva, la FUBB disponía la realización de encuestas de salud a jugadores y cuerpo técnico, además de controles médicos cada 72 horas y controles diarios de temperatura corporal.

Protocolo cuestionado

Sin embargo, el protocolo fue rápidamente cuestionado a través de otro comunicado, redactado por los Basquetbolistas Uruguayos Asociados (BUA) y la Asociación Nacional de Entrenadores de Básquetbol del Uruguay (ANEBU). Consultado por Sala de Redacción, Leandro Taboada, presidente de la BUA y actual jugador de Larre Borges, se mostró sorprendido por la ausencia de un aval médico en el protocolo de la FUBB. Precisamente, ese aspecto fue el primero que intentaron resolver cuando comenzaron a idear una respuesta desde las gremiales de jugadores y entrenadores. “Fuimos a buscar la firma de Daniel Zarrillo, Diego Larroque y Nicolás Arrieta, que son los médicos más vinculados al básquet”, contó el base de Larre Borges, ya que consideraron que sin esa garantía profesional “nada hubiera tenido sentido”.

Taboada también cuestionó que las medidas “no propusieron nada para los clubes” y siente que nunca hubo liderazgo desde la FUBB para solventar los problemas generados por la suspensión de la actividad. “Es verdad que a la Federación le bajaron los ingresos, pero nunca hubo búsqueda de variantes”, opinó. Por su parte, criticó a falta de instancias de coordinación, ya que, unos días antes de emitir el comunicado, la FUBB canceló una reunión que iban a tener los involucrados vía Zoom.

Para pegar la vuelta

El presidente del gremio de jugadores destacó que no hubo ningún llamado desde el gobierno nacional para atender la situación y dijo que la única orden fue la de cerrar las puertas: “No se propuso nada para que los clubes puedan solventar gastos”.

“Nosotros queremos correr el riesgo y volver a competir. Vemos cómo los comercios abren, la gente vuelve a la vida normal y nosotros estamos desesperados por jugar”, aseguró Taboada. Además, contó que los preparadores físicos de los clubes sugieren hasta seis semanas de entrenamiento para volver al tono físico deseado previo a volver a la competencia. De todas formas, avizoró que “la actual LUB no se terminará, seguramente todo se reanude con el Metro”. 

Finalmente, destacó la labor de los gremios, en especial de la BUA, que preside hace tres meses, y ha “recuperado voz y cumplido con los objetivos que se marcaron hace un año. Faltan cosas pero desde afuera se nota una fortaleza que nos sirve para trabajar adentro”, indicó.

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