La Asociación de Bancarios del Uruguay (AEBU), Citibank y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) no lograron avanzar en las negociaciones para encontrar una solución a los despidos de tres trabajadores de Citibank, luego de que el banco vendiese un área de negocios a la firma Insigneo. El plazo de negociación venció el viernes 26 de agosto y tras no se llegar a una solución sino que, tal como declaró en rueda de prensa el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, “ambas partes están muy lejos de llegar a un acuerdo”, el sindicato bancario reanudó el conflicto.

De esta manera, el sindicato detuvo la actividad bancaria en el sector privado los días lunes 29 y martes 30 de agosto en todas las sucursales de Ciudad Vieja, en donde se encuentra ubicada la sede del Citibank. A su vez, el miércoles 31 convocó a una concentración en el banco Heritage, situado en las calles Rincón e Ituzaingó. Juan Fernández, presidente del Consejo de Banca Privada de AEBU, comentó a Sala de Redacción los motivos por los que se ocupó el banco Heritage. En primer lugar, remarcó que la Asociación de Bancos Privados del Uruguay (ABPU) “no está colaborando, como colaboró históricamente el sistema financiero, para laudar crisis de puestos de trabajo”. Por otra parte, sostuvo que en su momento se le había solicitado al Heritage que considerara tomar algunos de los tres empleados del Citibank, pero que la posibilidad había sido rechazada ante la fundamentación de que “una institución como el Heritage no iba tomar a un trabajador despedido de otro banco”, expresó Fernández; sin embargo, indicó que en agosto dicha institución incluyó en su plantilla de trabajadores a una ex empleada del Citibank no afiliada al sindicato.

“Todas las medidas que estamos implementando son de carácter sorpresivo e intentan afectar a toda la actividad financiera, no sólo a la institución financiera que provocó esto”, agregó el secretario de Prensa y Propaganda de AEBU, Walter Tabeira, en diálogo con Sala de Redacción. En complemento, agregó que “hay medidas que se están implementando en empresas laterales o vinculadas a los bancos, en los que se están retrasando sus actividades financieras por varios días”, y que entiende que las instituciones financieras privadas están utilizando una “coartada”, ya que actualmente todos los bancos privados tienen “una necesidad de personal importante”, expresó el secretario.

En respuesta a los dichos del sindicato bancario y sus representantes, Carolina Bellenda, gerenta del departamento de Comunicaciones de Heritage, habló en rueda de prensa sobre este tema y aseguró que el banco “no mira si alguien es afiliado o no”, que la resolución “no es a favor o en contra de nadie” y que la contratación de esa empleada es “independiente” al conflicto. A su vez, durante el último paro la ABPU lanzó un nuevo comunicado en el que lamentó los perjuicios que les ocasionaban a las instituciones las medidas del sindicato bancario, además de ratificar que ninguna institución financiera puede influir en las decisiones de otra y que “no es razonable que se obligue a un banco a incorporar a su plantilla a trabajadores que fueron desafectados por otra institución”. Asimismo, los representantes de los bancos privados hicieron hincapié en que el Citibank les había ofrecido una compensación superior a la establecida en la legislación uruguaya y que solo tres funcionarios de 29 no la habían aceptado, y que a raíz de eso AEBU había resuelto “involucrar a todo el sistema en un conflicto” para buscar una solución a tres personas que no aceptaron los incentivos.

Fernández acusa que a diferencia de la actitud reflejada por las instituciones privadas, las acciones tomadas por parte del sindicato de bancarios siempre se manejaron a través de la “buena fe” y se enmarcaron en lo que establece la Ley de Urgente Consideración, por lo que “se está dejando ingresar a los clientes y a los trabajadores no agremiados que no están parando”. Dicha declaración refiere a la denuncia presentada por parte de AEBU hace una semana ante el MTSS, en la que se les impidió ingresar a representantes sindicalistas a dialogar con afiliados dentro de la institución financiera Citibank, lo que para Tabeira constituye “uno de los motivos que alejaron a llegar a un acuerdo en las negociaciones”. Fernández agregó que estas actitudes no hacen más que alejar a las partes, además de “vulnerar la libertad sindical existente”.

Referentes del MTSS continúan con el objetivo de encontrar alternativas que acerquen a ambas partes, aunque el ministro Mieres no negó que hay una brecha muy grande entre ambas partes y que la situación de conflicto perdura: “desde un lado se plantea que los trabajadores tienen buena indemnización por despido y por el otro que en todo el sector financiero no hay ningún lugar para incorporarlos”, dijo.

Representantes sindicales sugieren que la contraparte debe hacer un esfuerzo mayor, ya que no se les hizo ninguna contrapropuesta luego de que el sindicato hiciera “presentaron cinco propuestas de diferente estilo que no fueron atendidas”, afirmó Tabeira. Desde AEBU aseguran que se va a hacer todo lo que esté a su alcance para revertir esta situación: “estamos preparados para un conflicto, duro y largo que tiene que solucionarse”, concluyó Fernández.

Nacimiento del conflicto

El banco de origen americano Citi tenía en Uruguay dos oficinas de su división International Personal Banking (IPB) encargadas de gestionar patrimonios de personas físicas. Una se ubicaba en Ciudad Vieja y en la zona franca de Zonamérica. Cuando se concretó la venta de la oficina en Zonamérica a la corredora estadounidense Insigneo, Citi resolvió cerrar su oficina de IPB en Ciudad Vieja y despedir de sus 29 trabajadores. De los 29 empleados, 16 son afiliados a AEBU.

El sindicato alega que ha intentado entablar diálogo con el banco desde hace ocho meses con el propósito de negociar la permanencia de algunos de los trabajadores en otra área de la institución, pero que Citi se ha negado. Posteriormente, Insigneo resolvió tomar a cinco de estos afiliados, por lo que la negociación pasó a ser por once empleados. Finalmente, ocho de ellos terminaron firmando un retiro incentivado, pero no han sido reubicados los otros tres trabajadores.

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