El “Mercado del Inmigrante”, antiguamente conocido como “Mercado del Este” o “Mercado de la Abundancia”, reabrió sus puertas al público luego de una reforma y un cambio de propuesta.

Los stands disponen de diferentes sabores, gustos y culturas para un público amplio, tanto de turistas como locales, con comida caribeña, japonesa, italiana, criolla y norteamericana: pasta, pizza, sushi, parrilla, minutas, lehmeyun, picadas, tragos, vinos, refrescos, smoothies, cervezas artesanales, helados y servicio de cafetería. 

El sitio, que se encuentra ubicado en el centro de Montevideo en las calles San José y Aquiles Lanza, tiene las puertas abiertas al público todos los días de la semana desde las 10 hasta las 2 de la mañana. El gerente general del mercado, Adrián Dutra, habló con Sala de Redacción y contó que la elección del nombre tuvo que ver con “captar al público turista que viene a Uruguay”.  

Retomando los orígenes 

En el año 1859, cuando se fundó el mercado, se buscaba atender las peticiones de la población de la época, que en ese entonces superaba los 50 mil habitantes. A finales del siglo, el lugar se destruyó por completo por un gran incendio. Luego, en 1904 se comenzó a construir en el mismo sitio el Mercado de la Abundancia” y se inauguró el acceso al público en 1906. 

Leopoldo Peluffo fue el ingeniero que estuvo encargado de diseñarlo en aquel entonces y se dice que tomó como inspiración al Mercado de París “Les Halles”. El predio fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1976. 

Hubo años en los que el mercado bajó su actividad, pero en 1996 retomó con más fuerza ya que se fusionó con el “Mercado de los Artesanos”, la venta de libros, puestos de verduras y mariscos y la sociedad “Joventango”. 

El gerente del renovado “Mercado del Inmigrante” sostuvo que se debieron mantener las estructuras del lugar y también su fachada. “Se respetó el patrimonio histórico nacional y lo que se hizo fue una reestructuración, para aggiornarlo al siglo XXI”, señaló. Dutra manifestó que “es como una megafabrica, súper industrial, y lo que se hizo fue darle un poco de vida”

El gerente expresó además que se fusionó lo histórico del lugar con un poco de color y naturaleza, además de una iluminación acorde.  “Hay armonía en las paletas de colores, se tuvo una estética unificada y se busco generar una misma sinergia en los locales”, apuntó. 

Los locales gastronómicos que se encuentran en la plaza fueron seleccionados: “Nosotros fuimos a buscarlos a ellos local por local, queríamos gente que realmente nos interesaba, gente joven con predisposición”, acotó. 

Degustar y disfrutar de otras cosas 

Además de las ofertas gastronómicas, el mercado propone un “abanico amplio” de actividades culturales. El gerente sostuvo que en el mes de setiembre habrá shows acústicos, artistas tocando distintos instrumentos y presentaciones de bailarines. Además, debajo del mercado se encuentra la escuela de música Cinearte, y “sus alumnos van a brindarnos en distintas oportunidades presentaciones”, afirmó Dutra. 

También se pensó en un rincón para niños, donde se desarrollarán talleres de plástica y ciencia, y hay espacios destinados a la lectura y al arte.

FacebookTwitter