La situación que está viviendo Uruguay por la pandemia de coronavirus afecta particularmente a músicos y artistas, quienes no pueden realizar sus habituales espectáculos. Por lo tanto, se han visto obligados a echar mano a las facilidades que da la tecnología para mantener el contacto con su público. Con las clases suspendidas en todos los niveles educativos, los espectáculos infantiles no son ajenos a esta realidad, por lo que los grupos más populares se volcaron a las redes y plataformas para presentar sus propuestas a las familias que se encuentran en casa.

Este corte de los espectáculos públicos afecta particularmente a este tipo de shows, lo que trae consecuencias tanto a nivel artístico como económico. “Nos afectó absolutamente en todo”, comentó Fabián Marquisio, del grupo Villazul. “Económicamente es nefasto para los músicos”, agregó. Por su parte, el reconocido escritor y músico Roy Berocay comentó que la suspensión de las cuatro funciones que su grupo, Ruperto Rocanrol, tenía en agenda para marzo significa la pérdida de prácticamente un sueldo para cada integrante. “No hay seguro de paro, no hay nada, no hay ninguna compensación sobre eso”, expresó.

Si bien el hecho de subir contenidos a las redes sociales no necesariamente genera remuneración económica, les sirve a los artistas para estar en contacto con sus seguidores y acompañar a las familias en estos días tan particulares días de aislamiento. “En mi caso fue una cosa casual”, explicó Marquisio. Al ver que muchos de sus colegas estaban haciendo transmisiones en vivo desde sus hogares, se dio cuenta de que en el abanico de propuestas faltaba algo: nadie se estaba acordando de los más pequeños de la casa.

Así surgió el streaming de Villazul el jueves pasado, que estuvo “enfocado en el concepto de un concierto interactivo, donde nosotros hablábamos y los niños nos contestaban desde casa”. Berocay también ha adaptado su trabajo a las plataformas audiovisuales: “He subido, hasta ahora, un par de audiocuentos a Youtube”, lo que considera “una forma también de conectarse con gurises”, según dijo.

Repercute

La repercusión a este tipo de ideas no se ha hecho esperar. “En nuestro caso fue fantástico, estuvo alucinante, nunca pensé que iba a tener esa respuesta”, reconoció el músico de Villazul. El show contó con una audiencia en vivo de entre 1.700 a 2.000 personas, lo que se suma a la posterior oleada de “fotos y videos de los niños mirando, gritándole cosas a la computadora o diciéndole cosas al televisor”. En la misma línea se expresó el autor de la saga del Sapo Ruperto, quien asegura que “ha sido una respuesta bastante grande y con mucho cariño”, no sólo para él sino también para sus colegas. “La gente agradece estas cosas”, destacó.

Berocay adelantó que continuará subiendo material en los próximos días y que piensa en algo como “una mini película auditiva”. Por otro lado, Marquisio no tiene confirmada aún una nueva actividad con Villazul, aunque reconoció que va a hacer algo en su faceta de músico, por fuera del género infantil. “Tampoco está bueno que todos nos apiñemos la primera semana de cuarentena. Esto parece que va para rato, así que está bueno dejar un tiempo entre uno y otro”. Además, consideró que lo que está pasando con los artistas y su conexión con el público es muy bueno y hay que disfrutarlo.

Ambos grupos manejan estilos distintos a la hora de presentar su arte al público infantil. Villazul se caracteriza por tener un tinte más didáctico, por ejemplo, al enseñar rutinas de alimentación, comportamientos y aseo personal. En esta situación, Marquisio reconoció la posibilidad de aprender y enseñar porque “es una experiencia nueva”. Sin embargo, Berocay se define como “antididactista”. “Yo creo que las cosas que se hacen para niños tienen que hacerse con un sentido artístico y no didáctico”. Consideró a la educación como “una tarea de los docentes y de los padres, no de los artistas”.

A anotar

Consultados al respecto, los artistas dejaron sus recomendaciones a las familias uruguayas para afrontar la cuarentena. Marquisio aconsejó “tratar de respetar un poco lo que las autoridades sanitarias nos piden” y comparó: “Antiguamente se nos pedía que vayamos a la guerra. Hoy en día nos piden que nos quedemos en casa mirando Netflix, tocando la guitarra y mirando recitales en vivo”.

Además de las sugerencias estrictamente sanitarias, el líder de Ruperto Rocanrol resaltó la importancia de cuidar la salud mental. “El encierro, la repetición y el tedio nunca conducen a cosas buenas”, dijo al respecto, y recomendó acompañar la cuarentena con música, películas y juegos, haciendo especial énfasis en el relacionamiento con los más chicos. “Es un buen momento, más allá de que sea obligado, de acercarse a los niños”, porque “los niños son los que están padeciendo este encierro más que nadie”, concluyó.

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