En los últimos años, el Partido Socialista (PS) ha lidiado con la salida de varios miembros de larga trayectoria política, entre ellos Enzo Benech, Michael Skafar, Daniel Martínez y, más recientemente, Julio Bango. En diálogo con Sala de Redacción, tres dirigentes del PS —Gonzalo Civila, secretario general, Carla De Mello, responsable de la Secretaría General de la Juventud, y Nicolás Lasa, edil y presidente de la Junta Departamental de Montevideo— analizaron esas salidas, la situación actual del partido y sus desafíos a futuro.

Los entrevistados tienen diferencias al valorar las bajas de figuras de relevancia. Lasa señaló que integrantes del PS “han buscado intencionalmente instaurar la imagen de una crisis”, y que eso se reflejó en los medios de prensa. En este sentido, sostuvo que la dirección no debería guardar silencio ante esta situación, y que sería conveniente “avanzar en procesos disciplinarios”. 

De Mello aclaró que “a nadie le gusta que haya compañeros que se vayan”, pero explicó que al mirar la historia del PS, puede verse que “mucha gente que se ha ido”, ha formado otros sectores “que han sido importantes para la izquierda”. Por ese motivo, dijo que es “relativa” la gravedad de la situación, dado que estas personas no se alejaron de la izquierda. En contraposición, Lasa opinó que quienes se han ido del partido lo hicieron con “deudas millonarias”, mientras que “el relato público es que tienen problemas políticos”. Además, señaló que el partido no resintió su “capacidad transformadora”. 

Civila propone otro enfoque a la situación. Para él, el papel de la dirección del PS es claro al promover instancias de diálogo y autocrítica, como el Comité Nacional; manifestó que el cambio en la línea política del partido puede resultar “difícil de asimilar para algunos compañeros” y que, a su vez, hay un componente de recambio generacional. En este sentido, expresó que hay integrantes que han ejercido espacios de poder y decisión durante años, y que hoy presentan dificultades para aceptar nuevos roles. Para reforzar su explicación, destacó que desde abril de 2019 hasta la fecha se han afiliado 850 personas al PS. 

Inclusión de jóvenes

Tanto Lasa como De Mello y Civila perciben una dificultad del PS a la hora de acercarse a los jóvenes. Para revertir esa situación, De Mello identifica una oportunidad la creación de la corriente Izquierda y Libertad, conformada en marzo dentro del Frente Amplio por el PS, el Partido por la Victoria del Pueblo, Casa Grande y Movimiento Cambio Frenteamplista. Lasa opinó que el acercamiento a las nuevas generaciones y el descreimiento político es un problema general que atraviesan todos los partidos enfrentan, pero añadió que el PS tiene la dificultad, además, de lidiar con la “carta de presentación” de un partido que está más en crisis “en los medios de comunicación que en la vía interna”. 

Asimismo, para Lasa es importante facilitar la militancia y señaló la necesidad de utilizar los medios tecnológicos para facilitar la inclusión y tratar temas que afecten directamente a la gente. Civila considera que los jóvenes participan mucho, pero de maneras que “no se encausan en los partidos institucionalizados”, y eso “debe interpretarse”, proclamó.  

Según De Mello, la juventud del partido defiende sus espacios y “se siente escuchada”. Así, resaltó la importancia de que la juventud sea una instancia de formación en la militancia y que tenga la responsabilidad de aportar nuevas perspectivas a los debates. En este sentido, dijo que resulta fundamental incorporar una visión feminista a las discusiones dentro de la izquierda y cuestionar “las lógicas machistas o adultocéntricas”. En concordancia con esto, Lasa afirmó que “la izquierda no habla de amor”, porque “le tiene miedo a hablar de amor” y explicó que esto “es un problema de género”. Igualmente, Civila expresó que es necesario incorporar la perspectiva de género para romper con “lógicas patriarcales, facilitar la militancia y la participación a sectores más desfavorecidos”. 

Contra la reforma jubilatoria

Este es uno de los temas que ocupan actualmente al PS. Los integrantes del partido ven la Ley de Reforma de la Seguridad Social, aprobada en mayo, como una oportunidad de debate. De Mello planteó que es necesario pensar un modelo de seguridad social que “vaya más allá de cómo vamos a pagar jubilaciones”. De la misma manera, para Lasa la reforma jubilatoria se conecta con “el sentido de la vida”, y “con la gente” porque “interpelan sus dificultades diarias”. Civila mencionó que el PS rechazó de forma global la reforma y adelantó que buscará la vía de democracia directa para poner en discusión el tema de la seguridad social.

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