Imagen publicada en el Portal de la Intendencia de Montevideo

Matías atiende el autoservice de una estación de servicio en Aguada y no tiene agua sin gas desde hace dos días: “el muchacho que tenía que venir ayer dijo que lo hacía hoy, y hoy llamó que venía mañana”. Leandro reparte bebidas en un camión y contó: “estamos vendiendo agua como si fuera verano, el resto de las bebidas normal, pero la cantidad de agua que nos piden es el doble para esta época del año”. Cristian atiende un comercio en el Prado y dijo que tiene agua “de casualidad, porque el pedido de hoy no vino y me avisó hoy que no va a venir”.

El 5 de mayo, el directorio de OSE resolvió aumentar de 450 a 720 miligramos de cloro por litro de agua y pasó de 280 a 440 miligramos de sodio por litro de agua, para Montevideo y Canelones. A raíz de esto, el incremento en las ventas de agua embotellada, sobre todo de bidón, ha sido un fenómeno que hemos podido constatar en todo el país. Como consecuencia ha surgido el problema del abastecimiento de los locales comerciales.

Muchas personas están utilizando agua embotellada no solo para consumo donde antes se usaba agua de la canilla, como por ejemplo el mate, sino también para cocinar, darle a las mascotas o incluso tareas de aseo. Al aumento en los usos se suma el temor ante una eventual escasez de agua o el aumento de su precio. Similar a lo que sucedió con el papel higiénico en pandemia, se han difundido en redes sociales múltiples imágenes de gente llevándose grandes cantidades de bidones, muy por encima de la que se necesita para el consumo del día a día.

El interior no ha escapado a esta realidad. Incluso en zonas donde no se han modificado los valores de cloro y sodio en el agua de OSE, hay un aumento en las ventas, sobre todo de bidones. Así lo constataron Santiago y Laura, dos comerciantes de San José de Mayo que atienden sus propios negocios. Santiago expresó “una de las distribuidoras grandes de acá me llamó ayer para decirme que estaban sin stock de bidones, otra me dijo que si quería encargar lo hiciera ahora porque los pedidos estaban siendo por encima de lo que la planta les estaba mandando y en breve se iban a quedar sin agua. Normalmente pido bidones el miércoles y me dura dos semanas el stock; pedí el miércoles pasado y el viernes ya no tenía.”

La empresa Salus se está manejando con la política de priorizar las zonas más afectadas por la escasez: Canelones y Montevideo. Si bien en San José aún les queda stock, advierten que ya están teniendo problemas para cumplir con los pedidos, incluso que han tenido que entregar menos de lo solicitado en muchos casos “para no dejar a nadie a pie”, según explicó a Sala de Redacción Luis Clara, supervisor de ventas de Edyan, distribuidor oficial de Salus en San José. Y agregó: “es claro que nosotros queremos vender, pero si entregamos todo lo que nos están pidiendo dejaríamos a un montón de lugares sin agua”.

Fernando Ferreira, integrante de la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida (FOEB), dijo a Sala de Redacción que este aumento de la producción ha sido “algo así como un verano imprevisto”. Explicó, además, que “en esta época del año muchas fábricas suelen cortar la producción para hacer el mantenimiento de las máquinas, y lógicamente no han podido. Se ha procedido muy similar al verano, contratando trabajadores zafrales. Aunque en algunos casos puntuales puede haber habido extensiones en los jornales y con ello el correspondiente pago de horas extras, en la mayoría de los casos se han contratado zafrales.”

Ferreira habló de la dificultad de aumentar la carga utilizando los mismos medios de distribución: “hay factores de infraestructura que no se pueden ignorar, la cantidad de camiones y vías de distribución son factores a tener en cuenta”. “Además, está el tema de las marcas que no solo producen y reparten agua embotellada, y tienen que buscar un equilibrio entre atender la emergencia y seguir produciendo y distribuyendo sus demás productos.”

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