La organización Emaús Internacional realizó su decimocuarta asamblea mundial en Montevideo y lanzó su informe Las voces de Emaús, una propuesta para pensar en cómo reducir la pobreza de una forma sostenible. “Emaús representa el ánimo punzante por la igualdad, por la justicia y por una vida mejor”, expresó la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, al dar comienzo a la asamblea de la organización que tiene como fin el acceso de todas las personas a los derechos humanos. En su exposición, la intendenta remarcó que Montevideo tiene una tradición de muchos años de lucha y de camino hacia la igualdad. Además, se mostró agradecida con el compromiso de Emaús y declaró su trabajo como una actividad imprescindible para el motor de las democracias. Además de Cosse, en la Asamblea estuvieron el expresidente José Mujica, el historiador Gerardo Caetano y la activista quechua Tercila Rivera.
En el reporte escrito se describen tres requisitos fundamentales para salir de la pobreza: involucrar a las personas vulnerables en la sociedad, situar el interés general en el centro de las políticas públicas y construir una economía que esté al servicio del ser humano y de su entorno. Caetano, quien fue el moderador de la asamblea, opinó que estos requisitos incluyen a los grandes temas de la agenda mundial. “Esta es la agenda de un mundo distinto, uno mejor, donde conviven la libertad personal con la justicia social”, expresó.
Por su parte, Mujica inició una conferencia que se realizó en el marco de la asamblea y habló del rol que cumplen los movimientos sociales en la construcción de un mundo mejor. Agradeció a Emaús por la labor que han hecho en barrios de Montevideo y reivindicó el papel de los activistas: “Yo quiero que los principios que ustedes establecen los hagan propiedad colectiva de los movimientos sociales y de los luchadores, que, por suerte y a pesar de todo, todavía existen”.
Sobre la política actual, el expresidente dijo que está “muy bastardeada” y llamó a reflexionar sobre la responsabilidad de quienes tienen cargos de responsabilidad. “No se puede ejercer política para vivir como viven los sectores más aristocráticos, porque se termina pensando como ellos”. Apuntó, además, a la desconfianza que existe en América Latina con la democracia, que perdió su prestigio debido a que “la política recae sobre gente que su forma de vivir se desprende totalmente de cómo vive el pueblo común”.
Por último, Mujica se refirió a la pobreza que atraviesa el continente, al que calificó como “el más injusto que hay arriba de la Tierra”. El ex mandatario invitó a tomar posición ante las injusticias y a no caer en la neutralidad, porque “estamos cada vez en un mundo más rico, más lleno de desafíos materiales, con un avance científico, pero con una desigualdad lacerante que crece”. “No se puede ser prescindente ante el dolor y angustia de tantos”, reclamó.
En contexto
Emaús Internacional es un movimiento social creado en 1971 que reúne 425 asociaciones en 41 países, con el compromiso común de luchar contra la pobreza y la exclusión En Uruguay, la organización está presente desde que el cura Atanasio Sierra fundó el grupo en 1954, con el objetivo de trabajar con poblaciones en situación de vulnerabilidad en distintos barrios de Montevideo. Hoy en día existen tres sedes de la organización, una en Nuevo París, Grupo Emaús Aportes, ubicado en el Cordón, y Emaús Maldonado.
Por su parte, como principal preocupación Rivera destacó las problemáticas que viven las mujeres indígenas y reclamó que deben ser visibilizadas como sujetas de derechos, con libertad de construir una vida con voz propia, además de la urgencia por defender el territorio y los recursos naturales. En este sentido, expresó: “Si una empresa, con el derecho de generar economía, nos quita el agua dulce, nos quita el derecho de seguir viviendo y bebiendo de nuestro entorno”.
En esta línea, expresó que como el informe de Emaús trata sobre el derecho de los más vulnerables a participar de la sociedad, está relacionado con la experiencia de los pueblos originarios. Según señaló, es necesario hablar sobre el impacto del cambio climático, sobre el uso de agroquímicos que afectan la tierra y poder participar en las soluciones a estos problemas. “El mundo y las nuevas generaciones necesitan ejemplos propositivos y dignos, y no sólo el ejemplo de quién tiene el último coche o el apartamento más lujoso. Tenemos que poner el dedo en las causas que hacen que el mundo esté en desequilibrio”, concluyó.