En 1955, año en el que China y Uruguay comenzaron a establecer relaciones, el país asiático no atravesaba un período de estabilidad política y crecimiento económico como el que atraviesa en la actualidad. Apenas habían pasado algunos años desde el fin de la guerra civil en 1949 -en la que triunfó el bando comunista liderado por Mao Tse-Tung- y una década desde la culminación de la guerra con Japón. 

Tras llegar al poder, el líder del Partido Comunista de China puso en práctica medidas típicas de un modelo socialista de la época, comenzó a reordenar territorialmente al país y -en el marco de la Guerra Fría- se alineó con el bloque liderado por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). 

A su vez, durante el mandato de Mao los conflictos heredados de la pasada guerra civil continuaron, pero expresados en la relación China-Taiwán. Esta última región estaba controlada por el Kuomintang (bando nacionalista y enemigo del Partido Comunista en la guerra) y se autodenominaba República de China. Eso implicó que, durante la época de la Guerra Fría, los países que pretendiesen relacionarse con China debían optar entre reconocer a una de las repúblicas existentes. Al mismo tiempo, dicha controversia expresaba en el terreno político-económico la contraposición de modelos (al igual que en el resto del mundo en esa época), puesto que Taiwán estaba abierta al mundo comercialmente, mientras que la República Popular China representaba todo lo contrario. 

El 17 de diciembre de 1955, durante la presidencia de Luis Batlle Berres, en ese difícil contexto para negociar y luego de varias reuniones entre el agente comercial de Uruguay en Beijing y cónsul en Hong Kong, Mauricio Nayberg, el primer ministro de China, Zhou Enlai, y otras autoridades de ese país, Uruguay y la República Popular dieron inicio a su vínculo comercial a través de la firma de una “Declaración Conjunta para el Desarrollo de las Relaciones Comerciales”. Pese a todavía no tener relaciones diplomáticas en aquel momento, ambos países empezaban a tejer una relación bilateral que se iría estrechando con el tiempo.

El inicio de las relaciones diplomáticas con China

Tras la muerte de Mao en 1976, el modelo económico -ineficiente, radicalmente estatista y cerrado al mundo- por el que China había apostado desde 1949 comenzaba a caer por su propio peso. Luego de una serie de críticas y revisiones históricas del Partido Comunista en torno al legado de Mao y su figura, la línea que paulatinamente tomó fuerza a la interna del partido fue la encarnada por un antes perseguido del maoísmo: Deng Xiaoping. 

Xiaoping fue el encargado de llevar adelante un proceso de reformas económicas (denominado “Reforma y Apertura”) en el modelo de la República Popular China, que rompió con la ortodoxia maoísta del pasado. Dicho proceso de cambios tenía como objetivo modernizar al país sobre las bases del pragmatismo, modificando aspectos estructurales de la política económica a través de la liberalización (aunque moderada) del sector agropecuario y las empresas estatales, la recepción de inversiones extranjeras y un giro radical en materia diplomática y comercial.

En ese marco de buenos vínculos diplomáticos de China con el resto del planeta (incluido Estados Unidos), aumento exponencial del comercio exterior y vertiginoso ascenso económico, Uruguay comenzó a acercarse definitivamente (al igual que otros países del mundo tras la decisión de la ONU en 1971 de que China integrara el Consejo de Seguridad) al gigante asiático.

El 3 de febrero de 1988, el entonces presidente de la República, Julio María Sanguinetti, estableció relaciones diplomáticas con China luego de un importante debate en el seno del Partido Colorado, y a pesar de ciertas resistencias en el sistema político y algunos medios de comunicación. Esta decisión significó un giro en la política exterior de Uruguay ya que, tras el reconocimiento de la República Popular China, las relaciones con Taiwán llegaron a su fin.

Uno de los antecedentes fundamentales para entender el acercamiento diplomático entre ambos países, fueron las reuniones que mantuvieron en Buenos Aires el embajador de Uruguay en Argentina, Luis Barrios Tassano y el embajador de China en ese país, con el fin de negociar un importante acuerdo comercial. Tras la firma del acuerdo y el establecimiento de relaciones diplomáticas, China comenzó a incrementar la compra de productos a Uruguay, que en los años anteriores eran fundamentalmente tops de lana. 

Luego, en noviembre de 1988, el presidente Sanguinetti viajó a China acompañado por una delegación de ministros y empresarios, y se entrevistó con altos dirigentes del gobierno, incluidos Xiaoping y el entonces Presidente, Yang Shangkung. 

El ascenso de China y los vínculos con Uruguay en los últimos años

Las reformas impulsadas por Xiaoping en la economía de China mostraron excelentes resultados en apenas unos años. En términos absolutos y en comparación con el período maoísta, el crecimiento del PBI de la República Popular se disparó significativamente después de 1978. Aproximadamente dos décadas después de iniciadas las reformas, el PBI de China pasó a crecer a tasas cercanas al 10%.

En concordancia con el impacto de las reformas a nivel económico, es que puede explicarse el aumento del PBI per cápita de China durante esos años: según datos del Banco Mundial, este pasó de ser de US$ 156 corrientes en 1978 a US$ 10.261 en 2019. Dicho aumento en el nivel de ingresos de la población china repercutió a su vez en una mejora de la calidad de vida, que se reflejó en el aumento de la esperanza de vida, la disminución de la mortalidad infantil, el crecimiento de la alfabetización, la reducción de la pobreza y el aumento del consumo (lo que benefició a países exportadores de alimentos como Uruguay) entre otros indicadores. 

En apenas algunas décadas, la República Popular China pasó de ser un país con una economía atrasada y millones de personas viviendo en la pobreza, a ser una gran potencia económica, científica, tecnológica y militar. 

En paralelo al vertiginoso auge de China en los últimos años, Uruguay ha ido profundizando (sin importar el signo de las diferentes administraciones) su relación con el país asiático. Desde el 2013, la “Nación del centro” es el principal socio comercial de nuestro país y, según información de la Embajada de China, “el comercio bilateral de 2018 fue casi 40 veces el de 1988” y “en 2019, las exportaciones uruguayas a China fueron de 2 mil 872 millones de dólares”.

En la última década, los vínculos de Uruguay con China se han estrechado especialmente. Durante el mandato de Tabaré Vázquez entre 2015 y 2020, ambos países lograron acuerdos que comenzaron a allanar el camino para la negociación de un TLC.

En octubre de 2016 durante su visita a China, Vázquez se reunió en el Gran Palacio del Pueblo de Beijing con el Presidente chino, Xi Jiping y llegaron a un acuerdo para instaurar una “Asociación Estratégica” entre ambos países “basada en el respeto, la igualdad y el beneficio mutuo con miras a impulsar la relación bilateral, favoreciendo aún más su integralidad y profundización, elevar el nivel de la cooperación en todas las áreas y jugar juntos un papel más activo en los asuntos internacionales y regionales”. Al mismo tiempo, en esa misma reunión, ambos mandatarios expresaron la intención de iniciar las negociaciones bilaterales para el establecimiento de un TLC que posteriormente, por diversos motivos, no se concretó.

En 2018, en el marco del 30 aniversario de las relaciones diplomáticas entre ambos países, Uruguay se convirtió en el primer país del Mercosur en adherirse a la iniciativa de “La Franja y la Ruta”, un proyecto de escala mundial iniciado por Xi Jiping en 2013 durante su visita a Kazajistán e Indonesia, orientado al desarrollo, la cooperación económica y el comercio de países de África, Europa y Asia especialmente (aunque también de otros continentes), a través de la creación de conexiones de infraestructura y marítimas entre China y dichas regiones.

¿Qué nos compra China?

De acuerdo al último Informe Mensual de Comercio Exterior de Uruguay XXI correspondiente a agosto de 2021, la República Popular China fue el principal mercado de exportación de Uruguay para varios productos. 

En el sector de la carne bovina, las exportaciones totales crecieron un 90% con respecto al mismo período del año pasado, mientras que las ventas a China aumentaron un 97%, por lo que el país asiático pasó de comprarle a Uruguay por 414 millones de dólares a hacerlo en una cifra de 815 millones entre enero y agosto de este año.

A su vez, en las ventas de productos lácteos, China también fue el principal mercado de exportación. Al igual que Argelia, el gigante de Asia compró en este sector por un monto de 19 millones de dólares, representando un 29% del total. 

China también fue uno de los principales destinos en el rubro de la madera. Según indica el informe de Uruguay XXI, “las exportaciones de madera se ubicaron en US$ 45 millones de dólares, 71% por encima de agosto de 2020” e India fue el principal mercado de exportación (con una participación del 30%), mientras que “China compró 29% del total exportado”, por un monto de 13 millones de dólares aproximadamente. 

Mientras tanto, en el rubro de los subproductos cárnicos, la participación de China representó un 45% del total exportado, con una cifra de 47 millones de dólares. En este sector, las ventas aumentaron un 80% con respecto al mismo mes del año pasado. 

De acuerdo al informe de Uruguay XXI, en términos absolutos “las exportaciones hacia China presentaron una expansión de 52% interanual en agosto y se situaron en 233 millones de dólares”, siendo el “primer destino de exportación del mes” con un 32% del total exportado. 

En relación al peso de los distintos rubros, la carne bovina representó el 58% de las exportaciones hacia el gigante asiático, los productos lácteos y subproductos cárnicos un 9%, la soja un 7%, la madera y el ganado en pie un 5%, la carne ovina y caprina un 4% y otros productos representaron un 3% del total. 

Finalmente, el informe señala que “el 82% de la canasta exportable uruguaya son bienes primarios o productos procesados de origen agropecuario” y que, “en cuanto a los destinos de exportación” el principal sigue siendo China, al que “en 2020 exportó 2.152 millones de dólares, representando el 27% del total”.

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