Paso de posta

“Ganamos en el marco de la Coalición”, pero “estaremos abiertos a un abanico de diálogo donde lo único que exigiremos es la idoneidad y la probabilidad de las personas que van a desempeñar los cargos”, declaró el diputado e intendente electo de Rocha Alejo Umpiérrez en la sede central del Partido Nacional (PN), durante la madrugada del lunes, luego de confirmarse su triunfo durante las elecciones departamentales. Umpiérrez sobrepasó al candidato del Frente Amplio (FA), Aníbal Pereyra, por 1.347 votos, quien alentó al pueblo frenteamplista a seguir militando “por una sociedad más justa”.

El domingo de las elecciones, la ciudad de Rocha comenzó la jornada con un clima tranquilo que en el correr de la tarde y especialmente tras el resultado de la contienda electoral, se tornó efervescente e inquieto. Después de un vertiginoso escrutinio que culminó pasada la medianoche del domingo, se supo que Umpiérrez obtuvo la victoria, aunque una parte de los votos fueron obtenidos gracias a la alianza realizada con el ex intendente José Carlos Cardoso del PN, Martín Rodríguez de Cabildo Abierto (CA), el sector Batllistas del Partido Colorado (PC) y el Partido Independiente (PI). La aparición de CA marcó presencia: el partido obtuvo un 7,41% de los votos. Umpiérrez obtuvo el 32,67% de los votos y Cardoso el 3,29%. La diferencia de votos entre los dos principales partidos (FA y PN) fue de un 2,51%.

Una vez cerradas las mesas de votos, Umpiérrez llegó a la sede central del PN y dialogó con Sala de Redacción sobre las medidas que tomaría como intendente. Comentó que su plan de gobierno está elaborado por 76 técnicos, tres coordinadores generales y 17 comisiones. Además, agregó que “la urgencia es tomar medidas tributarias, porque hay mucho endeudamiento en Rocha”. Por otro lado, afirmó que “hay que darle tranquilidad a la gente con su vivienda”, y que la solución sería “una cuestión meramente administrativa”.

Afuera de la Casa Central del FA, a las 19 horas todo era alegría, esperanzas e ilusión. Los tambores redoblaban en la calle. Las banderas colgaban de las espaldas de los militantes de todas las edades. Los niños comían mandarinas con los cachetes pintados de rojo, blanco y azul, y el verso “si la cosa estalla, estaremos a la talla” de la murga Metele que son Pasteles se coreaba llena de emoción. Adentro los militantes más veteranos se encontraban sentados en sillas de plástico blancas y algún sillón, frente a una tele que sintonizaba el informativo Telerocha. Las miradas estaban atentas al escrutinio, los saludos eran apretados entre los compañeros que iban llegando junto con algún comentario alentador.

El primero en aparecer en la sede fue Artigas “Chueco” Barrios, con su paso lento y su boina negra, y saludó uno por uno a los vecinos que se encontraban en la sede. Entretanto, llegó la única candidata mujer y ex alcaldesa de Chuy, Mary Urse. Media hora después arribó el tercer candidato a la intendencia, Aníbal Pereyra, quien se postulaba para su reelección. Su aparición fue iluminada por las luces de las cámaras y los periodistas se aglomeraron para obtener alguna declaración. El candidato respondió a todo con optimismo y sobriedad. Los comentarios sobre los resultados eran constantes y los jóvenes recargaban la página de la Corte Electoral cada diez minutos para no perderse ningún dato. 

Mientras tanto, en la sede central del PN el clima era de total tranquilidad; había pocas personas conversando, algunas jugaban a las cartas y comían algún aperitivo. Otras, más atentas, miraban la televisión sin perder de vista las últimas noticias. Umpiérrez, luego de su recorrida por el departamento, expresó a SdR la necesidad de una “inyección de obras”, acompañadas por un “efecto keynesiano”, es decir el incremento del gasto para aumentar la producción. “La idea es generar infraestructura vial en la zona costera”, afirmó.

Uno de los focos de su plan de gobierno es el aspecto laboral: “Obviamente la gran preocupación es el trabajo, lo cual voy a discutir mucho con el gobierno central; básicamente la posibilidad de radicación de inversiones. La primera punta de ello es el hotel cinco estrellas y la elaboración de bolsas biodegradables en el norte”. Por último, agregó que en ese marco va a “presentar proyectos concretos para que la gente sepa a dónde va el dinero”. Luego Umpiérrez se dirigió a la sede junto con los militantes que realizaban el trabajo de escrutar votos.

Entrada la noche, el ambiente en la sede central del FA cambió radicalmente. Una recta de horizontes claros se tornó una montaña rusa cuando los votos para el PN comenzaron a aumentar. De todas formas había esperanza porque faltaban muchos circuitos por escrutar. En la calle continuaban los tambores a pesar del frío y la llovizna constante. 

Después de las 22 horas se generalizó la sensación de que se había complicado un partido fácil. Umpiérrez había superado a Pereyra por alrededor de 500 votos y a partir de entonces, aunque en un momento se acortó un poco la brecha, se alcanzó el punto de “no retorno”: los circuitos por escrutar ya no eran tantos y la victoria del PN se consolidaba. 

A partir de ese momento comenzaron a arrimarse a la sede central del PN más y más militantes, grupos de jóvenes y familias. De un momento a otro las banderas celestes y blancas empezaron a flamear, se escuchaban gritos de conmoción, festejos con bombos y cánticos que aludían a la oposición: “Para Aníbal que lo mira por TV”. En las sedes de CA y PC, aledañas a la del PN, no había demasiada concurrencia, pero en la de CA se compartió la alegría de la victoria nacionalista como propia. 

El desconcierto dentro de la Casa Central del FA era general: muchos se abrazaron con los ojos vidriosos, algunos se fueron en silencio y otros se dieron palmadas de aliento, con todo el optimismo que puede tenerse tras haber perdido la intendencia después de tres períodos de gobierno consecutivos. La caravana de autos de los militantes victoriosos se extendió por varias cuadras de la calle Ramírez y los festejos se prolongaron hasta muy entrada la madrugada. Umpiérrez finalizó la jornada electoral con su discurso en la sede central, rodeado de la prensa, los compañeros de militancia y correligionarios, entre ellos Cardoso.