“Ambos proyectos buscan ir más allá de la ley de Cuotas”, explicó Niki Johnson, doctora en Ciencias Políticas y docente de la Facultad de Ciencias Sociales, en conversación con Sala de Redacción, y agregó: las democracias modernas deben ser un reflejo de la composición de la población, por lo tanto la mitad deberían ser mujeres y la otra mitad hombres. En marzo de 2021 ingresaron al Parlamento dos proyectos de ley que proponen establecer paridad en la conformación de las listas electorales y en otros ámbitos de representación. Las impulsoras de estas iniciativas fueron Gloria Rodríguez, senadora del Partido Nacional, y Fátima Barruta, diputada del Partido Colorado. Barruta propuso el proyecto “Paridad de género”, mientras que Rodríguez impulsó la iniciativa “Participación política paritaria de personas de ambos sexos en la integración de los órganos electivos nacionales, departamentales, municipales, de dirección de los partidos políticos y en el Parlamento del Mercosur”.

Barruta explicó que su proyecto de ley establece tres pilares fundamentales: “El primero es listas paritarias, el segundo corresponde a suplencias del mismo género y el tercero es la proclamación paritaria por departamento”. A su vez, agregó que lo “innovador” de este proyecto es la proclamación paritaria por departamento. En el evento “Hacia una democracia paritaria en Uruguay”, realizado entre agosto y setiembre de este año e impulsado por ONU Mujeres, la senadora Rodríguez expresó, por su parte, que “lo que estamos presentando es una reforma al régimen legal actual, la paridad implica avanzar en el ejercicio efectivo del derecho a la participación política de las mujeres, promoviendo la participación paritaria de ambos sexos”, y enfatizó: “Se trata de mejorar la democracia”.

“Ambos proyectos tienen cosas en común porque se aplican en todas las instancias electorales de la democracia uruguaya”, informó Johnson, y dijo que la diferencia entre las iniciativas de Rodríguez y Barruta se encuentra en lo que establecen respecto a las suplencias dentro de los partidos políticos. La iniciativa propuesta por Rodríguez establece que cuando queda una vacante de banca definitiva en alguna de las cámaras, ya sea por renuncia o por fallecimiento, el lugar debe ser ocupado por un suplente del mismo sexo del titular anterior si quien dejó el cargo es del sexo subrepresentado. El proyecto de ley de Barruta difiere en cuanto a las suplencias temporales y las definitivas; según explicó Johnson, establece que los o las suplentes siempre deben ser del mismo sexo que los titulares. “El proyecto de Barruta plantea para la Cámara de Representantes la paridad de legisladores proclamados por departamento; es decir, en un departamento que tiene dos bancas, necesariamente una de ellas debe ser ocupada por un varón y otra por una mujer, no importa el resultado en la votación”, explicó Johnson. También informó que según esta propuesta, si ganan dos hombres, queda sólo el que tiene mayor cantidad de votos, mientras que el de menor votos debe ser sustituido por la primera suplente que le sigue en la lista. Esto se aplicaría en todos los departamentos y el objetivo es llegar “a una situación más cercana a la paridad”.

Lo que podría pasar…

En la presentación realizada por ONU Mujeres en el mes de agosto, la politóloga realizó una simulación para estimar la aplicación de la paridad. “En cuanto al Senado, los dos proyectos arrojaron los mismos resultados porque no plantean diferencias en su aplicación”, aseguró, y agregó que la simulación fue hecha en base a los resultados de las últimas elecciones nacionales. “En el caso del Senado hubiesen salido electas tres mujeres más [de las que realmente hay]; entonces en vez de ocho mujeres, hubiesen sido electas once”, informó la politóloga, y agregó que ese número no llega a ser la mitad del Senado, ya que esta cámara está compuesta por 30 bancas más la Vicepresidencia, por lo que 11 senadoras serían apenas un poco más de un tercio de las bancas.

En cuanto a la Cámara de Diputados, la simulación estimó que el proyecto de ley de Rodríguez sumaría a siete mujeres además de las 19 electas, lo que daría un total de 26 mujeres en una cámara que tiene 99 bancas; por lo tanto, aún aplicando la propuesta, las mujeres no llegarían a ocupar ni un tercio de los cargos. En cambio, con la iniciativa de Barruta el número aumentaría a 45 diputadas. “Eso no llega a ser paridad exacta, pero es muchísimo más cercano. Tendría que llegar a 49 y 50 para llegar a ser mitad y mitad, pero se acerca más a la paridad que en el proyecto planteado por Gloria Rodríguez”, aseguró Johnson.

Los dos proyectos actualmente se encuentran a la espera de ser estudiados. El primero, por la Comisión Especial de Derechos Humanos, Equidad y Género del Senado, y el segundo, por la Comisión Especial de Equidad y Género de la Cámara de Representantes.

Corriendo de atrás

Uruguay está situado como uno de los países más rezagados en materia de paridad de género en el ámbito de la política, a pesar de haber sido declarado uno de los 23 países con la democracia más plena y más avanzada del mundo y de haber aprobado hace más de una década la ley de Cuotas -N°18.476-, que se encuentra vigente desde el año 2009. En ella se especifica la obligación de incluir personas de ambos sexos en cada terna, por lo que los partidos deben garantizar que al menos un tercio de los integrantes sean del sexo que está en minoría en la lista. Además se debe cumplir un orden: en los primeros tres lugares de la lista debe haber por lo menos una mujer, y así sucesivamente en toda la lista, tanto para titulares como para suplentes.

“La ley de Cuotas que está vigente representó un avance muy importante para la democracia uruguaya, yo siempre digo: soy hija de la cuota”, afirmó Rodríguez en el evento de ONU Mujeres, y agregó que la ley sirvió mucho, pero que después de diez años ya no es suficiente y es necesario dar un paso más: “ese paso es hacia la paridad”. Respecto a esto, Barruta opinó: “yo creo que la democracia representativa se basa en la idea de estar representadas en la casa de todos y todas en el Parlamento, es un debe que tenemos y que se tiene que solucionar de alguna forma”.

Por otro lado, Johnson aseguró que el problema radica en que no hay “voluntad política” para cambiar la situación de la representación de las mujeres. “Me estoy refiriendo a las personas que ocupan los lugares de decisión al respecto, tanto dentro de los partidos políticos como dentro del Parlamento, quienes podrían aprobar una ley”, sentenció Johnson. “Son las personas que controlan los procedimientos de selección de las candidaturas y de armado de las listas que no ven que la paridad sea una dimensión relevante en la democracia”, concluyó. “También es difícil porque implica la salida de varones y el ingreso de mujeres al Parlamento, y los que van a votar estas leyes son mayoritariamente varones. Creo que difícilmente van a estar dispuestos a votar leyes que les reduzcan las posibilidades que tengan de volver a entrar”, sentenció Johnson.

La politóloga expresó que ve “bastante difícil” la posibilidad de que estos proyectos sean aprobados por el Parlamento. “Se escucha permanentemente que la paridad complica la forma tradicional de armar las listas”, aseguró , y añadió que “no hay diferencias ideológicas ni programáticas entre las listas de los partidos; para mí el sistema electoral uruguayo es un sistema mayoritario disfrazado de un sistema de representación proporcional”. Johnson afirmó que el sistema electoral uruguayo no le parece el más “democrático” ni el más “transparente” para la ciudadanía. Además opinó que este sistema está vigente en el país desde hace un siglo y con partidos muy “estables”, lo que hace muy difícil generar cambios.

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