La salud mental y las diferentes aristas que la conforman tiene un peso importante a nivel social. En el mundo del deporte, en los últimos dos años, cinco futbolistas se quitaron la vida: Santiago Morro García, Williams Martínez, Emiliano Cabrera y Maximiliano Castro. Esto generó alarma y llevó a tomar en especial consideración el asunto y buscar la manera de trabajarlo desde un área propia de las instituciones, al igual que por medio de la comunicación y la concientización a los demás deportistas.
La Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales es una de las organizaciones que le dio relevancia al tema y en señal de compromiso y ayuda con los jugadores, presentó en 2021 el proyecto “Más Mutual”, que está conformado por tres grandes áreas: educación, salud mental y reinserción laboral.
Nicolás Bava, psicólogo especializado en deporte, fue uno de los encargados del diseño del programa, y lo dirige actualmente. En diálogo con Sala de Redacción, comentó que el área de salud mental fue la primera en conformarse. El departamento cuenta con tres aristas de atención: los talleres en los planteles con diferentes temáticas, entre las que la de prevención del suicidio es la más utilizada. Otro de los abordajes es a través de consultas individuales, en general con intervenciones de seis a ocho sesiones. “Hasta ahora, en el 90% de los casos en ese número de sesiones, se logra resolver por lo menos el motivo de consulta”, explicó Bava. La última línea apunta a la difusión de contenidos, especialmente a través de redes sociales.
Las situaciones que más se presentan están relacionadas con la depresión o la falta de un proyecto de vida. “Entre 80% y 90% de los casos que tenemos, expresan en esas situaciones, una necesidad de que los futbolistas se formen en otra cosa”, afirmó el director del proyecto.
El departamento de salud mental, tiene más de 130 en consultas individuales, mientras que el de educación trabaja actualmente con unos 500 futbolistas profesionales. “A nivel de salud mental, buscamos tejer una red lo suficientemente densa para que, en un futuro, todo el sistema de deporte en Uruguay sea agente primario en salud”, reveló.
El 17 de julio, cinco meses después, se suicidó el futbolista Williams Martínez, de 38 años, que se encontraba en el club Villa Teresa de la Segunda División Profesional. Martínez llevaba 28 días fuera de las canchas porque el 23 de junio había contraído covid-19 y luego su familia también se contagió. La noticia sorprendió tanto a sus excompañeros como al director técnico, Edgardo Arias, que durante ese periodo de aislamiento, había mantenido contacto con él respecto a su salud y su regreso al campo de juego.
Tan solo cinco días después, Emiliano Cabrera, de 27 años, se quitó la vida en Santa Rosa departamento de Canelones. Había jugado en equipos como Boston River y en tercera división de Juventud de las Piedras, en el último tiempo se encontraba en actividad, en ligas del interior del país.
El 30 del mismo mes, se suicidó el ex futbolista Maximiliano Castro, de 46 años, con pasado en Central Español, Deportivo Maldonado, Bella Vista y Rampla Juniors.
A nivel juvenil
La Secretaría Nacional del Deporte (SND), en el área de Programa Especiales, cuenta con el programa Gol al Futuro, que trabaja con jóvenes. Dentro de él, funciona desde 2009 una subárea relacionada con la psicología, que es coordinada por Martín Bergalo, psicólogo deportivo. Una de las directivas centrales del espacio ha sido trabajar la salud mental y el tema del suicidio, explicó Bergalo a Sala de Redacción.
En 2021 y 2022 los talleres de salud mental de este programa abordaron como eje central temas como la ansiedad, el manejo de la presión, indicadores de autoeliminación y de otras situaciones que puedan requerir abordaje.
Alejandro Sagasti, director del área de Programas Especiales de la SND, explicó a este medio que cuentan con tres psicólogos y, como institución que se encarga de la parte juvenil y formación de jugadores, también se trabajó desde la comunicación, como una estrategia para informar al mundo del deporte y darle visibilidad al tema. “Tenemos el servicio de atención psicológica, hacemos una consulta, un pequeño diagnóstico y después se deriva a su prestador de salud”, indicó Sagasti y añadió: “estamos muy preocupados con el tema y también con la situación pospandemia, de cómo impactó en los deportistas de nuestro sistema”.
Este año el trabajo se desarrolla en torno al manejo de la activación y la gestión del estrés y la ansiedad, de modo de que las personas puedan identificar cuándo están ansiosas y cuándo no, partiendo de la base de que “obviamente la ansiedad es algo que tenemos todos”, señaló Bergalo. Enumeró que en 2022 “ingresaron individualmente 51 consultas para trabajar, con motivos de todo tipo”.
Según datos preliminares del Ministerio de Salud Pública a los que accedió El Observador, en marzo, en 2022 se suicidaron en Uruguay 818 personas, cifra que superó en 8% la de 2021. Es una tendencia que viene en aumento desde 2017 y se sostiene la preponderancia en hombres, con una cantidad de 639 en 2022, equivalente al 78%, frente al 22% restante, que se representa en 179 mujeres. Además, se presentó un aumento en algunas franjas de edades, en especial entre 45 y 49 años, con un incremento de 17 casos, y en la franja de 30 a 34 años, con 14 personas más en relación con 2021.
Un rol central
La psicología deportiva cumple un papel fundamental en la preparación mental de los futbolistas para desarrollar sus habilidades de la mejor manera posible.
María Noel Givogre es psicóloga deportiva y trabaja en las selecciones de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) en fútbol sala, fútbol playa y fútbol femenino. Comentó a Sala de Redacción que trabaja en cancha como psicóloga del deporte en equipos o con deportistas individuales, y que hace “entrenamiento mental”, espacio en el que trabaja las expectativas y donde aparecen “cosas que capaz son muy irreales”, dijo, en referencia a las ilusiones que se hacen los jugadores con respecto a su futuro futbolístico. “Está esa idea de que todo es fácil y voy a ser millonario y la mayoría se dan contra la pared; esas expectativas son las que se puede trabajar desde chico”, explicó Givogre.
También hizo hincapié en que la depresión es un tema que es igual en el fútbol como en cualquier otro ámbito, que no hay una depresión específica, sino que “es más visible, porque sale en las noticias, cuando se suicida un jugador”, expresó.
Su trabajo lo realiza mayormente en el campo de juego, pero también se desenvuelve por fuera de la cancha y de manera individual con los deportistas. Utiliza mucho whatsapp para comunicarse de manera constante. Planteó, además, que el hecho de ser psicóloga deportiva es ser “un entrenador más”. “Por eso estamos vestidos igual que el cuerpo técnico, trabajamos en cancha y estamos todo el tiempo donde están los jugadores, no vas una vez por semana”, acotó.
“Las creencias, las expectativas, esas cosas, hay que trabajarlas un montón y saber qué es lo que viene a futuro, estar preparado, para saber que si pasa tal cosa, tengo estas habilidades psicológicas entrenadas para enfrentarme a lo que venga”, cerró Givogre.
En primera persona
Los futbolistas a lo largo de su trayectoria pasan por diferentes situaciones y momentos, entre los cuales para algunos se presenta la depresión. Frente a ello, Alejandro Furia, actual jugador del Club Atlético Platense, contó a Sala de Redacción que en un momento de su carrera tuvo un “pensamiento demasiado real” de quitarse la vida, cuando se encontraba en Quilmes de Argentina, en 2017; vivió un momento de angustia y estuvo a punto de tomar la decisión más determinante en su vida y su carrera.
En 2015, Furia había logrado el campeonato clausura con Plaza Colonia, un hecho histórico para el club, pero en meses después en el club “no era él mismo”, afirmó. Sentía que ya había cumplido un ciclo y quería aprovechar el envión futbolístico luego del torneo.
Tuvo sondeos de clubes como Peñarol, Vélez y Blooming, de Bolivia, para continuar su carrera, pero ninguno se concretó. Finalmente llegó a Quilmes, donde no tuvo continuidad y no logró una buena relación con el director técnico y algunos compañeros.
En 2018, regresó a Uruguay para jugar en Rampla Juniors y allí se agravó su depresión.“Tenía ataques de pánico en el vestuario, no quería concentrar, estaba todo el día acostado, no hacía grupo, no me sentía yo”, comentó y detalló que “iba a comer a un lugar con amigos, amigas y la estaba pasando mal, quería estar en mi casa, buscaba puntos de soledad y tranquilidad”.
“Cuando vivís tanto tiempo así, llega un momento que explotás y decís: ‘tengo que hacer algo’. Lo que hice fue replantearme mi vida y decidir si esto me estaba haciendo feliz”, manifestó. Fue un proceso que le costó un año y medio. Sostuvo que lo mejor en estas situaciones es buscar gente de confianza y contar los problemas.
Cuando superó su depresión, no se encontraba jugando al fútbol. “Estuve seis meses sin jugar y ahí me di cuenta de que no estaba deprimido, sí que estaba molesto, por decisiones que tomé, pero no estaba con la sensación de que estaba todo mal”. “Para mejorarte, tenés que ser consciente de que querés mejorarte: va a depender siempre de vos, es todo fuerza de voluntad”, concluyó el futbolista.
Línea Vida de ASSE: 0800 0767 (Fijo) – *0767 (celular) Línea de Apoyo Emocional: 0800 1920 Departamento de Salud Mental de la Mutual: 099 859 217