—Javier sos presidente, ¿sí o no? 

—Parece que sí. 

De esta manera respondía a un militante de su partido el presidente electo de la República Argentina, Javier Milei, al comenzar el discurso con el que celebró su victoria contra el candidato del partido Unión por la Patria (UxP), Sergio Massa, por más de 10%.

Aparte de la unicidad de que un autoproclamado outsider político resulte victorioso en su primer intento de acceder a la presidencia -si bien necesitó un balotaje- superando a partidos establecidos en la política argentina como Juntos por el Cambio (JxC) y UxP, la jornada se caracterizó también por el hecho de que el resultado se conoció antes de que estuvieran las cifras oficiales. Esto se debe a que minutos antes de que la Dirección Nacional Electoral difundiera los resultados, Massa le concedió la victoria a Milei, líder de La Libertad Avanza (LLA).

El fin de una etapa

Massa se ubicó en un estrado improvisado dentro de su búnker en el barrio de Chacarita, acompañado por sus asesores. A algunos de ellos se les notaba nerviosos, por momentos miraban hacia el costado, se cruzaban de brazos y llevaban las manos a la cara. Luego de agradecer el esfuerzo de militantes y fiscales electorales, quienes participaron de una campaña que describió como “difícil”, y “que en algún momento tuvo tintes ríspidos”, que aspiró a que “después de 40 años de democracia, la Argentina abandone para siempre” para dar paso a la convivencia así como “el respeto por el que piensa distinto”.

De esta forma, llamó a respetar “el voto de los ciudadanos”, y habiendo allanado el difícil camino para admitir la derrota, el candidato de UxP reveló que ya se había comunicado con Milei “para felicitarlo y para desearle suerte, porque es el presidente que la mayoría de los argentinos eligió para los próximos cuatro años”.

Esto se ganó algún grito de protesta ininteligible al fondo del auditorio, que fue respondido con señas de silencio por otros militantes. Una vez acalladas las protestas, Massa explicó que, ante dos caminos, en donde UxP optó por “la defensa del sistema de seguridad en manos del Estado, “la defensa de la educación pública y de la salud pública como valores centrales”, entre otros, “los argentinos eligieron otro camino”. 

Así, afirmó que a partir de este lunes “la tarea de dar certezas, de transmitirle garantías sobre el funcionamiento político, social y económico de la Argentina es responsabilidad del nuevo presidente, del presidente electo, y esperamos que así lo haga”. Asimismo, anunció que se llevarán a cabo reuniones entre Milei y el presidente saliente, Alberto Fernández, “para que los argentinos, en los próximos 19 días, no tengan ni dudas ni incertidumbres respecto del normal funcionamiento económico, social, político e institucional”.

Por último, el candidato de UxP anunció su salida del ámbito de la política, e invitó a continuar con el recambio generacional electoral, al tiempo que apuntó a los “miles y miles de argentinos […] que tienen la convicción y el valor de defender este país inclusivo en el que creemos”. “Sigamos haciendo el recambio transicional y democrático que necesitamos: que miles y miles de jóvenes de la Argentina sigan enamorándose de la idea de que este es un gran país”, agregó, al tiempo que llamó a “entre todos” hacer “un país de progreso, de desarrollo inclusivo y con igualdad de oportunidades”.

Dar vuelta la página

Dos horas más tarde, sobre las 22:00, el presidente electo apareció frente a sus militantes en el estrado, ubicado a los pies de su búnker, en el Hotel Libertador, para dar su discurso celebratorio, musicalizado por La Beriso: 

Voy llevando mis canciones

son derrotas, mis amores 

la victoria va llegando

soporté lo criticado 

y sigo cantando.

Nunca quise dejar de soñar 

y hoy mis sueños se hacen realidad.

El estrado, cuidadosamente armado, se asemejaba mucho a aquel utilizado tradicionalmente por el presidente de los Estados Unidos en la Casa Blanca, con un podio decorado con un sello de “Presidente electo”, centrado con respecto a múltiples banderas argentinas.

Milei comenzó su discurso con un “buenas noches a los argentinos de bien” y tildó al suceso electoral como una “noche histórica para la Argentina”. Asimismo, dedicó un saludo “al equipo que viene trabajando hace dos años para transformar la Argentina y para lograr el milagro de tener un presidente liberal libertario”. 

También dedicó un saludo a su hermana Karina -algo que fue acompañado por los presentes, que vitorearon “El Jefe”, en referencia a su apodo-, a su asesor Santiago Caputo -a quien tildó de “gigante que suele mantenerse en la oscuridad […] y es el verdadero arquitecto de esto”- y a los fiscales de mesa de JxC y LLA que colaboraron con el control durante la jornada electoral y “pusieron el cuerpo para defender los votos”. Por último, agradeció a Mauricio Macri y Patricia Bullrich, quienes asistieron en la preparación del balotaje. No se refirió, sin embargo, a fiscales ni integrantes políticos del UxP.

Luego, Milei anunció “el fin de la decadencia argentina”, lo que ocasionó más vitoreos del público, bajo su sonrisa cómplice. “Hoy empezamos a dar vuelta la página de nuestra historia y volvemos a retomar el camino que nunca deberíamos haber perdido: hoy se termina el modelo empobrecedor del Estado omnipresente que sólo beneficia a algunos mientras la mayoría de los argentinos sufren”, declaró una vez que el público le permitió continuar.

Milei anunció que su política de gobierno irá en línea con “las ideas de nuestros padres fundadores, que hicieron que en 35 años de ser un país de bárbaros pasáramos a ser la primera potencia mundial”, y que consiste en “un gobierno limitado […] que cumple a rajatabla con sus compromisos: respeto a la propiedad privada y comercio libre”. “Hoy volvemos a abrazar el modelo de la libertad para poder volver a ser potencia mundial”, exclamó, lo que derivó en que sus militantes entonaran el tradicional cántico “que se vayan todos, que no quede ni uno sólo”.

De esta forma, Milei invitó a “todos aquellos que quieran sumarse a la nueva Argentina” a sumarse a su gobierno, “no importa de dónde vengan, no importa qué hayan hecho antes”, puesto que lo que los separa es también aquello que los une, explicó. 

Aun así, reconoció que “hay gente que se va a resistir” porque “quiere mantener este sistema de privilegios para algunos y que empobrece a la mayoría de los argentinos”, a quienes advirtió: “dentro de la ley todo, fuera de la ley nada”. 

De no implementarse los cambios que propone, Milei auguró “la peor crisis de toda nuestra historia”, en un país asolado por “la inflación, el estancamiento, la falta de empleo genuino, la inseguridad, la pobreza y la indigencia”, problemas que, según él, “sólo tienen solución si volvemos a abrazar las ideas de la libertad”. “Quiero decirles que a pesar de los problemas enormes que tiene el país, a pesar de lo sombría que luce la situación, quiero decirles que Argentina tiene futuro, pero ese futuro existe si ese futuro es liberal”, concluyó.

Por último, Milei invitó a los presentes a festejar, si bien llamó a su equipo a comenzar con las tareas de transición “desde primera hora de la mañana” de este lunes, “para que el 10 de diciembre empecemos a traer las soluciones que los argentinos necesitan” y aclaró que lo que ocurra estos días es responsabilidad del actual gobierno.

Es así que el presidente electo emitió su característico “¡Viva la libertad carajo!”, y luego de un “Dios bendiga a los argentinos” abandonó el estrado, al tiempo que empezó a sonar la canción “Se viene el estallido”, de la Bersuit Vergarabat.

¿Y ahora?

Milei, quien captó un 55,7% del electorado, 11 puntos porcentuales por encima de su rival (44,3%), puede agradecer su victoria a la mayoría de las provincias del interior del país, en las que triunfó por amplias mayorías. Massa ganó, en cambio, en las provincias de Buenos Aires, Santiago del Estero y Formosa. 

Diez provincias -Chaco, Tucumán, Catamarca, La Rioja, Corrientes, Entre Ríos, Pampa, Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego- fueron arrebatadas al candidato oficialista, mientras que logró convencer al electorado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, única provincia donde había ganado Juntos por el Cambio (JxC) en la primera vuelta.

Sin embargo, Milei no va a poder contar con la tranquilidad de gobernar por sí mismo. Esto se debe a los pobres resultados que había obtenido en la primera vuelta, en la que LLA tan sólo alcanzó 37 diputados y ocho senadores en el Congreso, insuficientes para lograr el quórum en ambas cámaras. Se presume, sin embargo, que pueda lograr acuerdos con legisladores de JxC, aunque ha habido posiciones encontradas dentro de dicha coalición sobre si apoyar, o no, al candidato libertario.

El balotaje en Argentina
El mecanismo de balotaje se encuentra reglamentado por la Constitución argentina aprobada en 1994, que establece que de no obtener ningún candidato el 45% de los votos afirmativos o una diferencia de más de diez puntos porcentuales sobre el segundo más votado, debe llamarse a una segunda vuelta (balotaje) entre los candidatos más votados.

Si bien se encuentra contemplado por la ley electoral, esta fue la segunda elección a la que recurre a este mecanismo. La anterior fue la disputada entre el candidato presidencial de la coalición Cambiemos, Mauricio Macri, y el del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, en 2015. En aquel entonces, quien ganó las elecciones fue Macri, con un 51,3% de los votos. Aparte de ello, existe un antecedente en el cual debería haberse llevado a cabo un balotaje -aunque bajo una ley electoral diferente- en las elecciones presidenciales de 1973. En ese entonces, el candidato de la Unión Cívica Radical, Ricardo Balbín, contó con la posibilidad de llevar a Héctor Cámpora, del Partido Justicialista, a una segunda vuelta. Sin embargo, desistió de hacerlo, lo que derivó en una victoria del peronismo. 

Cámpora ocuparía la Casa Rosada por tan sólo unos dos meses, allanando el paso para un retorno al poder del líder de su partido, Juan Domingo Perón, quien no requirió de una segunda vuelta para salir victorioso.

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