El aumento de la salinidad en el agua potable en el área metropolitana ha provocado cambios en las dietas de la población y se incrementó el número de consultas a especialistas. El problema se presenta tanto en el consumo directo del agua, como en la preparación alimentos que requieren el agua, e incide, también, en algo diario y característico de la población uruguaya: tomar mate.
En diálogo con Sala de Redacción, el nutricionista Augusto Alfonsín expresó que ha recibido muchas consultas por este tema, “principalmente de las personas que ya están con un tratamiento nutricional, quienes tienen hipertensión o han tenido alguna patología renal”. En relación con aquellos pacientes que no se contactaron pero que Alfonsín sabía que sufrían de patologías, el especialista que “se puso en contacto con ellos para decirles que intenten no consumir el agua de la canilla durante un tiempo hasta que esto se solucione, y que consuman agua embotellada”.
Alfonsín explicó que “se dan cambios en las comidas que utilizan agua para su preparación” por lo que, las personas que tienen alguna patología tienen “que modificar” sus hábitos. Dijo que no tiene una solución para aquellas personas que no tienen el acceso al agua embotellada y que no pueden consumir el agua de la canilla.
Según Alfonsín, la técnica de hervir el agua para reducir la salinidad del agua como un “mito”. Consultado sobre posibles beneficios de hervir el agua para reducir la salinidad, Rafael López, jefe de control de calidad de Proquimur, y químico de profesión, respondió que, “cuando se hierve el agua, al evaporarse el solvente, las partículas que están disueltas siguen estando ahí, pero diluidas en menos cantidad de agua”. Agregó que, al evaporarse un porcentaje del agua, esto genera un aumento de la concentración de sodio, ya que “aumenta la concentración de esos sólidos que están disueltos”.
Algo que también preocupa es la preparación de los suplementos de los bebés; Alfonsín expresó que “cuánto más se alargue el consumo de sal en los niños es mucho mejor”, en alusión a la posibilidad de extender el inicio de este consumo, de modo que no sea cambio intenso para la fisiología infantil. A su vez, sobre los suplementos, recomendó prepararlos con agua embotellada.
El problema se debe a la sequía que se da en el país desde ya hace un tiempo y se ha agudizado en el último semestre. Esto generó que escaseen las reservas de agua que OSE utiliza, tal es así que la represa de Paso Severino tiene la disminución más grande de su historia, y la segunda reserva que usa la planta potabilizadora de Aguas Corrientes, la del arroyo Canelón Grande, tiene una reducción a cero.
Para paliar el déficit, OSE comenzó a mezclar agua dulce de la represa de Paso Severino con agua del tramo inferior del río Santa Lucía, que se encuentra muy cerca del Río de la Plata y tiene un grado muy alto de salinidad, que disminuye al ser mezclada con la que proviene de Paso Severino. Este problema lo comunicó OSE el 5 de mayo en su sitio oficial, en donde recomendó el consumo de agua embotellada, principalmente para aquellas personas con patologías previas.
López explicó que “inicialmente OSE tiene unos límites de 200 miligramos por litro para sodio y 280 miligramos por litro para cloruros”, y que ambos se incrementaron. Según informó en rueda de prensa la ministra de Salud Pública, Karina Rando, el 4 de mayo, OSE solicitó incrementar “de manera excepcional”, el límite de sodio a 400 miligramos por litro de agua y el de cloruros, a más de 700 miligramos. Su concreción es los que explica el gusto salado del agua.