Luego de ocho años de impasse, el cuarteto liderado por el vocalista argentino Santiago Chano Moreno Charpentier regresó con cuatro shows que emocionaron al público y según informó la plataforma de venta de entradas All Access, hubo una fila virtual de 750.000 personas. Con invitados de lujo como Airbag en el primer y cuarto show, y Miranda y Nicki Nicole en el segundo, los artistas se reencontraron arriba de los escenarios. La próxima presentación en la Ciudad Mágica será el 8 de diciembre en el Estadio de River Plate.

La banda anunció su vuelta el 17 de marzo de 2023 durante el show que el cantante dio como solista en el festival musical Lollapalooza Argentina 2023. Bajo la mítica frase “en cinco minutos va a volver Tan Biónica”, el bajista Gonzalo Bambi Moreno Charpentier -su hermano-, el guitarrista Sebastián Seby Seoane y el baterista Diego Diega Lichtenstein aparecieron en el escenario con la vestimenta clásica y extravagante del grupo, haciendo delirar al público.

Los primeros dos shows tuvieron lugar el 28 y 29 de octubre en el Estadio José Amalfitani del Club Atlético Vélez Sarsfield y las entradas se agotaron en menos de tres horas, mientras que el 4 y 5 de noviembre la banda se presentó en el Estadio Único Diego Armando Maradona. En principio se iban a despedir en el Estadio Mâs Monumental del Club Atlético River Plate, pero el 2 de noviembre anunciaron a través de sus redes sociales que el tour recorrerá también Uruguay, Paraguay, Córdoba y Mar del Plata.

El anuncio de más shows parecería derivar de la gran multitud que estuvo presente en sus primeras actuaciones, donde a estadio repleto volvieron a tocar sus canciones más icónicas, como La Melodía de Dios, Ciudad Mágica y Loca

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En el Estadio Vélez Sarsfield, el 28 de octubre, Chano Charpentier se sinceró con sus fans y ocurrió uno de los momentos más emotivos desde el regreso de la banda: “Gracias a todos los que rezaron por mí en los momentos feos, tal vez estoy vivo por eso”, expresó entre lágrimas. El vocalista estuvo grave tras recibir un disparo por parte de un oficial policial en julio de 2021, y a causa de ello, perdió el bazo, el cuerpo y cola del páncreas y el riñón izquierdo. Además, semanas antes de anunciar la vuelta de Tan Biónica estuvo en terapia intensiva tras una supuesta mala ingesta de medicación.

—Buenas tardes, vamos al José Amalfitani, por favor. Toca Tan Biónica- le dije al conductor, casi queriendo que todo aquel que se cruce conmigo ese día (29 de octubre de 2023) sepa que iba a ver a mi banda favorita. Durante el viaje leía algún testimonio de cómo estuvo el show la noche anterior. 

Si bien mi idea era llegar a las 10 horas -seis horas antes de la apertura de puertas-, la negativa de mis acompañantes me obligó a conformarme con llegar tres horas antes, con una fila bastante larga, pero no lo suficiente para no luchar por las ansiadas “vallas”, lugar de privilegio que permite estar cerca de los artistas y aparecer en la inolvidable foto que suelen tomar al finalizar el concierto. 

Ante la salida de un sol que elevó la temperatura a 25°, los vendedores vendían camisetas con inscripciones de Con vos es 4 de noviembre cada media hora, propia de la canción La melodía de Dios, o “Yo estuve en la última noche mágica”. Desfilaban ante la marea de gente ofreciendo su producto: “¡Camisetas a 5000 pesos, no se pueden ir sin su recuerdo!”.

Mientras tanto, en la fila de ingreso, los fanáticos aguardaban que fuera la hora de entrar al estadio. Algunos con el rostro pintado con un rayo, en referencia a la simbología que transformó como propia Chano, otros con camisetas que parecían ser recuerdos de conciertos anteriores; y todos padeciendo el repentino sol de temperatura alta, pero con la infaltable ansiedad de que empiece el concierto.

Llegó la hora de entrar. Las instrucciones de los guardias de seguridad eran claras y se repetían una y otra vez: “Nada de alimentos, nada de bebidas alcohólicas”. Lo único que se podía ingresar -con suerte- eran los envases vacíos de agua para llenarlos en los puntos de hidratación, mientras esperaban que comenzara el concierto que estaba programado para las 21 horas. 

Tras presentar el código QR (entrada virtual) quedabas habilitado para ingresar. Algunos corrieron apenas entraron para conseguir la mejor ubicación posible, mientras que otros esperaban tranquilamente a sus acompañantes para entrar juntos. De fondo, la voz de un guardia -que gritaba impaciente- atormentaba a todos con el “¡no corran, van a entrar todos!”, dedicado a quienes no respetaban la velocidad que él creía prudente para entrar. Uno de los chicos que estaba próximo en la fila dijo “este es un botón bárbaro”, en alusión al guardia y en busca de cómplices que asentieran su pensamiento.  

En las cinco horas de espera que estuve contra las vallas, pude conocer a muchas personas interesantes. Una de ellas fue Ezequiel, un chico de Santa Fé que llegó en uno de los tres micros provenientes de esa ciudad. Tenía seis horas de viaje de ida y vuelta, y según contó a Sala de Redacción, su transporte no esperaría más de 40 minutos a la salida para volver a sus hogares.

También conocí a otro personaje que trabajaba en el puesto de hidratación ubicado en frente a mis amigos y yo, y si tuviera que describirlo en una sola palabra, sería sencillamente “argentino”. Rubio, petizo y chamuyero. Thiago alias Gotita, cuyo apodo proviene del dibujo de una gota de agua en su camiseta, se dedicó a hacernos reír y conquistar a las fanáticas que se encontraban cerca de él. 

—Este trabaja menos que yo. ¡Vení Gotita, te están pidiendo agua hace media hora los chicos!- nos dijo resignado Raúl, uno de los simpáticos guardias que, al igual que nosotros, buscaba pasar el tiempo charlando y conociendo a quienes iban llegando al estadio a medida que se acercaba la hora del concierto.

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Sobre las 21 horas las luces se apagaron y al ritmo de la icónica canción Seven Nation Army de The White Stripes, el público presente comenzó a introducirse en el regreso de su banda favorita. Los integrantes desfilaron de a uno sobre la pasarela del escenario en medio de una lluvia de aplausos y el último en salir fue Chano, quien emocionado se dirigió lentamente al micrófono para levantar al público con un “Hola Mi Vida”.

Además de los gritos de emoción, los fans no dudaron en llevar carteles con distintos pedidos hacia los integrantes del grupo. “Qué vuelvan sería mi noche mágica”, fue el de una chica entusiasmada. Además, había carteles como “Diega, regalame una banqueta”, refiriéndose al deseo de llevarse un recuerdo del baterista. Los cuatro artistas agradecieron los carteles y las muestras de cariño durante varios pasajes de la noche, sintiéndose apoyados en su regreso: “Gracias por tanto amor. A veces sentimos que su incondicionalidad nos salió gratis”, expresó Chano.

Luego de algunos hits, la música se detuvo para que Chano hiciera uso de la palabra. Acerca de sus escasas apariciones públicas durante los últimos meses, confesó que “quizá necesitaba una vida más tranquila” rodeado de su “familia y amigos”. Esto se vio reflejado al mermar su participación en redes sociales, en las que siempre ha tenido un rol activo.

En el segundo show contó con dos invitados muy especiales e inesperados que hicieron delirar al público: “Queremos pedir un fuerte aplauso para una banda que nos ayudó a crecer, que siempre nos apoyó en todo”, dijo Chano. En ese mismo momento los aplausos ensordecieron el ambiente para darle la bienvenida a Alejandro Sergi y Juliana Gattas, miembros de la banda argentina Miranda. El estadio explotó al ritmo de “ella tiene un look, tiene un look”, una de las canciones (Ella) que lanzó a la fama a Tan Biónica en 2010, ocho años después de su debut.

En total fueron 27 canciones que recorrieron los cinco álbumes de la banda; Wonderful Noches, Canciones del Huracán, Obsesionario, Destinología y Hola Mundo. Si bien el público vibró con los mejores hits, también hubo momentos de mucha intimidad y sinceridad en una pequeña isla, donde tocando el piano y la guitarra repasaron las canciones más antiguas de forma acústica.

—Este escenario se parece a donde tocamos por primera vez, ¿se acuerdan?- preguntó Chano

Entre risas, su hermano Bambi le contestó:

—Si, creo que es más grande que aquel escenario.

En la intimidad de este pequeño lugar, acompañados por una luz, la guitarra de Bambi y la timba de Diega, cantaron las canciones más antiguas como La Ensalada y Boquitas Pintadas, con la estelar participación de la cantante urbana Nicki Nicole. La autora de Colocao confesó ser fanática del grupo y aseguró que dicha canción la llevó a conocerlos. Este momento fue uno de los más destacados de la noche debido a la gran química que tienen con Nicki, con quien dejaron entrever una posible colaboración.

La canción Boquitas Pintadas fue una de las primeras que compuso Chano a sus 16 años. La versión existente se grabó en un ensayo de Biónica Electrónica -nombre anterior de la banda-. Lo curioso es que se popularizó por error durante los primeros años de los 2000, ya que estaba publicada sin el nombre de la banda en la plataforma de descarga de archivos musicales llamada Napster. Las personas que buscaban descargar Rubias de New York de Carlos Gardel, creían que descargaban la correcta debido a que en un verso de dicha canción se entona:

Deliciosas criaturas perfumadas

Quiero el beso de sus boquitas pintadas

Sin embargo, la canción Boquitas Pintadas decía algo similar pero distinto: Yo quiero el beso perfumadito de tu boquita pintada. Al público le terminó gustando y la banda ganó seguidores para continuar creciendo.

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—Qué jodidas somos las personas. Hace ocho años que no nos juntábamos a comer ni un asado. Es muy fácil marearse en el mundo artístico- se sinceró Chano. El compositor se mostró emocionado durante varios pasajes de la noche, sobre todo cuando el público coreó su nombre y a la vez entonaban “¡qué vuelvan, qué vuelvan!”, en alusión al regreso definitivo de la banda que conquistó Latinoamérica.

En ese momento seguramente a todos se les vino una imagen a la cabeza. La de aquel 19 de abril de 2016 cuando la banda anunció a través de la red social Facebook que no realizaría presentaciones públicas durante el impasse. Sin embargo, ocho años después parados en este estadio, la vida parece haber dado una caricia en el corazón a los y las fanáticas.

Varios momentos desencadenaron en el llanto de estos cuatro artistas y de su público. Aunque el momento cúlmine se dio cuando sonaron las estrofas de La Melodía de Dios, canción que se ha transformado en estandarte de la banda debido a su historia. “Yo estaba atravesando dos duelos: me estaba separando de Vicky (su ex novia) y se estaba muriendo mi papá. Es una mezcla de la ausencia de ellos. Mi padre la escuchó antes y sabía que era para él”, dijo Chano en la radio argentina TLX. 

Mientras caían los papelitos de confeti, el público entonaba por última vez “atrasaré las horas, horas, horas” de la Melodía de Dios. Se cerró una noche -que duró dos horas y media- repleta de emociones y recuerdos, por la que los fanáticos esperamos y soñamos mucho tiempo.

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