A nivel mundial existen cafés que admiten gatos, así como también perros. Se busca que el cliente tenga la mejor experiencia dentro del café, que se pueda sentir cómodo y a gusto. Con su ronroneo, su pelaje y su ternura, los gatos son unos compañeros excelentes al momento de consumir un café u otra bebida caliente. En algunos lugares de Europa, como España, hay que reservar con tiempo en este tipo de cafeterías porque suelen ser muy concurridas; es importante que tanto el cliente como el trabajador y el gato no sientan estrés.

La historia comenzó en el año 2008 cuando Adriana Olaza iba de camino a facultad a medianoche y encontró un gatito en una volqueta, y a pesar de su alergia por los felinos y de ser asmática, lo rescató. Al día de hoy, el gato sigue viviendo con ella. 

Su cafetería, llamada Adrianuzca’s Cat Café, fue la primera de este tipo en Uruguay y abrió sus puertas a fines de 2017. “Nuestra labor combina el respeto animal con un servicio de cafetería, del cual nos apoyamos para costear estudios médicos, vacunas, castraciones, operaciones costosas y atención veterinaria especializada”, señalan sus fundadores. Adriana, junto a Enzo Ramon, su pareja, llevaron a cabo la idea de abrir un Cat Café en Punta del Este. Adriana contó Sala de Redacción cómo surgió el proyecto:: “Fue en un viaje a Europa, vimos que había un Cat Café y obviamente no pudimos ingresar porque era con reserva. Siempre hicimos transitorios con gatos y lo vimos como una oportunidad de hacerlo acá con el fin de masificar la cantidad de gatos que ayudábamos”. La cafetería cuenta con un menú adaptado para todo público y hay alimentos veganos y vegetarianos.

Fue complicado conseguir la habilitación de la Dirección de Higiene de la Intendencia de Maldonado, porque se trata de un negocio gastronómico con gatos dentro del local. El predio está dividido por una puerta: de un lado están los gatos y los clientes; del otro lado, la recepción y la cocina. En tiempos de pandemia, el control del local se duplicó: es imprescindible el alcohol en gel, tapabocas y no tocar a los gatos por cuidados sanitarios.

Ninguna empresa ha colaborado con ellos, a excepción de la empresa SUPRA, que dona una bolsa de ración por mes. “Nosotros compramos unas ocho bolsas por mes pero todo lo costeamos de nuestro bolsillo, se compra con la ganancia de la cafetería al igual que las vacunas y las castraciones”, agregó Adriana. El día del gato se presenta tres veces al año y en esos días la cafetería hace una colaboración con organizaciones, por ejemplo Por los animales, para ayudar a algún gato o perro que esté en una situación grave.

A principios de abril del año 2019 fueron declarados de interés turístico departamental en Maldonado y la cafetería comenzó a formar parte de Uruguay Natural ese mismo año. Expresaron que fue un “reconocimiento a nivel del Uruguay” de que lograron “algo diferente, que puede ayudar a un animal”.

Adopción

Los gatos llegan a la cafetería a través de rescatistas u organizaciones, y los dueños también van a refugios o ayudan gatitos se encuentran en la calle. Cada gato cuenta con una ficha donde está su nacimiento, signo zodiacal, su pelaje y si están esterilizados. Al ser rescatados en su mayoría de la calle, ciertos gatos no están adaptados a los humanos y les cuesta “captar” el cariño que un niño o adulto les quiere dar, por eso una de las normas del café es no aupar a los gatos.

Al ingresar, los animales son curados, vacunados, castrados y se someten a una serie de pruebas para determinar qué enfermedades pueden tener. Actualmente, Adrianuzca’s tiene 10 gatos pequeños y seis gatos adultos en cuarentena. Si el cliente quiere adoptar un gato, debe llenar un precontrato para el que debe cumplir ciertas reglas, bajo la inspección de la organización de protección animal asociada a Adrianuzca´s.

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