Este domingo hay elecciones generales en Argentina y si ningún candidato logra el 45% de los votos o el 40% más una diferencia de 10% respecto al segundo candidato más votado, habrá segunda vuelta. La economía fue el tema más importante de la campaña política y más allá de las propuestas de cada candidato, el país y el próximo gobierno estarán condicionados por el préstamo contraído con el FMI en la administración de Mauricio Macri, que también afectó al gobierno de Alberto Fernández. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), el 40% de la población está bajo la línea de pobreza y dos de cada tres niños son pobres. La inflación llegará al 120% este año, según el “staff report” del Fondo Monetario Internacional (FMI), para la quinta y sexta revisión del acuerdo con Argentina.

En debate

Los candidatos Javier Milei de La Libertad Avanza, Sergio Massa de Unión por la Patria, Patricia Bullrich de Juntos por el Cambio, Juan Schiaretti de Hacemos por Nuestro País y Myriam Bregman del Frente de Izquierda y de Trabajadores se encontraron en dos oportunidades en el último mes: los debates presidenciales del 1 y el 8 de octubre. 

Los reproches en relación a la economía y el recurso de ataque a Massa, actual ministro de esa cartera, marcaron las intervenciones de Milei, quien propone una reducción radical del rol del Estado y el gasto público desde una visión liberal y crítica de lo que llama la “casta política”, y de Bullrich, quien cuestionó al oficialismo y apuntó a la necesidad de bajar la inflación, pero no propuso medidas concretas sino que apeló como legitimación de su programa a la figura del ex presidente del Banco de la Nación Argentina, Carlos Melconian, a la cabeza de su equipo económico. Massa mantuvo un discurso conciliador en los dos debates presidenciales y promovió la búsqueda de consensos de cara a un posible balotaje. Dos de sus medidas más destacadas fueron la creación de una moneda digital con reducción de impuestos y el aumento del presupuesto de la educación del 6% al 8% del PBI.

Bregman se destacó en sus participaciones, tanto a nivel de exposición de sus ideas como en las preguntas a los otros candidatos y el uso de derecho a réplica. A nivel económico criticó el acuerdo con el FMI y lo tachó de “inflacionario”, además de decir que si se sigue por el mismo camino “las consecuencias van a ser mucho peores”. Schiaretti, por su parte, criticó al centralismo porteño e hizo una permanente alusión al interior del país -con énfasis en Córdoba, provincia de la que es gobernador-, para el que exigió mayor inversión y reducción de impuestos. 

Según el economista y docente de Economía Política de la Universidad Nacional de Rosario, Lavih Abraham, de llegar al gobierno, Bullrich tendrá un margen de maniobra escaso, pero intentará apoyarse en el FMI y aplicará su plan de ajuste. Además, el economista agregó que eso implica una “importante devaluación del peso para lograr una libre flotación”. El peso argentino tiene hoy distintos valores respecto al dólar dependiendo del rubro y para su unificación, se necesitará “una fuerte devaluación del más barato”, que es el oficial. 

Respecto a los planes de Milei, el economista afirma que se impulsa una “liberación de los tipos de cambio y una baja brutal del gasto público”; sin embargo, insiste en que no será fácil que pueda llevar a cabo ninguna de las dos propuestas y, de no cumplirse las “expectativas en los sectores populares que están hastiados de la inflación”, puede aumentar la polarización política. 

En el caso de Massa, si retiene el voto en las provincias del Interior, históricamente un bastión del peronismo, se podría “hacer cierto ajuste en el gasto”, aunque ese margen “sigue siendo acotado” por las imposiciones del FMI. El economista destaca que las exportaciones de energías (gas y petróleo) y minerales (cobre y litio) van a ayudar a Argentina en los próximos años.

En materia de política exterior, el profesor de la Universidad Católica Argentina, Paulo Botta, planteó que es una “mala señal” que esté “casi ausente de la agenda política”, algo que se ve “no solamente en los debates presidenciales, sino también en las plataformas y en el espacio que los candidatos le dan a sus propuestas”. Argentina representa el 0,5% del PBI mundial, por lo que “el mundo influye en nosotros más de lo que nosotros influimos en el mundo, e influye y mucho en nuestro sistema político, nuestro sistema económico, incluso más allá de lo que a veces queremos reconocer”. Así, entender e incidir en el sistema internacional “no es un lujo, es una verdadera necesidad y es extremadamente relevante”, destacó Botta, y agregó que el hecho de “que el ámbito de las relaciones internacionales no esté presente en la campaña política significa un cierto retroceso en términos de nuestra dirigencia”, que tiene hoy una “visión muy parroquial”.

Consultado sobre la posición de los candidatos, Botta destacó que “algunos han explicitado de manera más clara y otros de manera menos clara cuál es el lugar que Argentina debe tener en el orden regional y el orden internacional”. “La más explícita de todas” fue la de Milei, al señalar su oposición a lo que denomina “los regímenes de izquierda, los populistas de América Latina y la República Popular de China”, con quienes pretende no comerciar. Botta agregó que Bullrich se manifestó en contra de que “Argentina integre los BRICS”, la una alianza entre Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, mientras que Massa “ha fortalecido el eje Buenos Aires-Brasilia a través de visitas que tuvieron un claro contenido de campaña electoral”. 

De todas formas, Botta entiende que el sistema político argentino no tiene “una clara estrategia de inserción en el sistema internacional”, sino que aborda algunos temas específicos como el lugar que ocupa el país en el hemisferio sur, en el Atlántico y en la Antártida. En tanto, sobre cuestiones como la relación con Estados Unidos, China, la Unión Europea, las potencias emergentes o la situación de las Malvinas, no hay programa. 

Perspectivas

Las encuestas varían pero dan ventaja a Javier Milei frente a Sergio Massa y plantean un escenario de entre 32 y 35% para el primero y de 26% y 28% para el actual ministro de Economía. Bullrich está tercera y ronda los 24%-29%. De ser acertadas, habrá segunda vuelta el 19 de noviembre (con debate incluido una semana antes) y ningún partido obtendría mayoría parlamentaria. Esto significa que quien gane debería hacer acuerdos con el resto del sistema político para lograr que sus reformas y leyes sean aprobadas, lo mismo que los ajustes económicos necesarios para que el país pueda encontrar una salida a la crisis económica. Incluso Milei que, de ganar, deberá ceder para lograr gobernar. El Teorema de Baglini siempre se impone: “Cuanto más lejos se está del poder, más irresponsables son los enunciados políticos; cuanto más cerca, más sensatos y razonables se vuelven”.

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