Desde los cinco años está en el mundo del taekwondo, guiada por su padre, quien también era un aficionado a las artes marciales. Creció a unas cuadras de la Academia Lee donde practicó el deporte y junto a sus hermanas adoptó una rutina que incluía clases los martes y jueves después de la escuela. Sus hermanas participaron en competencias, la mayor fue a los juegos Sudamericanos: “ella tenía camino, pero dejó, yo seguí”, recordó en diálogo con Sala de Redacción. Ahora entrena junto a su hermana más chica, quien practica otra modalidad de competencia. En ese sentido, explicó que en el taekwondo olímpico la modalidad de pelea es el Kyorugui, en la que se hacen dos rondas. Por otro lado, la modalidad Poomsae implica movimientos con patadas y también son rondas de eliminación, pero no es pelea. 

María practicaba Taekwondo marcial, enfocado en enseñar técnicas, pero aún no participaba en competiciones. Practicó también Poomsae, sin competir en nivel avanzado y recién en 2016 comenzó el Kyorugui, lo que pelea ahora. Dentro del taekwondo, se realizan exámenes para avanzar el grado de cinturón: ella es primer dan, cinturón negro (el nivel más alto es el noveno dan).

La deportista destaca la importancia de ir a entrenar a otros países. Si bien ella entrena el arte marcial en la Academia Lee desde chica y en el centro de combate hacen la parte física del entrenamiento junto a la selección, al momento de prepararse para los juegos Panamericanos han ido a entrenar a Brasil. “Quedarse en Uruguay entrenando no nos conviene. Somos poca gente, alguna otra chica (competidora) de mi nivel no tengo entonces es difícil, tengo que buscar afuera”, señaló. 

Al finalizar el 2022 logró una victoria en Argentina. “Fuimos a un torneo y lo gané”, recordó. Junto con la victoria se asomaron los viajes a competencias y los entrenamientos exigentes en preparación a los Juegos Panamericanos 2023. Y si bien sabía de los clasificatorios olímpicos, para ella no estaban en la mira. Además, el año anterior había comenzado la carrera de Ingeniería en Informática, pero tuvo que interrumpir sus estudios debido a sus compromisos deportivos: “Hice una semana de Facultad y a la siguiente me fui a Brasil. Entrenaba temprano, llegaba exhausta pero estaba decidida a concentrarme completamente en eso”. 

Si bien estaba enfocada en los Panamericanos, no entendió la magnitud de los combates en ese nivel hasta que los contempló. “Cuando veía los Juegos Olímpicos pensaba ‘que locura de pelear eso’ y todo lo que conlleva un juego. Con los Panamericanos yo ya estaba encantada”. A pesar de tener un buen entrenamiento, aclara que no realizó la preparación para los olímpicos como el resto de los atletas: “hice medio ciclo olímpico. Tokio fue en 2021 por la pandemia, pero la gente ya se estaba preparando y yo arranqué a la mitad”.

María compitió por uno de los dos cupos continentales dentro de su categoría: 49kg. Los clasificatorios se realizan para ver qué atletas de cada categoría logran clasificar. Dentro del cuadro femenino hay cuatro categorías que son diferenciadas por el peso corporal: 49kg, 57kg, 67kg y más de 67kg. Dentro del cuadro masculino, las categorías son 58kg, 68kg, 80kg y más de 80kg.

-¿En qué momento dejaste de ver el taekwondo como un hobby y lo empezaste a tomar de manera rigurosa?

-En el 2021 ya lo pensaba más. Siempre lo hice, me gustaba, porque estás en la selección y tenés que cumplir. Si vos estás, siempre hay alguna chance de viajar, entonces yo quería por lo menos viajar alguna vez. Viajé en 2019 a un torneo en Argentina. Me gustó, estuvo bueno y después no hubo más viajes. En 2021 ya sabía que en 2022 tenía los Juegos Sudamericanos de la Juventud. Entonces ahí entrenaba bien, pero no lo tenía tan como lo tengo ahora. En juvenil no había tenido casi nada de experiencia. Me faltó mucha competencia. Cuando fui al primer torneo, el Río Open, caí en la realidad de lo que era. Entendí que no estaba entrenando al 100%, algunas cosas me las saltaba. Y eso no sirve, si tenés que cumplir, tenés que cumplir con todo. Si voy a hacerlo profesional, si quiero esto para mi vida, tengo que hacerlo bien. Dedicarme al 100%. 

-¿Qué pasó por tu cabeza al darte cuenta del error del fixture en la pelea por el bronce? 

-A mí me hicieron pelear con Argentina, pero en realidad yo no iba a pelear con ella. Ya sabíamos que estaba mal en realidad, porque el cruce no se hacía así. Veo la pantalla, decía Argentina y me estaban llamand. Fui y le comenté a un profe de Chile, fueron a hablar y mi entrenador tampoco entendía, pero teníamos que ir porque nos estaban llamando. Fuimos, peleamos el primer round y después nos llamaron, nos dejaron ahí quietas, llamaron a los coaches y les avisaron del error; terminaron el combate así. Es un sistema raro, yo no entendía si estaba peleando por el bronce o no. Después cuando peleé con Estados Unidos pensé: “estoy peleando por el bronce”. Perdí el primer round y “¿qué le hago a esta tipa?”, estaba complicada. Después del segundo round perdí 2-1 y ahí me sentí mal. Igual no tenía ninguna presión porque eran los primeros juegos.

María Sara Grippoli entrenando junto a Federico González
María Sara Grippoli entrenando junto a Federico González (Foto: Ignacio Machado)

¿Quién te acompaña y apoya en los viajes? 

-Mi familia siempre me apoya. Ellos no pueden ir porque tienen sus vidas y sus cosas pero siempre me apoyan por mensaje, mis amigos también. Ahora lo normalicé un poco, no es que viaje siempre pero me acostumbré a estar fuera de la rutina. Trato de disfrutarlo al 100%.

-¿Cómo fueron las peleas de clasificatorios?

-Siempre en todas las peleas estuve muy concentrada, muy enfocada. La primera pelea casi la pierdo, el primer round iba 7-0… Al final le tiré un giro a la cara y sumé 5 puntos. Quedamos 7-5, pero no me daba para pasar el round, había terminado ahí. Después del segundo round se lo gané, haciendo lo mío, lo que sé hacer. Después en el tercer round Maiko, mi entrenador, me decía “seguimos con lo mismo”. Fui con puño y me pegó abajo, y quedamos 2-0. Después a ella, creo que le dieron una falta e hizo un punto para mí, entonces íbamos 2-1 y no le podía hacer punto. Quedaban 9 segundos, me cambió de guardia, doy un paso y le meto un giro por debajo; pum, entra. Y cuando veo que entró, la felicidad que tenía; pasamos 5-2 y lo gané al final, pero bien al final porque si terminaba 2-1 ganaba ella y ahí terminaba todo. Después la segunda estuvo bien, la llevé mejor, gané el primer round fácil. El segundo lo perdí porque me enredé y el tercero lo terminé ganando bien. En el tercer combate, me enfrenté a la venezolana Virginia Dellan. Ya había tenido un encuentro con ella en los Juegos Panamericanos. Tenía una idea aproximada de su estilo de combate, así que esperaba más agresividad de su parte dado que tiene un estilo distinto al mío. No me sentí casi nada presionada por las finales, me sentí súper cómoda.

-¿Sentiste presión? 

-No, para nada. No sentía ninguna presión porque soy nueva en esto, pero aún así tengo experiencia. Cuando clasifiqué fue un gran alivio. Pensé “ahora solo tengo que prepararme para esto, pelear y listo”. Conseguí lo que quería, lo que creo que cualquier atleta que practica un deporte desea.

Veía el clasificatorio europeo en las páginas de taekwondo, porque se hace uno por continente. Veía a todos con el cartelito, los que iban clasificando. Me dije: yo me voy a ir con el cartel, y me fui con el cartel.

-¿Cómo viviste ese momento?

-Escucho cuando se termina el tiempo, veo la pantalla y festejo. Pero después lo dudé… miro a Maiko, mi entrenador y estaba como loco. Ahí me cayó la ficha de lo que estaba pasando y me entraron ganas de llorar de felicidad, lloré y lloré. Tuve tres peleas y clasificamos, te juro que no lo podía creer.

Fue literalmente el día más feliz de mi vida, porque no me lo esperaba. Había clasificado a las tres de la tarde, llegué a las seis y ya había explotado todo y no tenía ni idea. Fue loquísimo, la verdad. No miro el teléfono en las competencias, no me gusta. Llegué y tenía el teléfono explotado, empecé a contestar y no terminaba más. Estuve súper ansiosa ese día, me costó dormir. Después me enteré de que había sido la primera mujer uruguaya en clasificar a un juego olímpico en taekwondo.

-¿Cómo te sentiste al enterarte de que eras la primera uruguaya en clasificar? 

-La verdad es que en ese momento no lo sabía. Después miro por todos lados “la primera mujer” y pensaba “¿yo soy esa? No caía, ahora estoy cayendo un poquito más, pero igual me cuesta.

Me sentí súper orgullosa por haber sido la primera en la clasificación en un olímpico, porque en realidad Uruguay había ido a muchos clasificatorios y nunca pasó. Ahora que fui por primera vez y clasifiqué, que el titular haya estado por todos lados me puso orgullosa.

-¿Hay descanso antes de París?, ¿Qué sigue? 

-No hay descanso. No paramos. Paré cuando clasifiqué, después de la pelea estaba súper cansada y me dolía todo el cuerpo. Ahí descansé, por suerte y ahora nos vamos a Brasil porque tenemos un Panamericano. La idea es quedarnos ahí porque tienen muy buen nivel, un mes y después nos vamos a ir a un torneo en Ecuador. Después la idea es volver a Uruguay e ir Corea unos 20 días, entrenar, luego una competencia en ese país. Vamos a ver si volvemos para acá o si vamos directo a París. Nosotros peleamos el 7 de agosto, al final de la temporada.

-¿Cambia tu entrenamiento ahora de cara a los Juegos?

-Siempre con mi base, perfeccionarla, por eso la idea es ir a Corea y pelear allá, porque allá hacen de todo. Agarrar bien eso para el internacional, porque el nivel de los juegos es muy alto. Para mí está despegado, a veces siento que no encajo todavía.

-Con el tema de los viajes, ¿la federación te apoyó o lo tenías que cubrir vos? 

 -Por suerte las veces que he viajado con el comité y la secretaría, nos apoya la federación. No he tenido que pagar nada de mi parte. Además no podría pagar el US Open; son como mil dólares de pasaje, se me va mucho y hasta hace poco no tenía beca ni nada. Pedirle a mi familia era un montón, porque ellos cuidan a mis hermanas, lo que conlleva la casa y no me iban a pagar esa plata. Pero ahora soy becada; hace nada empecé a cobrar, con eso ya tengo un apoyo por si la federación me dice “no te vamos a llevar a este lugar”. Puedo pagarlo yo. 

-¿Qué seguiría? Para muchos atletas es como un círculo vicioso de terminar y volver a empezar, ¿lo consideras así? 

-Después de estos juegos, mi siguiente paso sería entrenar para los Juegos Panamericanos Junior en Asunción (Paraguay), que son para menores de 21 años. Luego sigue una serie de torneos que forman parte de un circuito con un ranking. Me dedicaría a prepararme para eso con el objetivo de clasificar. Si se abre un torneo clasificatorio, competiría allí para asegurar mi lugar. Y si participo en ese torneo, aspiraré a ganarlo, porque creo que es posible.

-¿Un mensaje que te gustaría dejarle a quienes recién están empezando con el deporte, sea o no taekwondo?

-Si tenés un sueño, lo más importante es trabajar y creer que se puede cumplir. Pero tenés que ser constante y sacrificarte. Si lo soñás, realmente lo querés y trabajás, va a llegar, juro que va a llegar, así que persíganlo. El proceso es lo más lindo, disfrutar todos los días aunque lloren. Yo lloro, me frustro, pero no hay que rendirse. Lo que logré fue porque seguí y no me rendí.

Milagros Machado e Ignacio Machado.

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