“En Twitter están quienes participaron de la construcción de la agenda pública antes de las redes: los políticos, los periodistas y los líderes de las organizaciones sociales”, explicó a Sala de Redacción Ana Laura Pérez, periodista de El País y TV Ciudad. “Me da un poco de gracia cuando dicen que Twitter no es representativo, porque las voces que aparecen en los medios tampoco lo son. Nunca es representativo quien construye la agenda”, agregó. La periodista planteó que los políticos detectan lógicas de funcionamiento de redes que los ponen en los medios, y que expresarse de manera polarizante o violenta muchas veces les sirve para destacarse en el espacio público y mediático.

De esta manera, la información pasa a los medios y llega a la gran parte de los uruguayos, que en general no tienen cuenta de Twitter o no consumen las redes sociales. “Los periodistas también participamos. A veces nos paramos desde un lugar de ‘¡ah, qué horrible los políticos, con la polarización y la violencia en aumento!’, pero corremos detrás de eso, mucho más que de otras cosas. Y la gente también las consume. Creo que hay una responsabilidad compartida”, opinó Pérez.

Consultada sobre la preeminencia de cuentas trolls -anónimas, creadas para difamar o crear polémica de manera intencional- en esta red social, Pérez afirmó que no hay evidencia para sostener que Twitter tenga más cuentas de ese tipo que otras redes sociales. Esto podría percibirse de esa forma porque la mayoría de las investigaciones sobre redes sociales se centran en Twitter, ya que se trata de una de las pocas redes “abiertas”: permite levantar mensajes o interacciones de otros usuarios, así como ver los mensajes de los demás y los debates en grupos.    


Algoritmos y burbujas
En su día a día, el usuario entrena al algoritmo para que le muestre contenido acorde a sus preferencias. En una red como Twitter, donde predomina lo político, esto puede llevar a que el usuario se encierre en una burbuja con personas que piensan lo mismo. ¿Se puede salir de la burbuja? Sí. Según mencionó Pérez, la manera más fácil de hacerlo es seguir a gente que no piense como uno, pero es una estrategia que tiene complicaciones a largo plazo. 
En primer lugar, el usuario se expone a discursos que le resultan molestos o desagradables y probablemente interactúe menos con esas cuentas, lo que hace que desaparezcan del inicio. “Al modelo de negocio de la plataforma no le interesa que puedas salir de ahí, sino clasificarte para venderte la publicidad de diferentes anunciantes en base a tus comportamientos”, explicó la periodista. 

Tamara Samudio, politóloga e integrante del Servicio Paz y Justicia, planteó a Sala de Redacción que la “grieta”, entendida como la existencia de posiciones contrapuestas dentro de las sociedades, se presenta de distintas maneras en todos los países, según su historia y cultura política. Argentina, por ejemplo, se caracteriza por fuertes caudillismos y una “espectacularización” de los hechos políticos, que se ve en la forma en que las y los periodistas de espectáculos abordan sucesos políticos en sus programas. 

Por otra parte, Uruguay tiene un sistema de partidos fuertemente institucionalizados, que, en general, tuvieron que albergar distintas posturas ideológicas a la interna de un lema. “Si bien se ha tenido esa tendencia a consensuar, creo que estamos viviendo un momento de desdibujamiento de esos diálogos. Es importante observar ese movimiento, tanto en el funcionamiento parlamentario como en el debate público”, opinó.

Samudio consideró que los algoritmos son estrategias de mercado muy efectivas, que muchas veces buscan reproducir una mirada sesgada en sus usuarios y eliminar miradas más críticas o cuestionadoras. Sin embargo, las redes no son las únicas culpables. “Creo que hay una mirada desde la sociedad, que luego se reproduce en redes, de menor encuentro con los otros y que eso influye en la forma en que entendemos los debates, la comunicación, e incluso en cómo resolvemos nuestros conflictos”, afirmó.

De cara a las próximas elecciones, Samudio planteó que el escenario probablemente se tensione camino a 2024, pero que las campañas políticas polarizadas son un fenómeno que trasciende a Uruguay. Para la politóloga, lo que llama la atención en tierras uruguayas es el surgimiento de liderazgos políticos que utilizan las redes para reproducir mensajes de odio y desinformación. En relación a esto, dijo que hay una responsabilidad muy grande del sistema político en no seguir retroalimentando esos algoritmos, ya que repercuten en otros espacios de debate, más allá de las redes sociales.

¿Qué opinan los políticos?

Ope Pasquet, diputado colorado y presidente de la Cámara de Diputados, comentó a Sala de Redacción que en las redes a veces se “tensan o crispan un poco las cosas”, pero no cree que la situación esté polarizada en el día a día de la labor parlamentaria. Pasquet afirmó que recibe insultos en Twitter regularmente, en general desde cuentas anónimas, y manifestó que eso lo hace medirse cuando se expresa en redes: “A nadie le gusta que lo insulten, pero ya sé que van a venir, entonces, no me sorprendo tanto como las primeras veces”, dijo. 

En la misma línea opinó Verónica Mato, diputada del Frente Amplio (FA), y afirmó que no cree que el espectro político esté polarizado, sino que a veces no hay apertura para dialogar sobre las diferentes ideas. Por otra parte, planteó que, si bien depende de cómo y para qué se usen, las redes no le parecen espacios que se presten al diálogo o a la reflexión. Mato dijo que no recibe insultos regularmente en redes sociales. “Generalmente, es a raíz de hechos puntuales. En mi caso, tuve una discrepancia con Martín Lema [actual ministro de Desarrollo Social] en la Cámara de Diputados y en ese momento recibí muchos insultos y mensajes por las redes sociales. También noticias falsas, que para mí son más graves que los insultos”, explicó. 

Durante 2020, Mato habló durante la media hora previa de la sesión en la Cámara de Diputados sobre la violencia de género y planteó que a lo largo de la historia se ha querido silenciar a las mujeres. También señaló que no se escucha la voz de las mujeres parlamentarias. Lema, entonces presidente de la Cámara de Diputados, pidió “no usar expresiones hirientes” y aplicó un artículo del reglamento de la cámara, que establece que si un orador falta al orden, incurre en personalismos o expresiones hirientes, el presidente lo llamará al orden.

Por otra parte, Carmen Asiaín, senadora del Partido Nacional, consideró que el espectro político está polarizado, en el sentido de que está dividido en dos grandes bloques, que son la coalición de gobierno y la oposición. “Cuando hay una iniciativa se alinean rápidamente hacia un lado u otro, y lo mismo hace la población”, dijo a Sala de Redacción. Asiaín explicó que no lee las respuestas a las cosas que tuitea, así que no tiene conocimiento de si recibe insultos o no.


Caso Bacigalupo
Mato se refirió al caso de Fabrizio Bacigalupo, abogado que fue condenado con nueve meses de libertad a prueba por el delito continuado de difamación. En abril de 2019 acusó en redes a Enrique Amestoy, experto en tecnologías de la información y la comunicación, de haber integrado el Movimiento de Liberación Nacional y de participar en enfrentamientos con los militares en 1972, y también de recibir una pensión de 120.000 dólares como víctima del terrorismo de Estado. Esto no era posible, ya que en 1972 Amestoy tenía apenas dos años. 
En 2021, Bacigalupo volvió a ser imputado por reiterados delitos de incitación al odio y difamación dirigidos a 16 mujeres. La denuncia remarcaba que Bacigalupo utilizaba sus redes sociales y otras cuentas que pretendían ser medios periodísticos para difundir un discurso de discriminación e intolerancia hacia las denunciantes. Además de Mato, del ámbito político se encuentran incluidas Bettiana Díaz, diputada del FA; Silvia Nane, senadora del mismo partido; Mariella Demarco, militante colorada; y Lorena Massanet, del Partido Nacional, entre otras.

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