Octubre es el mes internacional de la concientización sobre la muerte gestacional, perinatal y neonatal. Actualmente, dos proyectos de ley con diferentes enfoques apuntan a atender el proceso de duelo que viven madres y padres que pasaron por ese tipo de pérdida. Entre octubre y noviembre, luego que finalice el tratamiento de la Rendición de Cuentas, la Comisión de Población, Desarrollo e Inclusión del Senado recibirá a especialistas y organizaciones para que den su opinión sobre ambos proyectos.

Luz del cielo Uruguay, una organización no gubernamental (ONG) creada por padres y madres que brindan apoyo y contención frente a la muerte gestacional y perinatal, presentó una de las iniciativas, titulada “En tu nombre”. El proyecto expresa que la muerte fetal se da “cuando el producto de la gestación es mayor de veinte semanas y/o con un peso superior a 500 gramos”. “Se entiende por muerte de una persona nacida viva la que ocurre luego de haber existido vida extrauterina, cualquiera haya sido su duración”, agrega el texto. 

Cuna vacía

Johana Pérez es parte de la comisión directiva de la ONG, perdió a su bebé, Sofía, con 41 semanas de gestación y compartió su historia a través de las redes de la organización. Así como Johana, otras personas deben procesar la muerte gestacional o perinatal de sus hijos. En Uruguay entre 250 a 270 bebés al año nacen sin vida, según datos publicados por la ONG.

Belén Piñeyrúa, presidenta de la organización, expresó que “casi 90 por ciento de las muertes intrauterinas podrían evitarse si a la mamá se le hubiese hecho un estudio específico o detectado alguna de las patologías que aparecen en los embarazos y que son bastante normales y tratables”. “Sin lugar a dudas, esas muertes intrauterinas podrían evitarse con controles”, agregó.

Piñeyrúa comentó que su primer hijo, Felipe, nació con vida y falleció a los tres días de nacer, por lo que ella y su hijo tuvieron derechos, pero que el asunto cambia cuando el bebé nace sin vida. “Esa mamá no tiene los mismos derechos que yo tuve y esto es algo que tenemos que cuestionarnos todos como sociedad”, manifestó Piñeyrúa. “¿Por qué yo tuve más derechos que los de una madre cuyo su hijo nació sin vida? A mí nadie me cuestionó ser la mamá de Felipe, y eso también es importante para poder pensar en la muerte gestacional perinatal. Si hubiera nacido sin vida, se habría dudado de su existencia”, lamentó. 

Entender la ley

Piñeyrúa enfatizó que en un proyecto de ley de este tipo “tiene que haber un límite de gestación y en nuestro país está marcado por la semana 20″, ya que “de otra manera vulneraría muchos derechos”. Según complementó, “el reconocimiento es siempre con la voluntad de la mamá”, porque la organización se ampara en la Ley 18.426, de salud sexual y reproductiva, que “es muy clara en ese sentido” y “no se pueden vulnerar esos derechos”.

El otro proyecto de ley a estudio de la comisión, titulado “Nacidos sin vida”, fue presentado por las senadoras Carmen Asiaín, del Partido Nacional, y por Carmen Sanguinetti, del Partido Colorado. Sobre dicho proyecto, Piñeyrúa cuestionó que la definición de muerte gestacional y perinatal se establece sin límites temporales y que el reconocimiento podría realizarse por la voluntad de ambos padres. Según agregó, ello implicaría la vulneración de derechos.

Actualmente, los bebés que nacen sin vida en Uruguay son registrados como óbito fetal masculino o femenino, sin su nombre, y solo con el apellido de la madre. El proyecto de Asiaín y Sanguinetti plantea que esos bebés sean registrados y enterrados con su nombre y que tengan un certificado de defunción. Piñeyrúa sostuvo que el proyecto de ley presentado por su organización propone que el nombre del bebé pueda incluirse en el registro con el apellido del padre “por expresa voluntad y mediante autorización de la madre”. “Es nuestro derecho ponerle el nombre a un hijo, nuestro foco está en el reconocimiento a madres y a padres y no en el bebé”, añadió.

Los certificados de defunción se expiden como máximo a las 24 horas y el proyecto de ley de la ONG propone que pueda expedirse hasta tres años de que se produce el deceso. “Si mañana la mamá decide que no quiere inscribirlo y luego se arrepiente, ya que cuando mueren nuestros hijos estamos un poco bloqueadas emocionalmente y son muchas decisiones que una tiene que tomar, que lo pueda hacer”, fundamentó Piñeyrúa. Además, el proyecto plantea que una vez que se convierta en ley esa posibilidad sea retroactiva para quienes ya pasaron por una situación de ese tipo.

Una de las propuestas del proyecto es realizar un protocolo ante la muerte gestacional y perinatal, ya que actualmente solo existe en algunas instituciones de salud. “Que cómo seas tratado no dependa de dónde nazcas y dónde mueras, sino que exista un protocolo. Si no hay formación estamos muy atados a la información que tenga el personal de la salud, y te puedo asegurar que a veces no saben nada”, subrayó Piñeyrúa. Por lo tanto, consideró que “esa madre pierde a su hijo, pero además pierde todos sus derechos”.

Otro de los puntos que propone el proyecto de ley de la ONG es realizar un registro para la investigación de las causas de muertes fetales en Uruguay. Si bien es algo que ya se realiza, se plantea que sea más exhaustivo. “Nosotros estamos yendo por leyes y decretos que ya existen, pero que no están implementados”, declaró Piñeyrúa.

Derechos

La propuesta busca que se entienda la muerte fetal como parte del proceso reproductivo y, de esa forma, se le otorgue “el derecho que le corresponde a la mujer”, señaló Piñeyrúa, que también plantea la necesidad de “humanizar ese parto y el trato a esa mujer, haciéndola partícipe de sus decisiones y procesos médicos”.

Frente a la muerte fetal de un hijo, el proyecto de la organización establece una licencia especial por duelo, tanto para la madre como para el padre. Piñeyrúa expresó que muchas veces se le dice a quienes pasan por esa situación que no fueron padres porque el hijo “nació muerto”, lo que “es muy duro”. “Muchas vienen a Luz del cielo preguntándose si realmente son madres, porque se van del hospital y les dicen que no tienen licencia maternal porque no fueron madres”. “Es muy duro que desde lo social y lo legal te hagan dudar de que fuiste madre frente a una muerte de 25, 30 o 40 semanas, después de un parto o una cesárea, la misma que cualquier otra madre”, cuestionó.

Sobre el proyecto que impulsa, Piñeyrúa argumentó que la ONG pretendía que fuera “pluralista” y “que todos los partidos políticos lo apoyaran”, pero señaló que “lo político juega un poco en contra de estas cosas”. “Ya habíamos hablado con legisladores de diferentes partidos, estaban todos a favor de nuestro proyecto y nos decían que es muy bueno e integral. Pero cambió la cuestión frente al otro proyecto presentado, que es distinto y también debe tener cosas para apoyar”, completó.

Transformar el dolor en amor

En el marco del mes internacional de la concientización sobre la muerte gestacional, perinatal y neonatal, desde Luz del cielo Uruguay se realizan diferentes actividades. Por ejemplo, el 15 de octubre, Día Internacional del duelo gestacional y perinatal, se encendió una vela por todos los bebés que murieron antes de nacer. Otra de las actividades será el 24 de octubre a las 15.00 en la Plaza Trouville, cuando se soltarán globos al cielo para homenajear y recordar a esos hijos. De esa forma, la organización busca hacer honor a su lema, que es “transformando el dolor en amor”.

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