En el último tiempo, las criptomonedas y en particular el bitcoin, ha recibido cuantiosos elogios e incluso hay quienes lo llaman “el oro digital”. Estos calificativos se deben a su inusitado ritmo de crecimiento: aquel que invirtió en bitcoin en enero de 2011, cuando valía un dólar, obtiene hoy una rentabilidad del 40.000%, que no podría lograr con ningún otro activo financiero. Claro que en estos diez años el camino no fue de sencillo, porque la volatilidad de las criptomonedas ocasionó varias correcciones a la baja en su valor, pero a largo plazo el crecimiento es evidente. Para Marcos Soto, integrante de Cibils Soto Consultores y magíster en Administración de Empresas, la caída registrada por esta criptomoneda en el mes de mayo no debería cambiar esta tendencia a largo plazo. “El año pasado, el bitcoin creció 800% y, si bien ahora bajó 50%, el que invirtió hace un año está contento”, afirmó Soto.

A lo largo de sus 13 años de vida, el bitcoin ha pasado por varios golpes de los que tuvo que recuperarse. Concretamente, la criptomoneda atravesó 15 períodos de fuertes correcciones a la baja, que van desde 29% en 2017 a la caída que se registró en el período 2013-2016, que fue del orden de 87%, previo a su gran despegue. La caída aproximada de 50% de las últimas semanas hizo que el bitcoin, que había alcanzado los 60 mil dólares, tocara un piso de treinta mil dólares, mismo valor que tenía al comenzar 2021.

Quienes no están contentos son aquellos que invirtieron en abril y principios de mayo, antes de la caída. Alentados por muchos “gurús de las criptomonedas” que sostenían que el bitcoin llegaría a los 100 mil dólares en el corto plazo, muchos decidieron que era el momento perfecto para entrar en las criptomonedas. Tras la caída, es muy común leer en redes sociales el lamento de quienes apostaron la totalidad o una buena parte de sus ahorros y vieron como su capital en criptomonedas se evaporaba.

¿Qué se esconde detrás de la caída del bitcoin?

 “Sucedió que muchos [inversores] grandes vendieron sus bitcoins. Y como las criptomonedas funcionan mediante la oferta y la demanda a una gran volatilidad, su cotización bajó de forma acelerada”, analizó Soto. Desde el análisis técnico, cuando mucha gente se deshace de un activo en grandes cantidades ocasiona una pérdida importante en su valor, en un mercado completamente desregulado como el de las criptomonedas. Sin embargo, para entender las causas reales el consultor fue más allá y puntualizó una serie de elementos coyunturales que provocan esta venta masiva. “Las regulaciones de China, los comentarios personales de Elon Musk [físico y emprendedor sudafricano] sobre el impacto medioambiental del bitcoin, hicieron que las denominadas “ballenas del bitcoin” y aquellas personas que habían entrado recientemente al mercado de las criptomonedas optaran por vender”, comentó Soto.

Musk preside la compañía Tesla, que produce automóviles y elementos aeronáuticos y registró un crecimiento de 700% en sus acciones en la Bolsa de Nueva York en 2020. Se trata de una de las compañías más importantes del mundo y Musk es una de las personas más ricas con un capital de ciento ochenta y siete mil millones de dólares, según la lista Forbes.

El 24 de marzo, Musk anunció en un tuit que Tesla aceptaba bitcoins como parte de pago. Esto ocasionó una suba instantánea de 3% en el valor de la criptomoneda, que alcanzó los 56 mil dólares. Además, es una de las personas más influyentes en Twitter con cincuenta y seis millones de seguidores en la actualidad.

Sin embargo, el 12 de mayo el multimillonario anunció que dejaría de aceptar el bitcoin para la compra de productos de su empresa, dados los altos niveles de consumo de energía fósil que causaban las transacciones y la minería de bitcoin. Ello causó un impacto aún mayor que en marzo, pero a la inversa, ya que el valor del bitcoin bajó de los 65 mil dólares alcanzados en mayo a 46 mil, para luego situarse en los 50 mil dólares.

Días más tarde, el gobierno chino declaró como ilegales los pagos realizados en bitcoin, según informó la BBC. El gigante asiático es el responsable de la producción del 75% de bitcoins del mundo, mediante lo que se conoce como “minería de bitcoins”, pero está prohibido su comercio, agregó la cadena internacional.

Enemigos del bitcoin

China no es el único país que tiene al bitcoin en la mira. Según Soto, esta moneda “tiene dos grandes enemigos: los gobiernos, que ven el avance de las criptomonedas y cómo van cediendo soberanía, y los bancos, que la ven como una moneda que no pueden controlar, lo que sí sucede con las divisas tradicionales como el peso, el dólar o el euro”. “El bitcoin nace como un acto de rebeldía hacia la banca, se maneja de forma autónoma a ellos y, además, no se puede emitir para aumentar la oferta, cuenta con un stock limitado de monedas”, aseguró el consultor económico.

En Uruguay, las criptomonedas no son bienvenidas en este momento, ya que “los bancos son 100% reticentes a este mercado, ellos tienen dos opciones: o lo enfrentan o se unen a él y lo aceptan”, indicó Soto. Esto no quiere decir que no exista la posibilidad de operar con criptodivisas desde el país, sino que “existen vías por las cuales uno puede entrar y salir del mercado, más allá de las operaciones en las cuentas que uno tenga en dichos bancos”, reveló Soto.

El método que fue implementado por muchos uruguayos a la hora de desprenderse de sus criptomonedas para obtener pesos o dólares consistió en vender en el mercado “persona a persona”. Estos mercados están disponibles en los “cambios” de criptomonedas que hay en la web, donde las personas ofrecen una cierta cantidad de criptomonedas a un determinado precio en pesos uruguayos o dólares. Si la oferta satisface al poseedor de las monedas digitales, este acuerda con el comprador una transferencia bancaria. Como es una transferencia entre cuentas particulares y no desde algún cambio de criptomonedas, no hay inconvenientes. Aún así, si los montos son muy altos o las transferencias se tornan repetitivas, los bancos pueden levantar sospechas.

Si bien el bitcoin viene de un golpe muy fuerte en su cotización, para Soto es un buen momento de entrar en el mercado, incluso en otras criptomonedas de menor valor. Aún así, advirtió que “si bien las demás monedas tienen mayor potencial de crecimiento que el bitcoin, también tienen mayor volatilidad”. Para aquellos que evalúan la posibilidad de adoptar el bitcoin como reserva de valor, Soto sostuvo que “el que apuesta a largo plazo nunca perdió, porque el mercado ha seguido una tendencia alcista, incluso con varias correcciones fuertes como las de este mes”. Aun así, recomendó mantener cautela: “Siempre digo que uno tiene que invertir lo que está dispuesto a perder, porque es un mercado con mucha volatilidad”, afirmó.

Soto tiene una mirada optimista sobre el futuro que le depara al bitcoin. En este sentido, opinó: “No creo que la caída sea el comienzo de una tendencia bajista en el mercado, sino todo lo contrario. Siempre que el bitcoin probó que podía llegar a un techo, bajó para luego rebotar con más fuerza y llegar a un techo aún más alto”, concluyó.

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