El fútbol profesional es un ámbito de alta exigencia, muchas veces hostil, en el que los jugadores pueden quedar expuestos a situaciones difíciles de transitar y no tienen permitido mostrar debilidad. Al convivir con la presión y las exigencias del triunfalismo, por el que se debe seguir adelante a pesar de todo, las situaciones personales, familiares y relacionadas al entorno quedan postergadas. Esto incide directamente en la salud mental y física del deportista. Angustia, depresión y ataques de pánico son algunos de los síntomas que han padecido en silencio muchos futbolistas del ámbito local e internacional.

Jorge Salvo, psicólogo deportivo, manifestó a Sala de Redacción que “muchas veces el futbolista no tiene la posibilidad de expresarse con mucha libertad porque hay miedos e inseguridades porque lo dejen de lado o por la posibilidad de salir del equipo, porque si no rinde no sirve; hay una sobreexigencia muy alta”. Respecto al entorno, el psicólogo agregó que “también incide mucho la presión familiar, de grupos de pares y la institución, porque el fútbol tiene una gran incidencia de beneficios”.

Sobre este círculo vicioso, el entrevistado hizo énfasis en que “el fútbol es un mercado de mucho dinero y es poco el espacio para la cantidad de demanda que hay. En el mundo, los que llegan a niveles top son muy poquitos y eso genera una exigencia desmedida”. El rol ejercido por los medios de comunicación en el deporte es descrito por el psicólogo como “de gran poder”, por lo que plantea su responsabilidad parcial a la hora de manejar los niveles de presión y exigencia. Al respecto, agregó que “los medios juegan un rol importante en las emociones de los jugadores, ya que ellos están pendientes de si se habla o no, qué opiniones o comentarios se hacen” y, por consiguiente, se debe estar preparado para enfrentar estas situaciones que son consecuencia de su exposición. Salvo ilustró que “un día son tapa en los medios por sus éxitos, pero en una semana eso puede cambiar y se debe estar muy bien preparado mentalmente para entenderlo, ya que es más lo que se pierde de lo que se gana; el triunfo es muy efímero”. 

El papel de la Mutual

Desde el gremio de futbolistas profesionales se han firmado acuerdos con la Secretaría Nacional de Deporte (SND) y el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional, por los que se dictan talleres para la culminación del Ciclo Básico, de gestión empresarial y kinesiología, entre otras opciones. Al mismo tiempo, se brindan talleres para “el uso adecuado de las redes sociales” y se les recomienda que su contenido sea más bien deportivo y no tanto familiar, para evitar la exposición, presión y, en el peor de los casos, amenazas. Según Salvo, estos elementos configuran disparadores de efectos psicosociales que viven muchos jugadores.

El profesional agregó que hay diferentes formas por las que un psicólogo puede trabajar con futbolistas. Una es que la institución deportiva cuente directamente con uno o varios especialistas que estén a disposición de los jugadores y entrenadores; la otra consiste en que estos especialistas formen parte del cuerpo técnico del plantel. “Claro que no todos los clubes pueden contar con esto, ya que algunos no tienen los recursos económicos para hacerlo o no se considera como una prioridad”, agregó.

Marcelo Guerra, ex futbolista de Peñarol en las temporadas 1998 y 1999 y con una trayectoria por diversos países de América, coincidió con que no todos los clubes cuentan con dichos recursos e hizo hincapié en las pocas oportunidades que hay para llegar a la élite futbolística: “Hoy en día es importante que se cuente con un equipo de especialistas, sobre todo para brindar apoyo a los adolescentes por diferentes motivos, ya que menos del 1% llega a primera división y el resto queda por el camino”, explicó a Sala de Redacción.

La ilusión que tienen los jóvenes en convertirse en sus mayores ídolos genera, según Guerra, “mucha frustración, sobre todo por la mirada que tiene la sociedad por el fútbol, se idealiza a un jugador y quieren ser como él, se ilusionan mucho con llegar a primera. Van 70 chiquilines a probarse cuando comienza el año, quedan pocos y de ellos son menos aún los que crecen profesionalmente para llegar a primera”.

Apuesta a futuro

En 2010 surgió el proyecto Gol al Futuro, impulsado por la SND. Enfocado en las divisiones juveniles de aquellos clubes que pertenecen a la Asociación Uruguaya de Fútbol, abarca tres grandes áreas: educación, salud y deporte. Los especialistas a cargo del proyecto recorren todos los planteles de formativas; van a los complejos deportivos e instituciones a brindar charlas y talleres cada semana y tocan diferentes temas como el consumo de drogas, aprender a diferenciar entre la tristeza y la angustia, los trastornos en el sueño, las repercusiones que pueden generar las lesiones físicas, el nerviosismo y los ataques de pánico que han aumentado en estos últimos tiempos. Estos talleres funcionan como generadores de intercambio, concientización y acompañamiento. 

Jesús Chalela, integrante de la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales, explicó a Sala de Redacción la importancia de “tener un equipo interdisciplinario cerca que permita no solo capacitar y formar desde estos aspectos, sino prevenir y detectar situaciones como depresión u otras que pueden llevar a la autoeliminación”. En cuanto al procedimiento, Chalela reveló que “cuando son detectados síntomas como los mencionados, enseguida se comunica a la directiva y se le da pase a la Sociedad Uruguaya de Psicología del Deporte, siempre bajo el secreto profesional. Si se brinda una rápida respuesta se puede prevenir muchas cosas, pero a veces no se puede detectar por temas emocionales o conductuales”.

El psicólogo deportivo afirmó que “si algún jugador siente la necesidad de hablar, debemos hacerle saber que estamos ahí, invitarlo a que hable, porque parece que el jugador no es persona cuando sí lo es, y no podemos perder el enfoque biopsicosocial. Tiene que rendir y es una persona pública, ahí está el problema”. 

Los tres entrevistados coinciden en que el futbolista pocas veces pide ayuda por el miedo a que lo dejen afuera, a no poder jugar, a ser considerado una persona débil y a ser juzgado por la sociedad de manera negativa. “Muchos jugadores profesionales sufren a escondidas y quien soporta eso es la familia”, sostuvo Chalela. “Ellos pasan por muchas inseguridades, ya sea porque les va mal en el juego, porque no cobran su salario o por diferentes motivos generan estados de ansiedad, angustia y esto puede derivar a estados depresivos que tienen que ser tratados a tiempo”.

La importancia de una contención psicológica, médica y nutricional es el punto en común de varios profesionales como Salvo y Chalela, quienes afirman que de esta manera el deportista estará más preparado y fortalecido. Ello permite un mejor desarrollo de sus habilidades, debido a que “el factor mental es tan importante como el físico”.

Pandemia local

En lo que va del año se han registrado cuatro suicidios de futbolistas y exfutbolistas, lo que ha generado una alarma en la opinión pública acerca del “lado b” de la vida de un deportista. Uruguay tiene la tasa más alta de suicidios de Latinoamérica, con 20,3 por cada 100.000 habitantes, de quienes 80% son hombres. Ello se debe en gran parte a los métodos utilizados, ya que en el caso de los varones los intentos suelen ser más violentos y, por lo tanto, la probabilidad de que se salven es menor. 

El suicidio es todavía un tabú en la sociedad uruguaya. Por cierta creencia popular se cree erroneamente que su visibilización llevaría a que se “promueva” el suicidio, cuando si es bien abordado ocurre todo lo contrario. Exponer el tema es fundamental para generar espacios de seguridad y contención. En Uruguay existe una línea de prevención del suicidio gratuita, que en el 0800 0767 o el *0767 está disponible durante las 24 horas de los 365 días del año.

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