“Al fútbol femenino en Uruguay lo que le falta es apoyo”, sostuvo Pamela De Armas, ex jugadora de Danubio, en conversación con Sala de Redacción. Además, añadió que básicamente “lo que falta es plata, inversión”. La arquera comentó que hay un doble discurso y dio como ejemplo el día de la mujer; en esa fecha todos los clubes publican y hacen referencia a que cuentan con equipos de fútbol femenino, pero De Armas afirmó que en la interna solo les dan una pelota y la camiseta.

No sólo es necesario que el fútbol femenino se “muestre más” en Uruguay, sino que “hay que actuar”, propuso De Armas. Según la jugadora, la infraestructura de los clubes tiene mucho para mejorar y son pocos los equipos que cuentan con el nivel de instalaciones y las herramientas necesarias para entrenar de forma adecuada. La actual defensora del arco del North Iowa Area Community College (Estados Unidos), comentó que el principal problema para las mujeres que quieren tener una carrera en el fútbol uruguayo es que no existen los contratos profesionales: “juegan por amor al arte”.

También planteó que Nacional es el único club que tuvo la iniciativa de empezar con contratos que intentaban ser profesionales, pero que no llegaban a serlo para la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) porque el monto era de 4 mil o 5 mil pesos mensuales, por lo que no llegaba ni siquiera a un salario mínimo.

Sin embargo, Nacional será ahora sí el primer club femenino con contratos profesionales para todas sus jugadoras, difundió La Diaria. Gastón Tealdi, vicepresidente de la AUF, afirmó a Sala de Redacción que le han dado “un impulso importante” al fútbol femenino desde que asumieron en el Ejecutivo. Tealdi sostuvo se le está dando más importancia al fútbol femenino en todo el mundo y que ninguna asociación puede ser ajena a eso. “Creo que nosotros hemos actuado en consecuencia, de hecho hasta el propio campeonato femenino ya tiene su primer sponsor”, afirmó.

A pulmón

De Armas relató cómo es la situación de una jugadora en Uruguay: “los pasajes para ir y volver de los partidos y de los entrenamientos, los championes y, en el caso de las goleras, también los guantes, todo eso sale del bolsillo de cada jugadora”. Además, “algunas veces te tenés que pagar vos misma los equipos deportivos, que ni siquiera son de la misma marca que el de los varones, y otras tenés que pagar por los equipos oficiales”. También comentó que a veces no las dejan sacarse fotos por no tener puesto el equipo oficial del club.

Por otro lado contó que en la Selección Femenina Uruguaya se ha avanzado mucho y que, si bien al principio el equipo deportivo que utilizaban no era de la marca Puma, como el de los varones, para el mundial de la categoría sub 17 que se realizó en Montevideo en 2017, por primera vez todas recibieron un equipo de esa marca. “Al ser un mundial, iba a estar lleno de cámaras, entonces iba a quedar mal que la Selección Femenina no tuviera la misma ropa que la masculina”, afirmó. De Armas añadió que ahora la Selección Femenina también entrena en el Complejo Celeste y que por tanto hicieron nuevos vestuarios para las mujeres. Si bien son notorios los avances, afirma que todavía hay un gran debe, por ejemplo en los viáticos, que muchas veces no son pagados como correspondería.

Sobre el hecho de que las jugadoras tengan que irse del país para poder seguir con sus carreras deportivas, Tealdi resaltó que en Uruguay hay una situación económica que no se puede ignorar, y que se deben afrontar procesos serios y responsables para generar recursos que permitan la profesionalización. “Nosotros desde la AUF tenemos que promover ese proceso para acortar los plazos y que se den de manera segura, para que después no haya retroceso”, concluyó.

Buscar oportunidades

A De Armas siempre le gustó jugar al fútbol, pero fue a los 12 años, en la pista de patinaje de la rambla de Montevideo, que una chica la vio y la invitó a jugar en Bella Vista. Tiempo después, en 2011, la fue a ver jugar el técnico de River Plate y De Armas se sumó al plantel, pero ese mismo año falleció el presidente del club, Juan José Tudurí, y el fútbol femenino de River se quedó sin apoyo y sin partidos. Las integrantes del equipo y los técnicos de River Plate siguieron entrenando por su cuenta en el Rosedal del Prado, pero luego encontraron un espacio en Montevideo Wanderers, según informó El Observador.

Defendiendo a Wanderers fue convocada por primera vez a la Selección y en el año 2013 jugó en el Sudamericano Sub 17 en Paraguay. Un año después pasó al equipo de Bella Vista, en donde salieron campeonas de la Copa de Plata. En 2016 y a través de un llamado de aspirantes entró a Peñarol, pero por un problema de horarios entre el estudio y el entrenamiento abandonó el club y volvió nuevamente a River Plate. Un año más tarde llegó a Liverpool pero en cuestión de meses se pasó a Nacional, equipo que entrenaba en un horario compatible con sus estudios. Por último, en 2019 ingresó al plantel de Danubio.

En noviembre de 2020, De Armas obtuvo una beca para jugar y estudiar en una Universidad de Estados Unidos, en Mason City, Iowa. Estudia Ciencias de la Computación y es arquera del equipo North Iowa Area Community College. “Surgió durante la cuarentena, tenía mucho tiempo libre para pensar”, relató, y agregó que se contactó con una empresa llamada University Soccer, que se dedica a conseguir becas para jugadores y jugadoras y que fue a través de ellos que consiguió la oportunidad de viajar.

De Armas ahora entrena una hora y media por día, tiene mínimo tres partidos a la semana y sincroniza a la perfección el mundo del fútbol con sus estudios: “a veces jugamos de locales y otras veces viajamos; acá nos pagan el hotel, la comida, la ropa y hasta los guantes para jugar”, indicó. En cuanto a las diferencias con el entrenamiento que tenía en los equipos uruguayos, explicó: “la primera diferencia son los materiales, la segunda es que acá hay mucho más entrenamiento físico porque en los primeros días del invierno no podemos jugar por la nieve.” Agregó, a su vez, que en su equipo actual cuentan con entrenadores específicos para las goleras.

Con respecto a su futuro, la golera aseguró que en Estados Unidos es posible vivir de este deporte, porque el fútbol femenino es potencia, pero “lo complicado es llegar a ser profesional, aunque la opción está”. “Sin dudas que es un sueño haber podido llegar a esto, pero también estoy acá para estudiar y para llegar a algo con mis estudios”.

En referencia a su nuevo equipo, contó que al principio todo le pareció raro y que “el choque cultural fue fuerte”. Desde su punto de vista de única jugadora sudamericana, siente que sus compañeras estadounidenses y europeas no sienten el fútbol de la misma manera. “El dejar todo atrás de cada pelota no existe”, pero aseguró: “de a poco las voy contagiando”.

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