“Los actores políticos tienen que sentarse a escuchar las necesidades de los productores y en función de eso establecer mecanismos que ayuden y que marquen diferencias”, afirmó a Sala de Redacción Enzo Benech, ex ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay (2018-2020), en referencia a la necesidad de trabajar a la par con quienes sufrieron la sequía. El ex ministro hizo referencia a las políticas públicas, que considera “escasas”, y reflexionó sobre las medidas que tomó el Frente Amplio en 2008 cuando se presentó un fenómeno similar.

Benech entiende que las acciones para disminuir los impactos en los sectores que se verían más perjudicados tienen que ver con la flexibilización del ingreso de semillas para generar accesibilidad, ya que la sequía atacó a toda la región y no había buena disponibilidad del producto. Además, recomendó medidas para el sector ganadero, como la instalación de verdeo en pasturas -que consiste en implantes de plantas forrajeras con el objetivo de evitar los daños-, favorecer las reservas de agua e implementar sistemas de riego.

Gabriela Mordecki, economista y profesora agregada del Instituto de Economía, comentó en conversación con SdR que adaptarse y prepararse para esto “no es sencillo”. No obstante, la sequía provocada por el fenómeno climático La Niña era previsible y algunos grandes productores decidieron recurrir a empresas aseguradoras para proteger su producción y sufrir el menor daño posible. Mordecki afirma que “una cultura de seguro podría mejorar las condiciones de los productores”, tanto frente a las sequías como a las inundaciones. Además mencionó que “todo depende de los costos y de las medidas de cada productor en su interna”, por ejemplo, algunos deciden no mandar más carne a los frigoríficos hasta que los precios no mejoren, lo que deja como consecuencia la caída de la faena.

Sala de Redacción consultó a la Asociación Rural del Uruguay (ARU) pero no obtuvo respuesta. En tanto, el agrónomo y productor Martín Vago sostuvo que “en verano el impacto fue mucho mayor”. Si bien la sequía afectó a todo el país, hubo zonas que lograron salir antes debido al incremento de lluvias, como por ejemplo el litoral y el sur del país, mientras que en las zonas norte y este del país se demoró más tiempo en alcanzar la cantidad de agua necesaria. 

El productor reparó en que, si bien se tomaron acciones, el impacto de la sequía no fue para todos el mismo por las diferencias en las condiciones de producción. Además, consideró que es necesario que se tomen medidas de financiamiento: “No se puede revertir la situación sin plata”. De igual manera, Benech considera que existen tecnologías para reducir los impactos de la sequía: “si bien no se pueden eliminar, se pueden minimizar”.

Asimismo, Mordecki expresó que la forma que tiene el Estado de hacerse cargo es la implementación de subsidios directos al productor e hizo referencia a que desde el Ministerio de Economía se tomaron medidas como subsidios a los costos financieros mediante el pago de impuestos, el Banco de Previsión Social (BPS) ha dado créditos con intereses menores, “pero no hubo una ayuda directa”. Según la economista, hay políticas públicas que ayudan a paliar la problemática, pero no se logran “abarcar absolutamente todos los impactos”.

El ex ministro informó que en el año 2017 el 73% de las exportaciones de Uruguay medidas en dólares fueron de la producción agropecuaria y agroindustrial. Si se tiene en cuenta que el 60% de Uruguay ha estado en los últimos meses bajo déficit hídrico extremo, según informó el Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet), la incidencia en la economía es “altísima”, sostuvo Benech, y agregó: “cuando pasan estas cosas, no hay nadie que sea ajeno, impacta en los precios de la fruta, la verdura, toda la producción, la ganadería y la industria frigorífica”, lo que se traslada a la ciudadanía. Para Benech, es necesario que se implementen medidas de inversión: “estamos en un mundo capitalista donde la gente no invierte si no tiene retorno y es lógico”.

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